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Prueba el primer plano y tiene pasaje a Rusia

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El Tano Abadie logró despegarse del fútbol con el ciclo Abran Cancha

TANO ABADIE

El niño que pedía a los Reyes Magos radios en vez de pelotas o Ataris, celebra 28 años en el dial.  Cumplió el sueño de ser padre de Amaia junto a su mujer, Carla Lorenzo, continúa con el ciclo Abran Cancha (Del Sol FM) los sábados de 2018, y cubrirá el Mundial de fútbol para la agencia Perform. 

—Se dice que eras un bebé que no dormía, un niño muy inquieto e infumable. Así le cuentan a tu pareja, Carla Lorenzo. Y recibiste 18 anestesias generales…

—Vivíamos en el Cordón, y mi viejo me tenía que sacar a pasear en auto por 18 de Julio hasta que me dormía. Sufrí mucho de los oídos y a principios de los setenta no había las técnicas que existen hoy, y cada otitis que me agarraba significaba una punción para drenar, y era con anestesia general. Ahí sumé muchas.

Después tuve una conmoción cerebral porque me caí de un caballo, me operaron por fracturas cuando jugaba al rugby y sufrí un accidente de auto grande a los 19 años. Me dormí, se cayó una columna encima del Fusca que manejaba y estuve un rato largo internado. Me dieron 104 puntos en la cara y pasé por una cirugía estética importante.

—Volvías de llevar a tu hermano Iñaki de una práctica, ¿no?

—Había salido la noche anterior con mi hermana, me acosté tarde, mi madre quería llevar a Iñaki y dos amigos a un torneo de fútbol o rugby en uno de los campos de deportes de los colegios, era por la Interbalnearia. Me levanté y los llevé yo sin problema, y a la vuelta me dormí en Avenida de las Américas.

—Tu hermana se jacta de haber sido la única que logró sacarte. Lo tiene como un trofeo. Tardó 27 años en hacerlo, ¿te acordás por qué le pateaste la puerta?

—No me acuerdo cómo fue pero fue la única vez. Fui insoportable de niño, pero después no me enojaba, ni discutía por nada. Con mis hermanos no tuve prácticamente peleas. Tuve una con Iñaki cuando yo tenía 24 y él 17 que llegamos a los golpes de puños, pero tampoco me acuerdo el motivo. Son los dos recuerdos que tengo, una con cada uno.

—Sos amigo del senador Luis Lacalle Pou ¿cómo nació esa relación?

—Fuimos compañeros en el British. El primer día de clase nos sentamos al lado. Hicimos toda la primaria y el liceo juntos, en sexto yo me cambié al Juan XXIII, y nos reencontramos en Facultad de Derecho.

—Jugaste al rugby hasta los 20 años, ¿así se metió el deporte en tu vida?

—Siempre me gustó. Mi padre era muy fanático de todos los deportes, nos llevaba al estadio y a ver basquetbol. Vivía muy cerca de la cancha de Trouville y me hice fanático, me pasaba metido adentro del club. Jugué desde chico al tenis, al rugby, al baby fútbol y así me fui metiendo. Era fanático a grados de enfermedad en mi adolescencia, hoy ya superado, por suerte.

—¿Te hubiera gustado ser deportista profesional?

—Sí, pero nunca me acompañó el físico, ni el talento. Jamás me lo planteé.

—¿Por qué hiciste abogacía?

—Si llegara a los 18 años en la época de hoy probablemente estudiaría Ciencias de la Comunicación. Pero tenía una carga muy importante: mi bis abuelo fue abogado, mi abuelo también, mi padre se metió en facultad y nunca terminó. Era chico cuando empezó toda la etapa de los caceroleos en la dictadura, y mi vinculación con Luis (Lacalle Pou) me llevó a tener conocimiento sobre la actividad política desde muy joven, y ahí empezó a gustarme el derecho. Mi vieja encantada cuando decía que quería ser abogado. Cuando llegué a los 18 ni me lo planteé. Me di cuenta cuando entré a facultad que no me gustaba. Me costó muchísimo. Dejaba y retomaba. Me recibí después de 22 años, en 2015.

