Publicidad

Pablo Fabregat, Diego Delgrossi, Florencia Infante, Pablo Oyhenart y el humor por Zoom

Compartir esta noticia
Pablo Fabregat

INFORME

Cuatro humoristas uruguayos cuentan su experiencia sobre cómo es esta nueva modalidad de trabajo que acerca humor en tiempos de aislamiento

Pablo Fabregat
Pablo Fabregat y el humor del Tío Aldo que sigue en plataformas digitales. Foto: Difusión

Además de ser cuatro de los más conocidos comediantes de nuestro país, Pablo Fabregat, Diego Delgrossi, Florencia Infante y Pablo Oyhenart son algunos de los humoristas que han utilizado las aplicaciones como Zoom y plataformas de streaming para continuar trabajando en estos tiempos donde no hay espectáculos públicos y la oferta de propuestas es más bien escasa. Sobre esta nueva forma de hacer comedia, lo que extrañan del teatro y sus primeras experiencias con estas aplicaciones, charlaron con Sábado Show.

El coronavirus ha afectado a muchos artistas que se han visto imposibilitados de continuar trabajando ya que los teatros están cerrados desde hace más de 40 días. Igualmente un puñado de comediantes han logrado traspasar ese impedimento creando espectáculos que se ven a través de distintas modalidades, como sitios de streaming, Zomm y otras plataformas similares.

Pablo Oyhenart, Florencia Infante, Diego Delgrossi y Pablo Fabregat cuentan su experiencia sobre esta modalidad de trabajo que no solo es a distancia, también implica hacer reír sin conocer la reacción del público.

Oyhenart es uno de los comediantes uruguayos que ha estrenado espectáculo durante la cuarentena. “Estoy haciendo shows online. El sábado pasado tuve la primera experiencia, creé un espectáculo nuevo y se transmitió por el sitio Passline, se sumaron unas 150 personas para mirar el espectáculo, y estuvo divino”, dice.

Pablo Oyhenart. Foto: Adriana Astapenco
Pablo Oyhenart. Foto: Adriana Astapenco

De igual forma dice que fue un desafío increíble al cual se sumó cuando responsables de ese portal lo invitaron a grabar un show y ofrecerlo por streaming. “Estuve meteórico escribiendo, craneando el show, pensando en el formato porque no quería que fueran 45 minutos de un tipo hablando frente a una cámara. Quería que tuviera dinamismo, que fuera diferente y ahí saqué a relucir todo lo que aprendí en la escuela de cine y fue una mezcla de la escuela de cine con Pablo comediante que creo que terminó dando un resultado interesante por lo menos”, dice.

“Para mí como comediante lo más raro es no tener público. “Entonces la solución que le encontré fue generarme varios personajes para que yo como conductor pudiera darle el pie a Pablo comediante, cantante, personaje, etc. Entonces iba rotando en los distintos momentos para agregarle dinamismo y una variedad que al estar adentro de casa y ser una sola persona, no tengo”, cuenta.

Oyhenart: el humorista regresa esta noche a La Trastienda. Foto: Difusión
Pablo Oyhenart. Foto: Archivo

Además de poder llevar algo de risa a la gente en sus casas, la intención de Oyhenart era “recuperar la posibilidad de trabajar, pero también darle al público la posibilidad de pagar la entrada que pudiera pagar. Las entradas salían entre 100 y 500 pesos y hay gente que pagó una y otra. Era bastante libre en ese sentido, porque yo necesito vender entradas y necesito volver a trabajar, pero también entiendo que la crisis atacó a todos, entonces está buena la posibilidad de volver a dar entretenimiento, pero también de que sea accesible”, agrega.

“Soy un convencido que uno vive de vender entradas, pero también tenemos la necesidad hacer reír y contar lo que nos pasa por la cabeza, lo que vivimos y especialmente hoy en día. Nunca en la historia de la humanidad se dio que todas las personas que están viviendo en el mundo tengan algo en común, eso a la hora de hacer humor, es una necesidad. Necesitamos hacer humor porque todo el mundo está en la misma, tenemos la necesidad de hacer un chiste sobre eso como para que nos acepten, porque el humor es una herramienta”, agrega.

Diego Delgrossi.
Diego Delgrossi. Foto: Archivo

En el caso de Diego Delgrossi, la experiencia surge como consecuencia “como todo (o casi todo) a lo que nos hemos visto llevados a cambiar en esta “Nueva normalidad”, dice.

Esa relación entre público y artista se ha perdido con estas nuevas modalidades de hacer humor. Delgrossi dice que se está aprendiendo constantemente “ya que no lo considero una “sustitución”, sino una alternativa provisoria, al contacto con el público. La esencia es el contacto con el público; sin él, en vivo, recibiendo la respuesta física, auditiva, presencial… no es Teatro, no es stand up, no es Carnaval, no es Comedia, ni Tragedia”, agrega.

