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Martina Graf: el ángel del 12

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Martina Graf. Foto y post: Daniel Ayala

Dueña de uno de los cuerpos más infartantes de la pantalla, Martina Graf cayó como en paracaídas a Teledoce a fines de 2013 para cubrir a Andrea Vila en Verano Perfecto durante su licencia médica.Pero los avatares de la televisión, y su ángel propio la llevaron a hacerse de ese espacio para llenarlo de belleza y espontaneidad. Tan bien lo hizo que este año a pesar de renovar gran parte de su grilla, el canal no la quiso perder y la convocó para los móviles del magazine matutino que estrena en breve: Desayunos Informales. Martina a corazón abierto revela que está en pareja y que no se siente identificada con las fiestas que cubre en Punta del Este: “Me gusta bailar cumbia y no estar encerrada en una vip”, asegura.

—¿Cómo te preparás para Desayunos Informales, el nuevo magazine de Teledoce que te tendrá como movilera?

—Estoy muy contenta con el proyecto. El canal apuesta a una renovación grande en cuanto a figuras, y que me hayan convocado me garantiza cierta estabilidad. Yo ahora estoy centrada en renovar la energía. Fue importante que Verano Perfecto terminara antes de arrancar este nuevo ciclo para desenchufarme un poco. He tenido unas pocas reuniones porque varios están de viaje. Todavía está todo muy en el aire y no se afinaron detalles, pero sé que voy a seguir en la misma línea de lo que venía haciendo. Estoy súper abierta a mi equipo de producción y probablemente tenga otro tipo de exigencias, pero no voy a dejar de ser yo misma. Mis móviles tienden a ser dinámicos, y creo que por ahora no aburrieron a los televidentes.

—¿Te preocupaba lo que podía pasar con tu carrera tras el final de Verano Perfecto?

—Sí, que me llamaran para este nuevo ciclo me dio mucha tranquilidad. No lo esperaba porque al estar en los móviles siempre estoy por fuera de los chusmeríos de pasillo. También tenía bien claro que si no tenía más cabida en el canal algo iba a hacer, siempre trato de rebuscármela. Pero fueron momentos feos de incertidumbre.

—¿Cómo tomaste la noticia de que se terminaba Verano Perfecto?

—Con mucha tristeza, fue horrible. Yo soy muy sensible y me resisto mucho a los cambios. Me cuesta ponerme en el lugar de otros compañeros que se quedan sin trabajo. Me siento muy identificada con Nati Yoffe, que es mi amiga desde hace años, y me duele porque no me gustaría estar en su lugar. También soy consciente que la televisión es cíclica, y yo pasé el filtro pero mañana la rueda vuelve a girar y uno puede estar arriba o abajo. De todos modos tengo que destacar que en Contenidos Tv siempre fueron sinceros conmigo y cuando me convocaron en 2013 me dijeron que iba a ser por enero y febrero, y después se fue estirando, pero era un programa que ni ellos mismos tenían claro hasta cuándo iba a seguir. Yo asumí el trabajo desde esa perspectiva, y me ayudó para vivir el día a día, dando lo mejor sin proyectarme tanto a futuro. Era un programa de verano que al final quedó al aire tres años, nos quedamos con eso. Fue una linda experiencia con un lindo grupo humano.

—Cuando empezaste con los móviles el año pasado, habían críticas que apuntaban a que tu fuerte estaba simplemente en mostrar tu físico y nada más. ¿Te costó convivir con eso?

—Sentía esas críticas, pero después en invierno no hubo bikinis ni mostré el cuerpo. Cuando empecé en los medios pensaba que iba a sufrir más los prejuicios, pero ahora siento que no le tengo que dar explicaciones a nadie. Trabajé mucho para llegar a la televisión, y estoy tranquila que la gente que me ve trabajar sabe lo que puedo dar.

—¿En algún momento consideraste no exponerte tanto en ese sentido para no alimentar esos comentarios?

—No, sería hipócrita si renegara de mi cuerpo. Yo me acepto como soy. Lo que me sacó adelante en mi vida desde los 15 años fue trabajar como modelo. Lo puedo hacer, con 25 años puedo salir en bikini. Cuando no lo pueda hacer más, dejaré de hacerlo. Hay etapas para todo. La gente que critica dice que sólo sé mostrar el físico y reírme, porque salgo todos los días con una sonrisa. Yo pasé una etapa muy difícil de adolescente (por el fallecimiento de su madre), estuve muy deprimida y me pasé llorando todos los días durante tres años. La gente que critica y dice que sólo sé sonreír y estoy colocada en el canal es el ejemplo perfecto que demuestra que las apariencias engañan.

—¿Te molestó, por ejemplo, la parodia que hizo Karina Vignola sobre vos el año pasado en Yo y Tres Más?

—"Ladran Sancho…". Yo estoy feliz, soy muy segura de mí misma. Nunca vi la parodia, siempre estoy trabajando.

—¿Te preocupa cómo pueda afectar el paso del tiempo en tu cuerpo?

—Absolutamente nada, soy feliz. No uso cremas, solamente protector solar para cuidarme. Voy a Bethel y tengo una cosmetóloga, pero no me pongo una crema hidratante en el cuerpo ni loca. No me agarro de lo físico, me niego a deprimirme cuando tenga 45 años y ya no me llamen para "dar una vueltita" en bikini por televisión. Seré una persona linda por otras cosas.

