Lamentablemente, el Agente vino a la redacción con energía negativa. Seguramente lo podrán percibir a continuación tanto los lectores como los personajes involucrados en esta bendita columna semanal.
Lamentablemente, el Agente vino a la redacción con energía negativa. Seguramente lo podrán percibir a continuación tanto los lectores como los personajes involucrados en esta bendita columna semanal.
Es que, el hombre llegó un poco consternado de la casa de un amigo muy adinerado y que lo invitó a tomar un copetín a su departamento de un edificio montevideano súper top. Según pudo saber, allí tienen uno un reconocido futbolista y su esposa extranjera, cuyos familiares alborotaron la paz de ese edificio.
El famoso choque de culturas y cierto libertinaje hicieron que los parientes de la botinera en cuestión alteraran la paz de los vecinos con escenas nunca vistas. Entre otras cosas, los vecinos llegaron a ver sexo en la piscina del edificio. “Parecían vikingos”, le comento su amigo al agente. Tremendo.
A propósito del sexo, hay quienes sostienen que el mismo es capaz de mover el mundo. Y si cada familia es un mundo, también puede destruirlas. Todo esto tiene que ver con un romance que tiene a tres países en vilo y que derivó en una separación y en una crisis.
Si bien todos los involucrados tratan de hablar poco y nada de su intimidad, y hasta se empeñan desmentir rupturas y confirmar traiciones, hubo pruebas irrefutables de este romance clandestino. De acuerdo a lo que comentaron en Buenos Aires, encontraron pruebas en el trabajo que ambos compartían. Las mismas fueron ventiladas por alguien que vio un tacho de basura y encontró ahí un par de preservativos. Letal.
AGENTE ENCUBIERTO