Diego Delgrossi. Foto: Julmart Bueno
Diego Delgrossi. Foto: Julmart Bueno

Como “el material sobra”, Delgrossi realiza un espectáculo nuevo en cada oportunidad. “Se hace un libreto diferente para cada cliente y acorde al motivo de la contratación, como un “traje a medida”, dice el actor que ya lleva media docena de espectáculos realizados con esta modalidad desde que comenzó el estado de alerta por la pandemia, y seguirá haciéndolo “a pedido” como pasa con cada solicitud.

Florencia Infante
Florencia Infante. Foto: Archivo

Florencia Infante ha realizado espectáculos para varias empresas, también usando esta modalidad de hacer humor, gracias a aplicaciones móviles. “Es muy raro. Es un viaje pero principalmente porque cuando hacés una función en un teatro o una fiesta, es un contexto; pero acá te estás metiendo en la casa de la gente, porque todos estamos haciendo cuarentena. Entonces lo que tiene es otra expresión en la cara de la gente”, dice Infante.

“Cuando empieza, para mí es muy emotivo, es esa sensación de qué macana que estamos lejos, pero a la vez es un: gracias por la risa. Y cuando termina le cambia la cara a la gente, lo ves en la pantalla, a mí eso es muy emocionante. Ya hice varias, la mayoría para empresas que quieren darle entretenimiento a sus empleados porque de repente están en seguro de paro; gente que trabaja en empresas hoteleras, o que trabaja desde su casa y además está en cuarentena”, dice Infante.

Florencia Infante
Florencia Infante. Foto: Archivo

Como su función suele estar dirigida a empleados de empresas, Infante dice que se agradece mucho más la risa. “Emocionalmente para quien hace humor, es de mucha entrega. Más allá de que es laburo, es plata, más allá de todo eso, humanamente quedás con la sensación de que cumpliste con una finalidad social. Llevar alegría ahora es un montón, y a esa gente le digo: todo esto va a pasar. Por definición, la comedia es tragedia con distancia, entonces les digo escriban lo que están pasando, lo que están pensando que cuando todo esto pase nos vamos a encontrar en una sala de teatro y me van a decir: Flor, yo soy con quien hiciste un zoom y nos vamos a dar un abrazo y nos vamos a reír de este momento, donde estaban encerrados, hartos de haber tomado la decisión de ser freelance, como que divertirse y salir del presente”, agrega.

Más allá de su función social como docente y comediante, “la realidad es que necesito laburar. Esto es trabajo, es honesto y es lo que sé hacer. Solo falta darle teatralidad a la tecnología. Hoy por hoy la gente en general se está dando cuenta que no solo son importantes los jugadores de fútbol. Muchas de las cosas que se están dando es porque hay músicos haciendo conciertos desde su casa, porque hay actores y comediantes que están haciendo funciones, hay artistas en la vuelta”, agrega la comediante.

“Me parece que este virus nos colocó en un lugar de prestigio a los artistas. Preferiría que se termine ya esto de hacer teatro por Zoom, porque me muero por hacer una obra con compañeros, estar todos juntos en el escenario, mirarlos a los ojos, ver la transpiración en el otro o el miedo, o la alegría. Esto así es muy frio y distante, pasará y encontraremos otra manera de estar sobre el escenario”, agrega Infante.

Pablo Fabregat
Fabregat, un humorista con estilo propio. Foto: Leonardo Mainé

Pablo Fabregat también ha hecho espectáculos para empresas a través de aplicaciones como Zoom. Para él también “fue bastante extraño. Por ahora hice tres, el jueves hice otro y después me tantearon para hacer un ciclo para una empresa grande para sus clientes”. Los primeros dos que hizo fueron por distintas aplicaciones, Zoom y Google Hanghouts, que reconoce nunca haber usado antes.

“El primero fue raro, era reciente la cuarentena y fue llamativo porque irrumpía en una charla entre compañeros de un sector sin que supieran nada. Solo sabía el jefe y ahí aparecía como el Tío Aldo y les hacía una charlita, un monologuín y después hacía un intercambio con ellos con algunos datos que me habían pasado”, cuenta Fabregat que dice que el primero contó con menos de 15 personas, pero el segundo con casi 30 personas en línea. “Y como era gente de tecnología y para que no se corte el ancho de banda, la mayoría cerró el micrófono y la cámara, entonces de los 28 que estaban, les veía las caras a tres. Entonces hacía un show sin saber qué estaba diciendo, porque es un monólogo improvisado por toda esta peripecia; recién el de este jueves pasado cambió porque fue en un estudio con un formato semi tradicional donde por una pantalla veo un televisor donde tengo retorno y les veo las caras. Ese fue un show de 45 minutos, más o menos un formato habitual”, agrega Fabregat.

Pablo Fabregat
Pablo Fabregat, entre la televisión, la radio y la escena. Foto: Leonardo Mainé

Este tipo de trabajos surgió sin buscarlo, “no hice nada para que salgan, como casi todo lo que me ha pasado con el Tío Aldo. Pero a modo de ir cubriendo el cráter de los eventos reales, viene bien”, dice Fabregat que por ahora solo ha trabajado por empresas, y que dice le parece interesante la propuesta que realizó Hernán Casciari en Buenos Aires junto a una conocida aplicación.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad