Publicidad

"Me enamoré del Gucci"

Compartir esta noticia
Clarisa responde a la declaración de amor del Gucci

CLARISA ABREU

Instalada en Ecuador desde fines de 2017, a Clarisa Abreu le explotó el celular el 11 de abril pasado cuando el Gucci le dedicó un extenso mensaje en Instagram declarándole su amor y pidiéndole disculpas públicamente por no habérsela jugado a tiempo. Aquí su versión sobre este romance. 

—¿Cuándo y por qué decidiste irte a vivir a Ecuador?

—Me vine en setiembre para participar de un certamen de belleza, me quedé un mes, me gustó el país y la gente. Surgieron propuestas laborales variadas y yo tenía ganas de hacer cosas diferentes. Si bien en Uruguay no me iba mal, no hay tanta exposición.

—¿Sentiste miedo o dudaste porque te estabas yendo sola a un lugar desconocido?

—No, yo estaba acostumbrada: había vivido en Argentina, y como mis padres son del interior me mudé sola con 18 años. Después de Gran Hermano es más fácil independizarse porque sabés lo que es estar en una casa sola.

—¿Te fuiste con alguna propuesta laboral o a probar suerte?

—Apenas llegué me hicieron propuestas. Hace dos meses participo en el reality de talentos BLN La Competencia donde canto y bailo. Aparte hago campañas para revistas y marcas. Quiero hacer algo diferente y ya me llegaron ofertas para conducir programas deportivos.

—¿Te reconocen en la calle?

—Sí, BLN es el programa con más rating y está en el prime time. Acá la estatura normal de las mujeres es 1,65 metros, y yo mido 1,80. Me ven en la calle y me identifican, saben que soy yo.

—¿Estás extrañando mucho?, ¿te hiciste amigos?

—Vivo con una amiga argentina y otra ecuatoriana en Guayaquil, y no estoy extrañando nada, salvo a mi familia y mis sobrinos, que me pierdo verlos crecer. Estoy súper cómoda, el grupo de trabajo es increíble, nos juntamos. No tengo tiempo de extrañar.

—Hace una semana el Gucci sorprendió con un post en Instagram donde te declaraba su amor, ¿cómo lo recibiste?

—No lo esperaba, si bien él me pidió permiso para escribir porque está pasando por un momento complicado y sentía que lo tenía que hacer. Hacía dos semanas que venimos hablando de este caso y lo que está pasando y él me contó que tenía la necesidad de expresarlo. Me dijo que no me quería involucrar en sus problemas, y yo le dije que si él sentía que lo tenía que hacer por mi lado estaba todo bien.

—¿Qué sentiste al leer ese mensaje donde te pedía disculpas públicamente y reconocía que eras su último gran amor?

—No entendía nada. Dejé el celular y cuando lo volví a agarrar tenía muchos mensajes. No sé cómo expresarlo. Me gustó que lo haya escrito, que haya salido de él porque yo no le pedí nada, es un lindo gesto. Pero ahora estamos en momentos muy diferentes.

—¿Te hubieras quedado en Uruguay si él te lo hubiera pedido?

—Me vine porque quería crecer profesionalmente, pero eso también fue un detonante: "Bueno, no estoy encontrando lo que quiero acá". No sé, tendría que volver a ese momento, pero creo que si las cosas se tienen que dar se van a dar hoy, mañana o en tres meses. En ese momento no se dio.

—¿Cómo era el vínculo entre vos y el Gucci cuando te fuiste?

—Éramos como una pareja pero sin serlo. Nunca quisimos que nadie se enterara porque si uno no está seguro de qué es realmente lo que siente no lo va a exponer.

—Los rumores de romance salieron a la luz porque un hombre les sacó una foto en un bar de Salinas, ¿por qué lo ocultaban?

—En realidad ahí no pasaba absolutamente nada. Esa era la primera vez que salíamos. Él estaba haciendo su casa en Neptunia, me pidió que lo acompañara, acepté, fuimos a desayunar y fue la primera vez que salimos. Ahí arrancamos a conocernos pero no empezamos a salir hasta seis o siete meses después.

—Él dice que formaron a la antigua y tardaron en darse el primer beso…

—Sí, yo venía de una relación de tres años, había salido con un chico en el medio con el que no me había ido muy bien y no quería absolutamente nada. Me abrí porque me parecía una buena persona, de buena familia, y después de que lo empecé a conocer más me gustó su forma de ser, pero los dos veníamos de relaciones bastante complicadas y expuestas.

—¿Llegaste a enamorarte de él? A pesar de que no tenían un título formal: no eran novios ni pareja…

—Tampoco pasa por el título, sino por lo que uno vive y acompaña a la otra persona. Obvio, me enamoré, por eso hasta el día de hoy sigo hablando. Pero no se ha dado.

—¿Cuál crees que será el futuro de la relación?

—Hoy decidí prestarle más atención a mi trabajo y no tanto al amor, entonces me estoy privando de muchas cosas. Si el día de mañana tengo que elegir a un hombre para casarme quizá él sea el indicado, pero hoy no pienso en eso.

