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La secretaria

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Victoria Césperes

VICTORIA CÉSPERES

En breve se estrenará la segunda temporada de El Marginal cuya historia será la precuela de lo visto en la primera. Al elenco regular se sumó Victoria Césperes, como secretaria del director del penal. La actriz, que hace más de dos años que vive en Buenos Aires, contó detalles de este nuevo trabajo.

El teatro es el medio en el que Victoria Césperes se mueve como pez en el agua. Se formó en la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD), hizo varias obras en Uruguay y, cuando decidió cruzar el charco, la vida le puso a Juana Viale en su camino. Se hicieron muy amigas y juntas concibieron La sangre de los árboles, la obra teatral con la que vienen recorriendo América y España desde hace más de dos años.

Pero a Victoria le faltaba cumplir sueños en la televisión. Desde que se instaló en Buenos Aires, hace dos años y medio, ha realizado varios castings. Pero es un proceso al cual no es fácil acceder, muchos de ellos son cerrados por lo que no todos se enteran del llamado. Por suerte no pasó eso con el que organizó la productora Underground (Sebastián Ortega) para la segunda temporada de El Marginal (TV Pública, Netflix). "Fue un casting súper abierto y no sabía para qué personaje era. En ese momento hice el casting como la esposa de un político que, de hecho, después no aparece", recuerda la actriz en una de sus tantas visitas a Montevideo. Eso ocurrió a fines de enero y "de un momento a otro me dijeron quedaste, empezás a grabar la semana que viene. Me puse muy contenta porque Underground es una productora que a mí me gusta mucho lo que hace y El Marginal me parece una serie increíble".

La primera temporada de El Marginal tuvo a Juan Minujín como protagonista, en el rol de un policía que debe infiltrarse como un preso en la cárcel de San Onofre para obtener información sobre un secuestro. Para sobrevivir en ese mundo que tiene reglas propias, se ve obligado a vincularse con los Borges, una familia de reclusos que controla todo lo que ocurre en el lugar y maneja todos los negocios turbios. Borges (Claudio Rissi) manda y eso le facilita las cosas a su hermano Diosito (el uruguayo Nicolás Furtado). La segunda temporada va a atrás en el tiempo para contar cómo los Borges se hicieron del control del penal, para lo cual trabajaron en conjunto con el entonces nuevo director, Antín (Gerardo Romano). Este último tiene una secretaria, Andrea, que es el personaje que interpreta Victoria.

"Antín recién está empezando a trabajar en la cárcel y los presos tienen más fuerza que él. Mi personaje presencia las reuniones que tiene con los reclusos, todas las tramoyas que hace con Borges para poder sacar al preso que tiene más poder y que se manejaba con el director anterior. No tengo una historia de amor ni de nada", cuenta Victoria sobre Andrea que, si bien no aparece en todos los capítulos de la nueva temporada, es un personaje del elenco regular. "A mí lo que me interesaba era la continuidad y, sobre todo, la experiencia, que es increíble. El aprendizaje, trabajar con tipos tan talentosos… me encanta".

Como en casa.

"El primer día de grabación estaba muy nerviosa. Estaba llegando a la Cárcel de Caseros, donde se graba la serie, y tenía un gran estado de nervios. Era más que nada interno, pero muy fuerte. Sabía que me sumaba a una serie que ya estaba rodando, pero llegué y todos me trataron increíble, me sentí súper cómoda", dice Victoria de su debut en el set.

Tuvo la suerte de encontrarse con otro compatriota, Adrián Caetano, quien dirigió los primeros dos episodios. "Lo conocía, pero nunca había trabajado con él. Caetano me dio una habilitación increíble, me abrió las puertas. Es un director que te avala para que te sientas cómoda. Tenía una escena con Gerardo Romano y con Claudio Rissi, en el escritorio de ellos, y me agregó más diálogo. Los actores, que no me conocían, vieron cómo me trataba Caetano y eso me ayudó", continúa quien ya venía con una pequeña experiencia en otra serie emitida por Netflix, Estocolmo: Identidad perdida, protagonizada por su amiga Juana Viale.

"En Estocolmo también tuve esos nervios. Me pasó con Jorge Marrale, Leonor Benedetto… Es gente que admiro tanto. En el primer momento siempre me pasa, pero luego desaparece y empiezo a trabajar con el otro, me olvido de quién es. Eso es maravilloso. Creo que los nervios son parte de la profesión y el deseo; es lo que nos mantiene vivos. Por suerte esos nervios no me impiden disfrutar y aprender. Después la recontragozo, me encanta", apunta.

En El Marginal no le toca compartir escenas con Nicolás Furtado, el gran protagonista de la segunda temporada, pero es un actor al que conoce mucho. "Lo conozco hace un montón de años. Es mucho más chico que yo y trabajé con él cuando Nico tenía 18 años, en una publicidad. Además, es de La Teja y yo tengo tíos en La Teja. También actué con él en Dance! (Canal 10). Nico se fue a Buenos Aires antes que yo y reencontrarnos fue algo increíble. En El Marginal nuestros personajes pertenecen a distintos mundos. Mi mundo es el de la oficina de Antín", explica la actriz y agrega que no sabe si su personaje terminará teniendo algún vínculo con el director de la cárcel más allá de ser su secretaria. "No sabemos lo que va a pasar, ni los directores lo saben porque van recibiendo los guiones sobre la marcha", explica sobre el sistema de trabajo de una serie que cuenta con más de un director. Además de Caetano, están Alejandro Ciancio (ya dirigió en la primera temporada) y Mariano Ardanaz.

Son varios los actores con los que Victoria no comparte escenas, pero sí el día a día de las grabaciones y de eso también saca sus enseñanzas. Tal el caso de Verónica Llinás, que interpreta a una asistente social corrupta que se contrapone al personaje de Emma (Martina Gusmán). "Es genial, la amo". También se ha cruzado con Daniel Fanego. "Estuve almorzando con él y me pare ció una persona divina. Y a Esteban Lamothe, que hace de Patricio, El Doc, ya lo conocía de Estocolmo y tengo cierta amistad con él". El elenco se completa con actores no profesionales, una característica muy propia de Underground.

"El ambiente con todos es divino. Estoy muy feliz, es una experiencia increíble, por donde la mires", destaca sobre las grabaciones que tienen lugar en la ex Cárcel de Caseros. "El primer día me impactó muchísimo", recuerda, "es una cárcel que dejó de estar en funcionamiento en 1995 y ahora es como una villa, te da miedo entrar. Hay una energía muy power".

En cuanto al sistema de trabajo, cuenta que es al estilo cine. "Cada escena tiene mucha calidad, se trabaja súper relajado, los profesionales son increíbles. A veces hacen dos equipos de trabajo, uno filma fuera de la cárcel y el otro adentro. Todo se hace con tiempo, lo que importa es que salga bien". El plan era terminar el rodaje a mediados de marzo.

Recordemos que la primera temporada de El Marginal ganó el Martín Fierro de Oro, el Premio Platino a Mejor Miniserie, el Gran Premio Internacional en el Festival Series Manía de París y doce premios TATO (productores argentinos), entre otras distinciones.

Año programado.

Victoria y Juana Viale están al frente de Sangra Producciones, productora con la que continuamente están armando proyectos. Su buque insignia es la obra La sangre de los árboles, escrita y dirigida por el chileno Luis Barrales, con quien trabajaron en estrecha colaboración. La han presentado en muchas oportunidades en distintos lugares de Uruguay y la han llevado a San Sebastián (España), Caracas (Venezuela), Bahía (Brasil), Colombia, además de, claro está, la Argentina. Este año vuelven a presentarla en Buenos Aires, durante ocho jueves de mayo y junio, en el Espacio Callejón, de Javier Daulte. "Nunca había viajado tanto con una obra de teatro", señala Victoria sobre una pieza que le ha dado muchas satisfacciones y a partir de la cual le han surgido propuestas de trabajo en Buenos Aires.

En el segundo semestre del año, Sangra Producciones presentará Falta Fedra, una obra del uruguayo Gabriel Calderón dirigida por el argentino Cristina Drut. Actúan Victoria, Juana, y la actriz de la Comedia Nacional, Gloria Demassi. La estrenaron en 2017 en el Festival de Costa Rica y la llevaron al departamento de Salto.

Victoria también espera por el estreno de la película brasileña Amigas do sorte, de Homero Olivetto, en la que Suzana Vieira hace de una brasileña que se gana la lotería y viene a festejar al Uruguay, donde se encuentra con tres argentinas (Victoria, Manuela Da Silveira y Natalia Chiarelli). El cine es un mundo que le gustaría seguir explorando. En 2017, por ejemplo, participó de la película argentina Mariel espera, en la que hace de amiga de la protagonista (Juana Viale), una mujer que pierde un embarazo. "Guionada por médicos, muy interesante", acota.

Y, mientras tanto, sigue probando suerte y haciendo castings para trabajar en televisión. "Yo no tengo una trayectoria como otras actrices muy conocidas en Buenos Aires, entonces me interesan las chances de los castings, poder demostrar lo que es mi trabajo y entrar por eso. Es lo que me pasó en El Marginal", destaca. "Mi representante, Mauricio Catarain, está siempre buscándome oportunidades", agrega y se anima a adelantar, sin más detalles, que puede existir la oportunidad de una nueva serie de producción argentina para Netflix.

Para un futuro a más largo plazo, se imagina haciendo algo para niños (ha dado clases de teatro en colegios), incluso dirigiendo "todavía no es el momento"- y hasta conduciendo en televisión, cosa que ya hizo en sus comienzos. "Yo empecé con Florencia Zabaleta como notera de un programa deportivo de VTV", recuerda.

No desespera, sabe que en esta carrera tener paciencia es fundamental. "He sabido esperar, me ha llevado un tiempo realmente tener un trabajo, pero la profesión es así. Yo trato de observar, soy una esponja de ver a los grandes actuar". Y en ese proceso de observación entra tanto lo argentino como lo uruguayo, ya que Victoria se siente muy orgullosa del teatro que se hace en nuestro país y lamenta que no exista más ficción en televisión. "Siempre que vengo, me recontra asombro de los buenos montajes que hay, los buenos actores… me da mucho orgullo Uruguay, te juro que me impresiona. Hay una calidad increíble".

Por eso y por sus afectos, es que confiesa que no puede dejar de venir, se la pasa cruzando el río en el barco donde ya le quieren dar el uniforme como si fuera una empleada más. "Estoy súper conectada con Montevideo, tengo mis amigas, mi madre, mis hermanos, y trato de conectarme a nivel de laburo. Me han dicho para hacer teatro acá, pero ahí sí me tendría que venir a instalar. Hacer cine es más fácil".

En Buenos Aires, tiene un círculo chico de amistades. "Juana, obviamente, y un par de amigas que están como más con la familia y los hijos, no son del ambiente. Me gusta mucho ir a sus casas o a casa de otros amigos, a una parrillita o una bodeguita de mi barrio. No soy muy de salir a elenquear. Voy mucho al teatro, a conciertos…".

Así es "La Uruguaya", apodo que le puso Juana Viale y que, si bien ella asume orgullosa, también le gusta decir: "soy de los dos lados".

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