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María Gomensoro en su mejor momento

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María Gomensoro
Rodrigo Guillenea

Todo empezó por casualidad. María Gomensoro era una exitosa decoradora cuando fue convocada para el programa Estilo, de Canal 10 y desde entonces abrazó su vocación de comunicadora.

Acaba de cumplir 40 años y 15 en los medios. Madre de cuatro hijos y una de las Consentidas prácticamente desde el inicio, Gomensoro transita un presente de felicidad, sea en su casa o en el programa de Canal 10 que comparte con Emilia Díaz y Sara Perrone. “En este momento, disfruto de la vida, ya está, ya no corro. Disfruto de cada día, de mis hijos y de lo que hago. Soy una privilegiada”.

—Llevas ocho años en Consentidas, ¿lo sentís tu programa?

—Sí. Yo soy "Consentida" a full, de la C a la A. Y eso significa mucho más que ser una de las conductoras. Hay una identidad. Siento que es una escuela, un proyecto, algo inagotable. Todos los años que arranca el programa se palpita una energía única. Cada vez que voy al piso, me divierto desde que empieza hasta que termina. Es mi casa. Y así voy a seguir ahí. Seremos como Mirtha Legrand, con más de 80 años y todavía ahí en la pantalla. Ojalá.

—Ahora hay otras experiencias, pero en el comienzo era extraño ver un programa de TV conducido solo por mujeres...

—Eso es parte de la escuela. Yo soy mujer y como soy mujer, soy feminista. Lo tengo clarísimo. Algunas mujeres me lo discuten, y a esas las estamos trabajando. Pero a lo que iba es que en Consentidas sentimos el tema de género como una responsabilidad desde el vamos. Somos conscientes de que somos un vehículo muy importante de mensajes para la gente. Hemos pedido disculpas por cosas que a la pasada podían generar la ofensa de alguna minoría. Hemos corregido a algún invitado que sin intención en un chiste naturaliza una actitud machista. De una forma muy sutil, pero contundente, estamos todo el tiempo marcando eso.

—En estos 15 años en los medios, ¿has sido víctima del machismo?

—En realidad, no. En los comienzos se notaba que de algún modo esperaban menos de vos por ser mujer. En el programa donde empecé, Estilo (Canal 10), éramos tres mujeres también: Soledad Ortega, Andrea Menache y yo y fue una apuesta revolucionaria en ese sentido.

—Eras decoradora y diseñadora de interiores, ¿cómo se dio en 1999 tu debut en Estilo?

—De pura casualidad. Cuando me fui a casar conocí a Pablo y Francisco Sacco, productores de Estilo, porque ellos me iba a hacer el video casamiento. Estaban preparando el programa, que en un principio se iba a enfocar en arquitectura y diseño y me invitaron a hacer un casting. Lo hice sin nunca haber imaginado que iba a trabajar en televisión. Pero descubrí mi pasión. Aprendí mucho de aquellos compañeros, en especial de Pablo Sacco. Soy un producto de él en cuanto al lenguaje del medio y lo audiovisual. Estuve cinco años en Estilo hasta que en el 2004 a mi marido le surgió una posibilidad laboral en Estados Unidos y nos fuimos todos para allá.

—Pero antes, en tu infancia o adolescencia, ¿no habías notado una inclinación por los medios?

—Hace poco me llamó mi hermana y me contó que estaba pasando los videos que grababa mi mamá con aquellas primeras filmadoras. "Y no sabés lo que encontré", me dijo. Había una grabación de un cumpleaños en la que mi madre iba con la cámara y yo hacía las entrevistas por toda la casa. Fue muy fuerte. Tendría unos 8 años y me había olvidado de aquel episodio. Pero más allá de eso, yo no fui una niña con especial atracción por los medios. Hay gente que piensa que fui modelo, pero no. Es más: de adolescente me hablaron para presentarme en Miss Punta del Este, pero no, ni loca, me moría de vergüenza.

—¿Y la decoración?

—La dejé. Cuando llegué a Estilo trabajaba mucho como decoradora, pero hubo que optar. También estaba la familia: quedé embarazada de Abril, mi primera hija, en 1999 y ya no era fácil. Cada tanto despunto el vicio de decorar, pero solo para mí o para amigas que me piden asesoramiento.

—En un momento, tu carrera se inclina más hacia lo periodístico, hay un quiebre....

—Sí. Cuando volví de Estados Unidos, en 2006, quise explotar un perfil más periodístico, sin llegar a ser periodista nunca. Yo soy muy respetuosa de las profesiones y de la gente que se quema las pestañas estudiando una carrera. Pero me gustaba. Una amiga me llamó para presentarnos juntas a un concurso que organizaba la cadena CNN en español. Armamos un informe sobre las plantas de celulosa, cuando Botnia recién se estaba instalando y tocamos todas las patas del tema. ¡Y ganamos! Eso generó que me invitaran de muchos programas y que siguiera en ese perfil.

—Ingresas en Consentidas en 2008, ¿como lo recuerdas?

—Yo era la transplantada. Consentidas había empezado con Carolina (García), Emilia (Díaz) y otra señora que a los meses dejó el programa y me llamaron a mí. En aquel tiempo, hacíamos radio en Carve y televisión los sábados. De las primeras cosas que me di cuenta fue que vivía adentro de un tupper. La radio es pura actualidad e información y a mí me faltaba. Caro y Emi fueron unos bastiones en ese momento y me apoyé mucho en ellas. Al principio, como en toda relación, estábamos en la etapa de los prejuicios de cada una sobre la otra y con los años nos dimos cuenta de que éramos bastante parecidas. En la diversidad, somos parecidas.

