La más reciente de Alien, una sobre religión y un thriller argentino

13/05/2017, 05:00

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Alien: Covenant cuenta lo que ocurre con una tripulación que elige el planeta equivocado para instalar una nueva civilización. En La cabaña, un hombre tendrá un encuentro con la Santísima Trinidad. Y en Los padecientes, un psicólogo tendrá que averiguar lo que hay detrás de un crimen.

Alien: Covenant

Diez años pasaron de Prometeus, la última expedición que se topó con alienígenas. Ahora, en la nave Covenant, viaja otra tripulación y su objetivo es claro: colonizar un nuevo planeta. Llevan los embriones de quienes conformarán esa civilización y ya saben dónde ocurrirá. Pero un accidente y un cambio de capitán alteran las decisiones, haciendo que la tripulación se aventure a explorar un planeta más cercano que parece tan perfecto como el elegido en primera instancia. Allí el grupo se dividirá en tres: los que quedan en la nave principal, los que permanecen en la nave menor que los llevó al planeta y los que se lanzan a investigarlo. Entre estos últimos está Walter, una versión mejorada de un robot que ya ha sido parte de anteriores misiones. De más está decir que los aliens los están esperando. Ridley Scott sabe lo que hace cuando de extraterrestres hablamos y acá no defrauda, consiguiendo una historia con un guión atrapante más allá de que siga la lógica archiconocida de "van muriendo de a uno", en la que se puede anticipar hasta los que se irán primero. Por supuesto que se cubren todas las demandas políticamente correctas al armar la tripulación -negro, latino, mujer, gay…- aunque a la hora del cuento cada uno funciona independientemente de su naturaleza. Más allá de tratarse de un film de acción y suspenso, hay mensajes religiosos o simbolismos para quien quiera ir más allá de la simple historia. Por supuesto que el despliegue de los efectos especiales es un punto alto de una película en la que también hay lugar para dos personajes interpretados por un mismo actor, lo que permite otro lucimiento del director al momento de enfrentarlos en una misma escena. Imaginarán además que Scott no está dispuesto a ponerle punto final a su creación más lucrativa, así que esperen más derivaciones de una historia que tiene sus cierres pero también deja abierta nuevas interrogantes.

La cabaña

Hijo de un padre alcohólico y golpeador, Mack logró formar una familia feliz y creyente en Dios. Pero en unas vacaciones, la hija más chica es secuestrada y asesinada. Caída libre para este hombre que un día recibe una invitación para pasar un tiempo en la cabaña donde la niña murió, invitación firmada por "Papá", nombre con el que la familia se refiere a Dios. Todo lo que ocurre de ahí en más son situaciones destinadas a que el protagonista se reconcilie con su religión y con la vida, supervisado por la Santísima Trinidad en la que Dios es una mujer y negra. Adaptación del best-seller de William P. Young que se extiende demasiado, deja bastante que desear y que apenas podría funcionar como catequesis para niños.

Un hombre desahuciado se encuentra con Jesús, Dios y el Espíritu Santo.

benjamín Vicuña interpreta al psicólogo que investiga muerte de un empresario.

Los padecientes

Como favor a un amigo, un psicólogo recibe a una joven de una familia adinerada que le solicita declare inimputable a su hermano, acusado de asesinar a su padre, un famoso empresario. El trámite parece sencillo, pero el hombre huele algo raro e, impulsado por su compromiso profesional de búsqueda de la verdad, quiere saber más. Entonces se convierte en detective, vinculándose con personajes que podrían estar ocultando un secreto mayor, entre ellos la hermana menor de la familia (muy bien Ángela Torres, la única que se salva). Basada en una novela del psicólogo Gabriel Rolón, se trata de un policial tan de manual que hasta por momentos se transforma en parodia, con diálogos acartonados y parlamentos grandilocuentes sobre lo que es el amor (su lado psicológico), entre otras cosas. Rebuscada, torpe y previsible desde sus primeras escenas.