1/5:  20081031 600x377 ()

2/5:  20081031 600x457 ()

3/5:  20081031 600x531 ()

4/5:  20081031 600x515 ()

5/5:  20081031 600x531 ()

Por: Mariángel Solomita

El trabajo por amor al arte existe. Como muestra basta ver un video clip: lindo por fuera, gratis por dentro. Los músicos hallaron quienes pudieran resolver sus necesidades audiovisuales y los directores encontraron el formato donde poder descargar toda la creatividad acumulada que la publicidad aplasta. El negocio menos redituable a nivel económico, permite que la música pueda verse bien.

La realización de los clips en Uruguay tiene dos etapas. La primera tiene nombre y apellido: Guillermo Peluffo. El cantante de Trotsky Vengarán también es director publicitario y algunos directores de clips lo consideran como el referente nacional de mayor influencia: Peluffo les enseñó cómo filmar una banda. En la acera de enfrente se encuentra la nueva generación, que lejos de sentirse atraída por los videos de bandas, prefieren los videos de historias. Estos directores surgen del medio publicitario o cinematográfico, que es nuestro país es casi como decir la misma cosa.

ENSAYO Y ERROR. "Lo que hago en un video clip no lo hago en ninguna otra parte: experimentar", explica Gustavo Hernández, responsable de dirigir seis de los últimos clips de La Vela Puerca, entre ellos El señor (número uno en Much Music y MTV), Zafar (ganador premio Graffiti) y Va a escampar; aunque también hizo videos para Jorge Nasser, Vinilo, No Te Va Gustar y La Trampa.

"Tu podés alimentar una idea publicitaria, pero muy poco. En este caso la banda no viene con una idea, tiene que venir de nosotros, te da libertad, podés crear". Hernández forma parte de la productora Tokio Films que trabaja en conjunto con Contenidos TV y es quién más clips produce al año: entre tres y cuatro. En estos momentos tiene entre manos la realización de dos, uno para La Trampa y otro para Jorge Nasser, quienes acaban de lanzar sus nuevos discos al mercado.

"La estética que nosotros manejamos va muy bien con algunas bandas locales, los músicos nos catalogan porque cuidamos mucho la fotografía, elegimos paleta de colores oscuros y mucha post producción". Esto último está ligado al gran talón de Aquiles de los clips: el bajo presupuesto. Si bien Hernández tiene la suerte de trabajar para dos bandas uruguayas amparadas por sellos multinacionales (Warner y Universal) y que pueden invertir en sus proyectos, el género de por sí maneja cifras ridículas que según comenta Pablo Casacuberta, es así a nivel mundial: "siempre es más barato hacer un clip de Madonna que contratar a Madonna para que publicite una marca".

"Nosotros grabamos casi todo en video porque es barato pero no rinde estéticamente, entonces empezamos a trabajar muchísimo la post producción para que tenga una personalidad mayor y se mezcle más con el cine", lo que además favorece la proyección mundial de las bandas: le da un nivel estético que le permite competir internacionalmente.

TODO POR DOS PESOS. "Con lo que cuesta hacer una publicidad uruguaya de 30 segundos, podés hacer 3 clips de 4 minutos cada uno. Es una desproporción tremenda", comenta Hernández. El aspecto económico es un problema, pero al mismo tiempo es el puntapié que estimula un compromiso que ningún otro género logra.

Hacer un clip cuesta alrededor de 2 mil dólares,;5 mil costó el clip del tema Ya no sé qué hacer conmigo, del Cuarteto de Nos. Su cotización real no bajaría de los 10 mil dólares. "Casi siempre tenés que poner tú la plata, así que tomás proyectos con los que realmente estás comprometido, mucha gente trabaja gratis, pero esto significa un respiro y te permite probar cosas que luego exportás a películas o publicidades". Charly Gutiérrez, director de Oriental Films, ya tenía en la cabeza la idea de hacer algo donde la tipografía fuera la protagonista de la pieza, así que cuando escucharon Ya no sé…les pareció que era ideal. "Es una canción que tiene mucha referencia a acumulación, tiene mucha letra. Si bien al principio Juan Campodónico (productor) quería hacer algo más filmado, lo convencimos porque era una idea que permitía transmitir esa cosa obsesiva que tiene el tema musical a nivel de imágenes".

El éxito de este clip llamó la atención de René Pérez el popular cantante de Calle 13, que se puso en contacto con ellos para realizar el clip de Un beso de desayuno, que finalmente no se hizo por una cuestión de tiempo.