—En el mensaje se culpa por su inmadurez y por no haber podido encarar el vínculo como se merecían, ¿sentís que no te valoró?

—No siento que no me haya valorado. No lo veo por ese lado porque yo viví todo su cambio. Más allá de que no tuve esa cantidad de kilos, ni los bajé y no me puedo poner literalmente en su lugar, viví toda su transformación al lado de él y sé lo que sintió. Es un cambio grande: antes no te querían, ahora sí. Muchas mujeres lo veían de una manera, adelgazó y lo empezaron a ver de otra. Es como un niño de cinco años con un juguete nuevo.

—¿Te ponías celosa?

—No, yo dejaba que él hiciera su vida porque era su cambio. Lo dejé ser.

—Pero te fijaste en él antes de que adelgazara...

—Es que yo lo empecé a conocer cuando estaba en su punto máximo: él decía que no aguantaba más, pesaba 180 kilos. Al principio me llamó más la atención como amigo, después fui viendo cómo era, y me enganché.

—¿Cuánto compartían estando los dos en Uruguay?, ¿te quedabas mucho en su casa?

—Sí, todo. Hacíamos muchas cosas de amigos porque en su momento lo fuimos. Yo iba a la casa de su papá, de su hermana, de su ahijada.

—Eran novios sin decirlo…

—Sí, algo así.

—¿Vos querías formalizar?

—En algún momento sí pero decidí que estaba bueno que pudiera vivir su proceso, que pudiera salir y hacer lo que quisiera.

—¿Cuánto tuvo que ver el Gucci en que te cambiaras de cuadro y te hiciera de Nacional?

—Yo siempre le dije que en realidad molestaba a mi hermano con que era de Peñarol, pero eran pavadas de la adolescencia. "Sos de Nacional, dejate de mentir", me decía, y se ponía de acuerdo con mi hermano para llevarme al Parque Central y hacerme socia de Nacional. También estaba la posibilidad de que mi hermano viniera a Nacional como técnico. Pero en realidad siempre fui de Nacional y molestaba con lo otro.

—¿Qué decía tu hermano de la relación entre ustedes?, ¿sabía?

—No se mete mucho. Lo ve de afuera. Si ve a su hermana feliz, va a estar feliz.

—¿Son amigos ellos dos?

—Sí, tienen buena relación. Chatean de vez en cuando y si hay algún cumpleaños o asado están.

—¿Lloraste mucho por el Gucci?

—No mucho. Nos vimos dos días antes de que me viniera para Ecuador, estábamos medio peleados y en el aeropuerto lloré una cantidad, lloramos los dos en realidad. Era como que cerrábamos un ciclo.

—¿Cuándo y cómo te enteraste de las acusaciones que recibió por acoso en las redes sociales?

—Me desperté un día y me explotaba el celular con capturas, gente contándome, preguntándome a mí y no le contesté a nadie. Fui directamente a hablar con él. Me puse a las órdenes pero no es un tema mío. Me parece que todas estas cosas se comprueban en la Justicia: si realmente pasó se va a saber y si es mentira también. Hay que esperar.

—¿Siempre le creíste?

—Estando al lado de él he visto todo lo que se te pueda ocurrir. No es por defenderlo, pero me ha pasado que le agarraba el celular y veía mensajes de chicas que le escribían y decís, "no puedo creer". Yo estaba acostumbrada a que le llegaran mensajes, algunos eran graciosos y me ría, con otros me ponía un poco celosa pero no había lugar a reclamos. Igual no quiero meterme. Hay que ver en qué contexto están los mensajes, por eso él ya lo llevó a la Justicia.

—¿Lo llamaste cuando explotó todo?

—Sí, le escribí. Lo conozco, sé cómo es y le dije que confiaba en él y que se tranquilizara que todo se iba a aclarar. Él decidió con sus abogados presentar una denuncia, llevar las pruebas y si esto realmente pasó estaría bueno que si se animaron a subir las capturas también se animen a hacer la denuncia y no ensuciar a la gente por qué sí.

—¿Cómo repercutió en vos?, ¿te cayó mal todo esto?

—No porque conozco a la persona que estuvo al lado mío y con quien hablo todos los días. Ni siquiera me puse a dudar ni un minuto.

—¿Cómo es el vínculo entre ustedes hoy?, ¿en qué están?

—Siempre tuvimos excelente relación. Hablamos todos los días.

—¿Cómo amigos?

—Tampoco te puedo decir como novios porque no lo somos. Puede ser como amigos porque nos preguntamos cómo estamos, quiero saber de su vida, cómo le está yendo, pero obviamente le digo que lo extraño y demás.

—¿Estarías dispuesta a volver a Uruguay por él?

—Vine a buscar otra cosa a Ecuador y no estoy pensando en dejar todo por amor. Estoy focalizada en mi trabajo, obviamente que lo quiero, lo extraño, y si realmente hay amor creo que esto puede esperar. Pero hoy estoy más enfocada en mi trabajo, en crecer como persona y tener otros proyectos. El día de mañana si realmente es amor creo que va a suceder igual en un mes, una semana o en tres años.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad