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Roxanne Machín: Sirena canadiense

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Roxanne Machín. Foto: Daniel Ayala

ENTREVISTA

La historia de la modelo de padres uruguayos que nació y se crio en Canadá. Roxanne Machín llegó a Uruguay junto a su madre hace tres años y está dedicada al modelaje y a estudios de comunicación. "En Canadá no existe el chivito canadiense", denuncia.

De padres uruguayos, Roxanne Machín (19 años) nació y se crio en la ciudad canadiense de Quebec. Hace tres años llegó a Uruguay en compañía de su madre y si bien la adaptación inicial no fue sencilla, hoy se siente u201cextremadamente felizu201d en el país. Con una altura de 1,75, morocha y de rasgos delicados, la joven comenzó en el mundo de la pasarela hace dos años. Unas amigas la motivaron a que se presentara a un certamen de belleza y terminó ganando la corona, al igual que otras más. Hoy tiene trabajos todas las semanas, sea en desfiles como en producción. Al mismo tiempo, está terminando el liceo con el objetivo de estudiar Comunicación y también se forma como azafata. Conocé su historia.

-Llegaste hace tres años a Uruguay, ¿cúal ha sido la principal dificultad para adaptarte?

-Creo que el idioma. Entiendo perfecto el español aunque mi acento a veces dificulta la comunicación. Pero hoy en día, siempre termino haciéndome entender.

-¿Cómo se dieron tus comienzos como modelo?

-Un poco de casualidad y sin proponérmelo. Hace dos años, unas amigas uruguayas que están vinculadas al modelaje me motivaron para que me presentara al certamen de belleza Miss Río de la Plata en Punta del Este. Para mi sorpresa, lo terminé ganando y lo mismo sucedió con otros dos certámenes esa temporada. Así comenzó todo. Ahora me orienté más hacia la pasarela y a producciones. Desfilé para Ágata Ruiz de la Prada, participé durante todo el año de un ciclo de desfiles en Enjoy Punta del Este y ahora estuve en Moweek.

-Al mismo tiempo estás estudiando...

-Sí. Estoy terminando el liceo en la orientación derecho y tengo intenciones de empezar el año que viene la carrera universitaria en Comunicación. Quizás con la orientación de publicidad. También estoy haciendo un curso de azafata. Me paso el día estudiando porque me gusta mucho y en estos momentos el estudio es mi prioridad.

-¿Cómo te imaginás el futuro de tu carrera como modelo?

-Por el momento no me planteo irme del país, como a lo mejor están pensando otras colegas. Pienso que todavía no le he sacado el máximo proyecto a lo que puede dar el mercado uruguayo. Estoy creciendo acá y con muchas ganas de seguir mejorando en los desfiles y producciones. A lo mejor cuando termine mis estudios, podría ser irme al exterior, con algún proyecto temporal.

-¿Qué es lo que más extrañas de Canadá?

-Una parte de mi familia que quedó allá. Mi padre y mis hermanos siguen viviendo en Quebec. Si no fuera por esa situación, yo soy extremadamente feliz en Uruguay. Lo siento mi casa.

-¿Siempre fue así o en los comienzos era más difícil?

-Me costó el proceso inicial porque llegué en una etapa de mi vida, con 16 años, en la que necesitaba mucho de mis amigos. La distancia con ellos me dolía, pero de a poco me fui integrando a nuevos núcleos de amigos. Después del año empecé a disfrutar de Uruguay. Hoy tengo muchos amigos y me siento una uruguaya más.

-¿Estás en pareja?

-Tuve una relación pero en este momento no tengo pareja. No estoy muy interesada en tenerla tampoco. El amor de mi vida es un perrito.

-¿No estás abierta al amor?

-No es una cuestión de apertura. No lo busco. Si se da, que se dé. Yo sigo mi camino y no me planteo la pareja como condición o necesidad para seguir. Voy muy bien así.

-¿Cuáles son los orígenes del chivito canadiense?

-(Risas) Ni idea. Es raro ese plato, porque en Canadá no existe. Lo que me dijeron es que deriva del lomito canadiense. Pero es un invento 100% uruguayo y es muy rico, por cierto.

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