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Todos para uno

| Un inusual conjunto de animales del Zoológico de Nueva York descubre que la ciudad puede ser una jungla cuando salen a rescatar a uno de ellos.

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El león Samson (voz de Kiefer Sutherland), la jirafa Bridget (Janeane Garofalo), la anaconda Larry (Richard Kind), el koala Nigel (Eddie Izzard) y la ardilla Benny (Jim Belushi) se unen para salir del Zoológico de Nueva York en busca de Ryan (Greg Cipes), hijo de Samson embarcado por error hacia la "Vida salvaje". Los malvados que se cruzarán en su camino serán el antílope Kazar (William Shatner) y su torpe edecán Blag (Patrick Warburton).

Hasta aquí la anécdota de un film animado que promete enganchar a grandes y chicos con su historia y canciones, además de atrapar por lo que se esconde detrás del trabajo de un equipo internacional de 350 artistas y técnicos, que incluyó a más de 50 animadores. Aquí van algunos "Datos Salvajes":

Samson, el león, posee más de seis millones de pelos que debieron ser creados en forma individual o "convertidos" por computadora. Pero el animal más peludo del film es ¡un caniche con más de catorce millones de pelos!.

Los flamencos del zoológico son escoceses porque al director, Spaz Williams, le pareció que se asemejaban a gaitas. Spaz toca la gaita en su tiempo libre.

Richard Kind, quien presta la voz a la serpiente, debió guardarse sus gritos hasta que finalizó su papel de cantante, el personaje de Max Bialystock en "The Producers", en Broadway. Hasta entonces, los gritos eran proferidos por el director Spaz.

Eddie Izzard usó una canasta en la cabeza para la escena en la que Nigel tiene una lata de pintura pegada en la cabeza.

A los 418 integrantes del personal ¡le llevó un millón y medio de horas de trabajo darle vida a "Vida salvaje" en la pantalla!.

El actor Kiefer Sutherland ("24"), que presta su voz al león Samson, practicaba su rugido en la autopista mientras conducía a las sesiones de grabación.

Se realizó la animación de cerca de dos millones de plumas para todos los pájaros que aparecen.

William Shatner insistió en proveer de los gruñidos animales del antílope Kazar. Bufó, rebuznó y bramó de todas las maneras imaginables durante diez minutos para que los editores tuvieran la mayor cantidad de material disponible para elegir.

En la película, los personajes juegan una versión animal del curling, un deporte popular en Canadá.

El director deseaba que la anaconda Larry permaneciera fiel a su naturaleza, es decir lenta y torpe, pero esto habría hecho imposible que mantuviera el ritmo de sus amigos. Para solucionar el problema, Larry viaja montado al cuello de la jirafa Bridget casi toda la película.

Cuando los koalas nacen, tienen el tamaño de un confite y dos pulgares en ambas garras. En una graciosa improvisación que no aparece en la edición final, Eddie Izzard canta una canción sobre un koala que se horroriza al darse cuenta de que tiene cuatro pulgares.

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