—El año pasado expresaste en las redes que "no salías con futbolistas", ¿qué motivó esa aclaración?

—Había un jugador de Nacional que andaba diciendo que salía conmigo. Tengo amigos que me contaron que lo escucharon diciendo eso en varios lugares, y hasta lo grabaron. Él se había querido acercar a mí en un evento, pero le dije que no me interesaba. No me peleé con él ni nada porque soy políticamente correcta, pero lo bloqueé de todos lados. Él igual consiguió mi teléfono y siguió insistiendo, era insoportable. No le respondí más, que lea la nota.

—¿Por qué siempre sos tan categórica al afirmar que nunca iniciarías una relación con un jugador de fútbol?

—Él me dijo que yo tenía un prejuicio sobre los jugadores, pero no es un prejuicio, sino que ellos llevan una forma de vida que no quiero para mi pareja. A los futbolistas les llegan las cosas de manera muy abrupta, y tienen a la mujer como un accesorio. Sé que no son todos iguales, pero tienen un estilo de vida ostentoso que no me gusta. También es cierto que hay muchos que se van a jugar afuera pero le prestan mucha atención al público uruguayo, eso me parece muy bueno y hay que decirlo.

—¿Ahora seguís en pareja?

—Sí, con Ruben Elisbón Martínez. Estuvimos separados como medio año, pero volvimos hace unos meses. Yo no pensaba que íbamos a volver, dejé como para pasar la página definitivamente. Sin embargo, hubo cambios en la vida de él, volvió a vivir en Montevideo, se dieron cosas que nos acercaron y estamos intentando de vuelta.

—¿Qué te enamoró de él?

—Tenemos muchas cosas en común, sobre todo el ambiente de los caballos porque ambos somos profesores de equitación. Lo principal que le vi fue la sensibilidad que tiene por los animales, y eso para mí es una pasión.

—¿Disfrutaste o sufriste esos meses de soltería?

—(Risas) Disfruté, no sufrí. Intento aprovechar cada etapa. Soy muy solitaria, me gusta estar sola. Además, salí a bailar muchos domingos.

—¿Adónde saliste a bailar?

—Fui un par de veces al "Suda" (Sudamérica) a bailar cumbia. Me gusta mezclarme con la gente, no estar encerrada en una sala vip escuchando música electrónica.

—¿Te aburren las fiestas que cubrís en Punta del Este?

—Lo disfruto porque es mi trabajo, pero si no fuera por eso no estaría en esos lugares. Mi sueño no es vivir en el ambiente en el que hago las notas. La vida va por otro lado, no es eso. Todos los días veo gente que está embriagada con ese estilo de vida, y me parece muy pobre. Hay que cultivar el alma. Yo me siento más cerca de lo popular que de la high. Es gracioso porque me juzgan por ser lo contrario, pero la gente que me conoce sabe que soy más del campo, los caballos y la tierra que de los tacos, el maquillaje y las fiestas.

—¿Qué tan difícil es cubrir la temporada esteña?

—Muy difícil. Yo sufro bruxismo cuando tengo estrés, y terminé con un pedazo de diente menos. Es un trabajo muy sacrificado, muy estresante: hay que ir manejando en un día a siete eventos y llegar en hora, preparar móviles para los dos programas (Día perfecto y Verano perfecto) y tener un plan B por si el tiempo no acompaña. Pero si una sobrevive a esa etapa agarra una experiencia y un ritmo que hace que después todo sea más fácil. El año pasado fue la primera vez, y este año con un buen equipo de producción con Erika Zawadzki pudimos sacarle provecho a todo lo que pasó en verano.

—¿Algún día el estrés te ganó?

—Sí, incluso llegué a llorar. Durante una semana tuve que ir hasta José Ignacio dos veces por día, y no había tiempo para distancias tan largas. Todo eso era estrés. Los primeros días me multaron, por lo que tuve que sacar el pie del acelerador para no terminar con un accidente. Estuvo muy complicada la policía de tránsito en enero, insoportable. Me parece perfecta la parte de la alcoholemia, pero hay otras cosas que son excesivas. También la parte de estacionamiento en Maldonado es un desastre: la dinámica no está explicada en ningún lado y una tiene que adivinar que hay que sacar un cartón rojo para estacionar. No está adaptado a lo que se vive en verano, que se llena de turistas.

—En este año y medio como movilera de La Tele, ¿cuál dirías que fue la situación más incómoda que viviste al aire?

—Tuvimos un problema con un entrenador físico al que le fuimos a hacer un móvil en verano. Él estaba mirando el programa en el hotel, y en el piso se hizo un comentario delicado sobre el tema de (la muerte del fiscal Alberto) Nisman, y él se ofendió. Llegó molesto a la nota diciendo que no la cancelaba porque ya estábamos ahí, pero que si fuera por él no la daba porque estaba enojado. Fue realmente muy incómodo.

SABER MÁS

La profe Martina

Además de brillar en Teledoce, Martina abrió su propia escuela de modelaje en 2014. "Es un sueño cumplido", asegura sobre el curso. "Me encanta la docencia y quiero transmitir que si una tiene un sueño, y es perseverante y responsable, la vida lleva al lugar indicado".

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Martina Graf. Foto y post: Daniel Ayala
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