—¿Era una meta el título?, ¿significaba cerrar una etapa?

—Pura y exclusivamente. De hecho, declaré el no ejercicio en la Caja Profesional. Tuve una sola actuación como abogado, el divorcio de un amigo, y me retiré.

—En 2018 cumplís 28 años en radio, ¿qué tiene de especial ese medio?

—Es espectacular. Más que adorar la radio como fuente de trabajo, la adoro como oyente. Mientras muchos pedían pelotas o Ataris en sus cumpleaños, yo pedía radios. Me acuerdo de mi ITT marrón donde escuchaba Hora 25, Deporte Total, Adolfo J. Palma. La radio es atrapante. Te acompaña en el auto, de noche, te mata el insomnio, te hace fantasear. En su momento era fanático de Caras y más caras, escuchaba esa voz tan particular de Gustavo Rey y me imaginaba distintos rostros.

—A lo largo de estos años estuviste al lado de Federico Buysan, Alberto Sonsol, el Toto Da Silveira, Roberto Moar. En 2017 sorprendiste con un programa propio en Del Sol, ¿con Abran Cancha saliste del perfil bajo?

—Probablemente. Tuve una experiencia en Aspen FM durante el año que viví en Maldonado (2011). Hacía un programa propio martes y jueves sobre música y deporte. Abran Cancha fue la primera vez que estuve al frente y el programa conjugó lo que yo quería, que era desprenderme un poco del deporte.

—Te diste el lujo de tener invitados vario pintos, ¿cuál fue la entrevista que más te gustó o la que te dejó más conforme?

—Hubo varias que representaron un desafío. Luis (Lacalle Pou) fue una porque tenemos muchas historias en conjunto, y tenía que desprenderme de la relación. El "Maestro" Tabárez era interesante sobre todo por la posición que él adopta a la hora de ser entrevistado. Es un tipo difícil, y logramos el objetivo: sacarlo de la clásica entrevista de a quién va a convocar y cómo va a jugar. Con Carolina Cosse sentí en la previa que podía ser una entrevista difícil y terminó siendo espectacular. Julio María Sanguinetti porque fue dos veces presidente, un tipo muy preparado, intelectualmente superior, y Carlos Tanco también por su inteligencia.

Abran Cancha supuso, además, trabajar con tu hermano Iñaki, ¿cómo es eso para vos?

—Habíamos tenido una primera experiencia en 2004, cuando VTV compró los derechos del rugby y por primera vez se pasó en vivo todos los fines de semana. Yo era el relator de ese equipo, necesitábamos un productor que supiera del deporte y no abundan. Iñaki había jugado hasta hacía muy poco, y yo le veía un perfil para la comunicación. Esa fue nuestra primera experiencia. Fue un año entero y no tuvimos ningún problema.

—¿Iñaki te convocó para tener tu programa en Del Sol o se lo propusiste vos?

—Él me llamó después de que estaban avanzadas las negociaciones y me dijo, "estoy en esto, tenés que estar". Él me tiene una buena consideración profesional, más allá de la relación de hermanos. Pensé la propuesta, se las acerqué, y le gustó a Iñaki, al Piñe y a Rafa (Cotelo). Es más, Rafa fue quien nos proporcionó el nombre (Abran Cancha) porque hacía alusión a que nos salimos del deporte, nos despegamos del Toto (Da Silveira), Fede (Buysan), eso de siempre estar acompañando. Y salió buenazo. Tal es así que seguiremos al aire los sábados de 2018.

Es un placer hacer el programa. Con Leo (Sanguinetti) trabajé en muchas oportunidades y siempre me sentí muy cómodo. Pensamos diametralmente opuesto frente a muchos aspectos de la vida, pero nos llevamos muy bien a la hora de trabajar. Hubo un descubrimiento sensacional que fue Fede Reboledo en la producción. Es un fenómeno y sin él nada sería posible. Yo di clases en el curso de periodismo deportivo La nueva generación y me acerqué a ellos para que me recomendaran al mejor. "Este pibe va a andar volando", me dijeron. Me reuní con él y de entrada vi que con 20 años tenía claro hacia dónde quería ir. Empezó como productor de Abran Cancha y terminó integrándose al equipo de 13 a 0 y al portal 180.

