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Rial, el Martín Fierro tiene larga vida

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La columna de Luis Ventura

Todo el tiempo me pregunto por qué quieren destruir al premio de televisión y radio más importante del continente. ¿Por qué tanta saña y preocupación para aniquilar a la mejor y más prestigiosa fiesta de la industria que tiene Latinoamérica? Yo realmente no lo comprendo.

No entiendo que mi amigo Jorge Rial insista en destruir algo que repudia, que degrada, desprestigia y que tantas horas de su programa mal llamado del espectáculo y de su vida personal destina para que deje de funcionar.

El último Martín Fierro reunió a no menos de 1.000 personas interesadas en la entrega del premio, con 550 comensales que cenaron un menú que costaba 150 dólares el cubierto, una gala cercana a los 3.000.000 de pesos, 34 estatuillas para otros tantos rubros, una estatuilla de Brillantes con cuatro piedras preciosas que más que premio fue una alhaja, un galardón de Oro y dos homenaje. Pero además estuvieron en la fiesta Mirtha Legrand, Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Jorge Lanata, Adrián Suar, Moria Casán, Griselda Siciliani, Pampita, Antonio Gasalla, Santiago del Moro, Araceli Gonzáez y Luis Novaresio, autoridades de los canales, decenas de figuras y estrellas… ¿Por qué entonces tanta violencia para tratar de desestabilizar al premio?

Si quieren filtrar las listas de los futuros ganadores, que lo hagan, si quieren ofender a los periodistas que integran la entidad aunque algunos sean compañeros de trabajo del propio Rial y los trate de "tránsfugas" y corruptos como si se hubieran quedado con dinero del Estado, si quieren reírse de la intensa cocina de la sede de Aptra lo acepto… Pero agregar definiciones como "ladrones", "estafadores" o "corruptos" por el simple hecho de organizar una fiesta en la que ellos ocuparon asientos y cenaron a cuerpos de reyes me parece demasiado.

Me pregunto si todos los que se erigen en verdugos tienen el culo tan limpio como para levantar el dedo señalador y justiciero para analizar temas de robos, fraudes y corrupciones. Me lo pregunto hasta escucharlos reclamar trasparencias cuando muchos de ellos a la hora de ejercer los votos no sé si proceden en sus accionares de la misma manera que le exigen a los demás.

Por eso, y como presidente de la entidad que entrega los premios Martín Fierro propongo que dejen de matar al premio más importante de los latinoamericanos que siguen batiendo records de rating y de convocatoria y que miren y repasen un poco más lo que les cuelga en sus vidas propias. Llegó el momento de sacarse las caretas y mostrar los verdaderos rostros de quienes atacan al Martín Fierro y los invito al gran debate que gusten en el lugar que elijan. Pero sin censuras y a cara de perro.

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