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POR FABIÁN MURO, XIMENA ALEMÁN

VITANOVA

Título original: Cantando Adelante.Género: canción de autor, folclore, bossa-nova. Productores, autores e intérpretes: Hugo Giovanetti Viola y Federico Miralles. Sello: Caracol Al Galope.

Los espíritus de Paco Ibáñez, Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa y otros grandes nombres de la canción de autor -y comprometida- en castellano se hacen sentir con toda claridad en este disco, que no parece proponerse disimular influencias. Eso sí, las letras son bastante menos explícitas -aunque por ahí hay una mención al Hombre Nuevo- que las de los referentes. El disco no se agota en esas coordenadas. También hay esmeradas traslaciones de letras de temas de Simon & Garfunkel y Leonard Cohen, al castellano. Esa operación, aunque transmita esmero, no está entre lo más logrado del disco, que transita siempre por los caminos de la introspección. (F.M).

DO OT AGAIN!

Título original: Do it again!. Género: Rock and roll. Productor: Esteban Hirschfeld. Sello: Bizarro

Cuarenta años después de editar su primer disco, Los Mockers aparecen con un set de canciones nuevas y el mismo sonido. Ese sonido rolling de los primeros años, registrado en formato analógico, es tan anacrónico ahora como cuarenta años atrás cuando Los Mockers pretendieron conquistar con su pelo largo el Río de la Plata. Las seis canciones que componen Do it again! parecen salir del túnel del tiempo. Eso no conspira en su contra y por el contrario es parte del nostálgico mérito de un disco que transporta a los `60. Pero además se trata de rock ligero que suena bien y que no pretende más que eso. Junto a esas canciones se editan nueve covers hecho por otros artistas que dejan bien parado el sonido original. (X.A.)

URGENCIAS Y ARENGAS DEL MÚSICO DE NUEVA JERSEY

Título original: Wrecking Ball. Productores: Ron Aniello-Bruce Springsteen. Sello: Columbia Records. Género: rock.

Son pocos los que consiguen, rondando la edad en que otros se jubilan (tiene 63 años), producir un disco como este, lleno de esas urgencias que algunos identifican como propias de una juventud atrincherada en una barricada. La tipografía de la portada, con letras pintadas con brocha gorda y rápidamente, transmite el espíritu de arenga y movilización que impregna las letras del disco. Y atrás de esas letras se vislumbra al protagonista, guitarra en mano y mirando hacia abajo. En esa tapa hay otros indicios. Más allá de que Springsteen siempre fue un gran líder de banda, acá parece decir que esos panfletos llenos de rabia y resignación -pero también esperanza- son solo suyos. El tercer elemento, esa guitarra Telecaster que siempre lo acompañó, avisa que el rock sigue ofreciendo un posible camino de salida, una perspectiva de optimismo en tiempos de incertidumbre. Porque a través del instrumento emblema del rock, Springsteen se aferra a una música y una historia que para él fue la salvación. "El rock no puede cambiar al mundo, pero sí puede cambiar vidas. Lo sé porque cambió la mía", dijo una vez. Pero no hay que confundir una identidad y sentido de pertenencia con un mundo estrecho. Springsteen siempre estuvo atento a su entorno. Aunque le lleve su tiempo procesar las influencias cuando lo hace, todo termina sonando a él. Y aunque haya un tema titulado This Depression, son las trompetas enérgicas, los vigorosos coros gospel y las guitarras cargadas de intensidad y que dominan este álbum, uno de los mejores de este músico y poeta. (F.M.)

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