Tres candidatas al Oscar: dos a Mejor Película y la restante a Mejor Actriz

18/02/2017, 06:00

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En Elle, la francesa Isabelle Hupert interpreta magistralmente a una mujer que, tras ser violada, adopta extraña actitud. Sin nada que perder es una muy buena mezcla de western, thriller y road-movie. Mientras que Talentos ocultos se ocupa de una historia real ocurrida en la NASA.

Elle

En la primera escena una mujer es violada por un encapuchado. Da pelea, pero no consigue zafar. Cuando todo termina, la vida de Michele, cabeza de una exitosa compañía de videojuegos, sigue como siempre. No hace la denuncia, pero se hace los exámenes médicos correspondientes y, cuando lo considera adecuado, les cuenta lo ocurrido a su ex marido y su mejor amiga. Todo con la mayor frialdad y sangre fría. ¿Por qué no hace la denuncia? Su pasado lo explica: es la hija de un múltiple asesino protagonista de una despiadada matanza que puso a la familia en el ojo de los medios, sobre todo a Michele, en ese entonces una niña cuya imagen quedó inmortalizada. Por eso esta mujer autosuficiente no quiere saber nada con la policía, ha adquirido una personalidad que le permite tomar lo que quiere y cómo quiere. Se acuesta con el marido de su mejor amiga, desafía a su fracasado hijo, enfrenta a su interesada nuera, sostiene a su deprimido marido, choca con su liberada madre y pelea con un empleado que no la soporta, al mismo tiempo que socializa con un vecino casado que la tienta demasiado. Isabelle Hupert está magnífica en un rol absolutamente detestable y cuestionable en muchos pasajes, sobre todo cuando el violador vuelve al ataque y Michele parece disfrutarlo. Un film muy negro, polémico, incómodo y hasta algo machista por la imagen que deja de una mujer a la que, paradójicamente, se quiere presentar como abanderada del feminismo. Para reflexionar y discutir mucho en las charlas post película. Dirigida por un reconocido holandés, ya ganó el Globo de Oro a Film Extranjero y a Mejor Actriz. Esto último hace que Huppert sea también seria candidata a llevarse el Oscar y bien ganado lo tendría.

Sin nada que perder

Dos hermanos, un ex convicto y el otro que debe la manutención de sus hijos, se proponen robar una serie de bancos en dos días para saldar sus deudas, incluida la de la propiedad familiar. Son robos menores, en sucursales poco concurridas de pueblos de Texas en decadencia. Todo parece ir bien hasta que un policía a punto de retirarse se empeña en resolver el caso. Mezcla de western, con thriller y road-movie, tiene un humor sarcástico dentro de un guión que permite que no sea una película más del -o los- género. No en vano está nominada a cuatro Oscar: Película, Guión Original, Edición y Actor Secundario. Este último es un Jeff Bridges al que siempre le caen muy bien estos papeles irónicos y de seres en decadencia. Si gana, lo tendrá merecido aunque Mahershala Alí (Luz de luna) le compite cabeza a cabeza.

Chris Pine es uno de los dos hermanos que se proponen robar varios bancos.

Tres mujeres negras destacaron en la NASA a pesar de la discriminación racial.

Talentos ocultos

En los años 60, en plena carrera espacial en la que Estados Unidos y Rusia se disputaban la supremacía, la NASA empleó a mujeres negras para que trabajaran como "computadoras humanas". Este film se centra en tres de ellas que terminarían haciendo historia: una calcularía las trayectorias de las misiones Mercury y Apolo, otra sería programadora de las primeras computadoras IBM y la tercera se convertiría en la primera ingeniera aeroespacial de Virginia. Mujeres y negras debieron enfrentar más de un motivo de discriminación en una época en que había baños para blancos y negros, entre otras cosas. Esta película reivindica el talento por encima de todo y lo hace con una fórmula conocida pero efectiva, en la que el elenco es el valor agregado y por eso se llevó el máximo premio del Sindicato de Actores. Difícil para el Oscar, aunque Octavia Spencer dará pelea.