LA OTRA CREACIÓN. "Cuando uno produce imágenes para música tiene que adosarle un nivel que la eleve, tiene que lograr que las lecturas posibles que tiene una canción se multipliquen", explica Pablo Casacuberta. Es que como sostiene Gabriel Bossio, con 16 clips en su haber (Cursi, Max Capote, La Chancha, No Te Va Gustar), la noción de clip que tenemos no es meramente comercial como sucede en los grandes mercados, donde un clip es el comercial del tema y su fin último es vender. "Lo más fuerte que tiene que tener un clip es un concepto, lograr alguna emoción de algún tipo en el espectador. Un clip tiene que ser una obra en sí misma, una creación que transmita a la gente lo que me generó a mí la primera creación, el tema musical".

"Uno tiene que asegurarse que lo que está viendo se siente visualmente, como se está viviendo la música al escucharla o al bailarla.". Pablo Casacuberta es director publicitario, pero también fotógrafo, pintor y escritor. Como él mismo dice sus productos siempre están a medio camino entre el documental y el registro de conciertos. Será por eso que sus dos últimos trabajos Pulso y Pa´ bailar, de Supervielle y Bajofondo respectivamente, son quizás los clips más elegantes y trascendentes producidos aquí. Pa` bailar, nominado a los premios Grammy, fue grabado en un tren en marcha y según una imposición de Gustavo Santaolalla- que el elenco fuera de raza negra- logró barrer con el preconcepto mundial acerca de las raíces del tango, retomando la idea de que entre sus muchos orígenes se trata también de una música negra. "Soñé con una persona que entraba a un vagón de metro y bailaba en ese vagón tratando de conciliar la atención de un público más bien indiferente", ese sueño se ajustó perfectamente para ilustrar la canción instrumental, que trascendió fronteras.

MÁS INTERESADOS. El clip puede ser el medio predilecto de los artistas publicitarios para escapar de la rutina, pero quienes quisieron ir más allá lograron encontrar un punto medio que se aleja del cortometraje y se acerca al largo, evitando lo complicado que resulta filmar una película en nuestro país. En el correr del año tres producciones cinematográficas eligieron a la música nacional como protagonista, sin llegar a ser documentales, varios críticos optaron por denominarlos rockcumentales por su voluntad de poner a la música en primer lugar. Hit logró reunir metros de cinta intentando descifrar por qué ciertas canciones son características de nuestro país, haciendo resurgir nombres olvidados como el del fallecido Aníbal Sampayo. Esta cinta realizada por Claudia Abend y Adriana Loeff llevó a más de 33 mil espectadores al cine. Más discreto fue el estreno de La Tabaré- Rocanrol y después, de Mariana Viñoles y Stefano Tononi. Este proyectó que ya se encuentra editado en DVD, cuenta parte de la historia del Uruguay cultural post dictadura, tomando a Tabaré Rivero como eje central. Hace poco más de un mes, se exhibió en la Sala Zitarrosa el trabajo de Martín Recto, Montevideo Unde. El documental realizado por el baterista de Danteinfierno, busca registrar lo que sucede hoy en la escena local con las bandas under Santa Cruz, Hablan por la espalda, Danteinferno y La hermana menor. En forma de entrevistas y con videos de archivos de actuaciones de estas bandas en la escena local , en Argentina y en Brasil - donde tienen gran éxito- busca mostrar la cocina del under en Uruguay y las limitaciones que no se sienten orgullosos de tener. "Yo sé que esto va a tener valor en unos años, porque hoy nadie conoce bandas under que fueron fundamentales para nosotros, justamente porque nadie hizo un registro de lo que estaba pasando en ese escenario", explica Recto.

SIN GRANDES CAMBIOS. La falta de presupuesto no es un límite para la producción de clips mientras la publicidad siga dando excedentes que permitan que técnicos, actores y hasta el instrumental, pueda conseguirse al menor precio posible. Es cierto que hay directores que dicen no poder creer recibir dinero a cambio de hacer este trabajo, pero otros consideran que al menos los ingresos generados por derechos de autor les corresponde, ya que cada vez que se emite el video la banda cobra, pero los creadores no. Consultado al respecto, AGADU dijo que la petición es correcta, pero que hasta el momento no se ha presentado ningún colectivo de directores interesados en registrarse para acceder a estos beneficios. Por otro lado el Fondo Nacional de Música otorga desde este año casi 2 millones de pesos al desarrollo de proyectos musicales: ninguno de los 88 proyectos aprobados en el primer llamado fue un video clip. Tal como sucede con el cine, los apoyos estatales ayudan pero no son suficientes para géneros que no son redituables. Mientras, los músicos tienen buenos videos que les abren puertas en el exterior y los directores se dan el gusto de poner al día su imaginación.