—También te integraste a la mañana del Sol durante este verano para hacer la suplencia de No Toquen Nada, ¿era un reto ocupar ese horario y espacio?

—Me llamó el Piñe en diciembre para proponérmelo y era un gran desafío porque estás en una embarcación que sabés que navega bien y no podíamos hacerla encallar. Por las repercusiones parece que más o menos la sacamos adelante.

—En Perform Group entraste por ser bilingüe para traducir relatos de partidos y producir noticias. Y ahora sos el jefe de todo el equipo periodístico de Latinoamérica y Brasil...

—Sí, era fundamental el idioma porque todo el material que recibíamos eran guiones en inglés que debíamos traducir al español primero y ponerle un voice over neutro. Empecé como productor de noticias y hoy estoy como editor senior. Fue un lindo reconocimiento.

—¿Es verdad que Roberto Moar fue el Celestino entre vos y Carla Lorenzo?

—Es cierto. Hacíamos un programa juntos en la 1010 AM y le comenté que me gustaba Carla. Yo sabía que estaba separada, pero no la conocía. Teníamos un espacio de entrevistas por fuera del deporte y ella vino a presentar su disco. Un día Roberto escuchó que estrenaba una obra de teatro, se la encontró en un pasillo de Canal 10 y la invitó. Carla le dijo, "pero yo ya estuve". Le resultó extraño, pero volvió a la radio. Ese día Roberto no fue y ahí empezó a generarse esto tan lindo que vivimos hoy.

—Carla dice que Amaia llegó con una panadería entera abajo del brazo porque te vas a Rusia por Perform. Es tu primer Mundial pero dudaste si ir o no porque no querías perderte el cumple de un año de tu hija, ¿es cierto?

—Claro. Amaia nació el 3 de julio y en la primera conversación me dijeron que me tenía que ir del 7 de junio al 17 de julio. Cuando me llegó la confirmación, tenía que contestar en poco tiempo, y estuve pensando porque me iba a perder el primer cumpleaños de mi hija, y yo siempre tuve el sueño de ser padre. Carla, una sabia, me dio un par de argumentos que me permitieron con un poquito de dolor aceptar. Por suerte Perform modificó algunas cosas y voy a estar 22 días pero llego para festejar su cumpleaños. Salió todo redondo.

—Amaia fue muy buscada y Carla quedó embarazada después de aflojar en unas vacaciones...

—Sí, incluso habíamos empezado a hablar sobre consultar a algún especialista y llegó justito.

—Vos le habías dicho que si no se daba igual estabas feliz de tener a Indira, la hija mayor de Carla, ¿la sentís como tu hija?

—Sí, Indira tiene un padre súper presente y tenemos una gran relación con él. La adoro con toda mi alma, tenemos una relación espectacular. Me puede, y me conquista a cada minuto.

—¿Te cambió la vida la paternidad?

—Me cambió la vida Carla. Yo venía de algunos golpes importantes, pude salir con el apoyo de mi familia y mi fuerza de voluntad, pero conocer a Carla me permitió cambiar muchísimas cosas para ser una mejor persona. Eso me tiene muy feliz y motivado. Y ser padre es mi primera y principal preocupación todo el tiempo.

Familia feliz

Carla Lorenzo y el "Tano" Abadie buscaron a Amaia durante un año. El plan era consultar a un especialista y hacerse estudios después de la licencia de ambos, pero no hubo necesidad. Se fueron de vacaciones junto con Indira, la hija de Carla, aflojaron tensiones, y al volver, ella se enteró que estaba en la dulce espera. El "Tano" dejó de fumar el día que Carla le mostró el Eva Test. Su mujer lo define como "el padre más baboso del planeta". Y él, además, tiene un vínculo espectacular con Indira.

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