—¿Cuál es el secreto de Consentidas?

—Consentidas es algo maravilloso cuyo secreto responde al equipo humano que hay detrás, con María Estela Moreno como creadora y todos los demás, delante y detrás de cámara. Sarita (Perrone), que fue la última en integrarse ya es una más. Buena compañera, amigaza total. Es la primera en estar en el piso, en llegar y estar pronta. Se ha puesto el programa al hombro como si estuviera del comienzo. La gente tiene una idea de que las mujeres nos llevamos mal y trabajar entre mujeres es horrible, pero ni ahí. En nuestro caso, nunca hubo un sí ni un no. Nunca ninguna ha querido sobresalir de las demás.

—El programa ha cambiado mucho...

—Sí, muta constantemente. También es verdad que veo ahora muchos programas nuevos donde hay cosas que son propias de Consentidas. Los invitados en el piso, hacer secciones con preguntas… Rompe un poco que te copien, pero si eso pasa, estamos haciendo algo que la gente quiere ver. Ahora nos volcamos un poco más al entretenimiento y los juegos, pero sutilmente siempre pasan cosas. Porque somos tres personas con mucho contenido, al igual que la producción. Al final llega el sábado y me siento a ver el programa con mis hijas y estoy orgullosa de lo que hacemos. Es un formato que puede acompañar al crecimiento de las personas que nos siguen. Podrán cambiar los equipos, pero es algo que puede seguir. Capaz que algún día soy yo la que se va, pero el formato Consentidas es una pegada.

—Acabas de cumplir los 40 años, ¿cómo lo viviste?

—Como un shock. En realidad, la revolución la viví a los 38. Siempre me pasa que hago los quiebres dos años antes, como que me adelanto. Lo que puedo decir como conclusión es que me siento mucho mejor a las 40 que a los 30. Aunque parezca un eslogan, o una cosa para quedar bien, es la pura realidad. A los 40 se cierra un ciclo y ahora lo que toca es disfrutar de la vida. Ya está. No hay más zanahorias para perseguir. En esta nueva etapa me planteo disfrutar de cada día, de mis hijos, de lo que hago. Soy una privilegiada. He podido hacer lo que quise, vivir de lo que quise. Tengo hijos sanos… ¿qué más? De ahora en más, que vengan los años. Lo único que cambia es que te sentís mortal. Sabés que dentro de unos años vas a tener 50, después 60... Sos consciente del paso del tiempo. Eso fue lo que más me impactó de los 40 o de los 38 en realidad. Porque todo esto lo empecé a vivir dos años antes. Cuando llegaron los 40, lo había procesado y los recibí feliz. Hicimos una gran fiesta en la playa con amigos y familia. Fue una noche increíble.

—Mujeres al volante, el programa que se anuncia en la tarde de Canal 12 un programa "al estilo de Consentidas", ¿qué piensas?

—El formato no sé cómo será. Sí sé que son tres mujeres o cuatro en la conducción, lo que me gusta mucho. También espero, si llegara a ser como Consentidas, que Canal 12 termine con su política de invitados y deje que sus comunicadores visiten otros canales. Tienen que cortar con esa pavada y dejar fluir a las figuras. Cuando me invitan del 12, a mí me cuesta mucho decir que no voy. Si me llama mañana Victoria Rodríguez, a quien conozco de toda la vida, me molesta decirle que no. Pero lo tengo que hacer porque ellos no vienen.

—¿Qué proyectos tienes?

—Me gustaría seguir en TV. Me gustaría hacer un programa de viajes, con gastronomía. Armamos el año pasado un proyecto con un grupo de gente en ese sentido y quedó medio ahí. Quiero seguir creciendo en lo que estoy y si mañana vienen con un proyecto, siempre estoy abierta. También soy productora rural; tenemos campo en Sarandí del Yí y me encantaría hacer el curso de técnica agropecuaria. Me gustaría hacer teatro, tuve alguna invitación pero hasta ahora no ha podido ser. Y si es por soñar, me encantaría escribir una novela. Pero falta: es un proyecto como para los 50.

—¿Y más hijos?

—Nunca digo que no. Porque si quedo embarazada lo voy a tener. Pero no. Ya tenemos cuatro y es un lindo número. De todos modos, tomar la decisión de no tener más hijos es un tema nada sencillo para una mujer. Se cierra un ciclo y se cierra una etapa y no hay vuelta atrás.

—¿Qué te genera placer?

—Soy muy deportista. Corro, camino, voy al gimnasio. Quiero reenganchar en el hockey, jugué mucho de joven y ahora estoy por volver

—¿Crees que alguno de tus hijos seguirá tus pasos en los medios?

—No sé. Abril, que es la mayor, canta muy bien, compone y ha tocado con los Ibarburu. Es una genia. Los demás son muy chicos. Esperemos.

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"Mi color es el verde, me da paz".

A la hora de definir un color de su preferencia, María Gomensoro no duda en elegir: el verde en todas sus tonalidades. "Tanto para vestir como para pintar una pared o tapizar un sillón", asegura la comunicadora que tiene formación como decoradora y diseñadora de interiores.

"El verde es un color que me transmite paz y serenidad, El blanco también ayuda. Digamos que es mi segundo color", complementa.

Dove realizó un estudio sobre la relación de las uruguayas con los colores. En páginas siguientes se presentan los resultados de la encuesta.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
María Gomensoro

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