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María Alejandra Jaimes, actriz venezolana en Uruguay: "La única solución es la salida de Maduro"

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María Alejandra Jaime.

ENTREVISTA

Llegó hace cuatro años a Uruguay y ya tiene un lugar conquistado en el mundo de la actuación y el fitness. La actriz, modelo e instructora María Alejandra Jaimes es oriunda de Valencia (Venezuela) y sigue minuto a minuto la crisis en su país, con la ilusión de que termine la era chavista. 

—¿Cómo visualizas la situación en tu país, Venezuela?

—La única solución posible es que Maduro se vaya. No hay otra salida. Ahora tenemos más fe que nunca. Hubo otras manifestaciones, con (Henrique) Capriles o cuando llevaron preso a Leopoldo (López) pero creo que el presidente interino que tenemos ahora (Juan Guaidó) nos ha dado la esperanza que tanto nos hacía falta a los venezolanos. Además, contamos con un apoyo internacional como nunca habíamos tenido. Estamos viviendo, como decimos, un subidón. Sentimos que este el momento del cambio. La gente está en la calle y está tan cansada que no tiene miedo. Antes, había cierto temor a represalias, a perder el trabajo o el pasaporte si uno iba a una manifestación opositora. Pero hoy ya no existe ese miedo porque la gente tiene hambre, no hay medicinas o alimentos.

—Durante mucho tiempo hubo una polarización muy fuerte entre chavistas y oposición, ¿cómo crees que se puede destrabar eso?

—Me parece que muchos que estaban a favor del gobierno ya no están tan convencidos. La situación de crisis es tan grave que comenzaron a reaccionar. La división del país se está terminando, no voy a decir que del todo, pero hay menos polarización porque la situación es inaguantable.  

María Alejandra Jaimes
María Alejandra Jaimes

—¿Qué tan pendiente estás del día a día?

—Siempre. Estoy minuto a minuto siguiendo las noticias y además, en permanente comunicación con mi hermana y el resto de mis familiares.

—¿Cuál es la situación actual de tu familia? 

—Atravesando como pueden la crisis. A veces mis padres no tienen qué comer, no por una cuestión de dinero sino porque no se consiguen los alimentos o los medicamentos. El nivel de deterioro psicológico y físico de los venezolanos es muy grande en este momento. Ha cambiado hasta la energía. Cuando recién llega aquí un venezolano, te das cuenta de que viene con otro semblante. No es aquella sonrisa y buen onda que caracteriza al venezolano de siempre. Están apagados y grises. Pero es entendible. Viven además en una situación gravísima de inseguridad. Allá a las seis de la tarde hay que encerrarse en la casa porque te pueden pegar un tiro por sacarte el celular. Lo que aquí se ve todo el tiempo, que la gente anda con el teléfono en la mano por la calle, allá es imposible de ver. Porque los matan.

—¿Hace cuánto que no vas a Venezuela?

—Hace seis años que no viajo. Mis padres estuvieron en 2016 de visita. Pero yo no puedo viajar porque se me venció el pasaporte y desde hace dos años estoy en proceso de renovación o prórroga en el Consulado y no me dan ninguna de las dos opciones.

—¿Por qué?

—Porque ellos dicen que no hay material o no se puede hacer el trámite, que debo hacerlo en Venezuela. Pero ¿qué pasa si yo ingreso a Venezuela sin pasaporte? Después no me dejan salir. Es una manera del gobierno de castigar a los que nos fuimos o dejarnos retenidos si volvemos. Yo incluso pagué el costo de 200 dólares por el trámite de renovar el pasaporte a través de una red de cobranza, pero cuando fui en la fecha estipulada, en el Consulado no me lo dieron. Así que estoy en esa situación de hace seis años que no puedo ir a mi país, ver a mis sobrinos, mis primos. Mi abuela falleció y no pude estar allí.

—O sea que en este momento estás de algún modo indocumentada...

—No, porque lo que hice fue tramitar la ciudadanía uruguaya. Hace cuatro años que resido en el país y puedo hacerlo. Estoy con ese trámite y seguramente a mediados de año me la dan y en ese caso, volvería con pasaporte uruguayo.

—¿Está en tus planes volver?

—Sí. Me encantaría hacer mi carrera profesional en Venezuela, me encantaría actuar allá y que mi familia me vea. Esperemos que pronto salga Maduro del poder para que muchos, como yo, podamos volver a ayudar a reconstruir el país.

—¿Cuáles serían los desafíos para el país postchavismo?

—El primer cambio que tenemos que dar los venezolanos es de mentalidad. Los que vamos a regresar, lo haremos a luchar y unirnos con lo que están allá y respetar a quienes fueron chavistas. El objetivo tiene que ser reconstruir el país.

—¿Cuál es tu visión de la posición que ha tomado el gobierno uruguayo de no reconocer, en principio a Juan Guiadó?

—Fue muy mala la actitud de Uruguay. Porque nosotros queremos apoyo de todos los países para sacar a este hombre lo antes posible. Pero quizás desde aquí no todos tienen toda la información como para tomar la mejor decisión.

—¿Has tenido discusiones con “chavistas” uruguayos?

—Me ha pasado que a veces algún uruguayo me dice: “Pero a Maduro lo eligió el pueblo”. Ahí es cuando respiro profundamente y empiezo a preguntar: ¿Conoces Venezuela? “No”. ¿Tenés familia venezolana? “No” ¿Conoces cercanamente a algún venezolano? “No”. Entonces no tenemos nada de qué hablar. Porque lo que estás diciendo es claramente fruto de la ignorancia sobre cómo llegó Maduro al poder. Es como que yo me ponga a discutir de fútbol. Está errado y no está mal, quizás. Vive acá y la información que le llega no siempre es del todo completa.

—¿Cómo se dio tu llegada a Uruguay?

—Yo salí de Venezuela hace 11 años. Estuve seis años en España, donde me formé como actriz en Barcelona y en Madrid. Una vez que terminó la visa de estudiante, nos decimos con mi esposo por venir a Uruguay porque él tenía primos aquí. Nos recibieron muy bien. Los uruguayos, a pesar de ese semblante un poco serio, son muy solidarios.

—¿Qué es lo que más te gusta de Uruguay?

—Lo primero que me enamoró fue la rambla de Montevideo. Desde que llegué hubo una buena conexión con el país. Me adapté desde el primer momento. Al mes encontré trabajo en el rubro fitness, que es otra de mis pasiones. Soy técnica de acondicionamiento físico y continuó trabajando en esa área. Y lo del teatro también comencé a desarrollarlo. No es fácil el teatro, pero hoy estoy muy feliz. Con el director Lucho Ramírez, que también es venezolano fundamos la compañía Teatro de la Baraja, con la que estamos trabajando mucho por suerte.

—¿Cuáles son tus próximos estrenos?

—En unos días estreno con la dirección de José María Nova la comedia Mejor sola, en el Tinglado. En marzo estrenamos otra comedia en Espacio teatro, titulada Un mal necesario. Y en mayo, en el Teatro del Centro, se viene otra obra con mi compañía. Viene muy movido el año, por suerte.

—Cuando llegaste no había aún la ola de inmigración de venezolanos...

—No, había muy pocos. Hoy somos muchísimos. Por suerte, Uruguay es un país de puertas abiertas y nos recibe. El venezolano es una persona muy proactiva y por eso no le cuesta insertarse en el mundo del trabajo. Además, viene con mucha necesidad y después de haber vendido todo, en muchos casos, para sacar el pasaje.

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