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Marcel Keoroglian: "El último carnaval no lo terminé feliz"

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Marcel Keoroglian. Foto: Leo Mainé

ENTREVISTA

El actor presenta un nuevo espectáculo unipersonal y habla de todo: las "murgas embanderadas", el enfrentamiento con Tenfield, la relación con Ignacio Álvarez y las elecciones nacionales. "La alternancia no siempre es buena", advierte.

Marcel Keoroglian. Foto: Leo Mainé
Marcel Keoroglian brilla cada mañana en Desayunos Informales (Teledoce) y Las Cosas en su sitio (Sarandí). Foto: Leo Mainé

La idea surgió del público. Los seguidores de Marcel Keoroglian le preguntaban cuándo realizaría un espectáculo propio, y él lo venía postergando. Hasta que este año se dio. Con la decisión tomada de no salir en carnaval en 2020, se dedicó a idear Autobombo. El nuevo show se craneó para una sala grande como la del Teatro Movie y cuenta con producción de Diego Sorondo y dirección de Coco Rivero. “Puse toda la carne en el asador”, promete sobre el espectáculo que mezcla nuevos monólogos con sus clásicos personajes como Montelongo y Carlos Saltombide Durán.

-¿Cómo se preparó Autobombo, tu nuevo espectáculo unipersonal (la próxima función es el 14/11 en el Teatro Movie)?

-Antes de los fallos del último carnaval, venía hablando con Emiliano Tuala para que empezara a guionar este espectáculo. Este año no salgo en carnaval porque me dediqué al desafío de hacer este unipersonal de cero. Es un espectáculo que se lo debo a la gente. Muchos me preguntaban desde hace tiempo “¿vos cuándo vas a hacer un espectáculo?”, y yo nunca lo hacía. Entendí que esta propuesta tenía que tener un lenguaje masivo porque es para la gente que acompaña día a día. No quise ser amarrete con el público, y están todos los personajes y todas las imitaciones. Puse toda la carne en el asador. Si fuera un músico, diría que están todos los hits.

-¿Cuáles son las sensaciones a nivel personal en las funciones?, ¿es como subir a un tablado?

-Es comparable a un Teatro de Verano, me da una alegría tremenda. Entrar solito a una sala llena da un poco de nervios porque uno tiene la preocupación de que todo salga bien. Trabajamos con tiempo y llegamos muy bien al estreno, pero hasta que no está la gente ahí no sabés realmente lo que va a pasar.

-Decías que están todas las imitaciones en el show, ¿has tenido ganas de dejarlas de lado como le pasó a Diego Delgrossi?

-Eso me pasa cuando me las piden fuera de contexto. De repente voy a una nota y de la nada me dicen “qué pensaría el Pepe de esto”. La primera vez es novedad, pero se termina haciendo lo mismo 40 veces... Es como cuando al músico le piden el hit y el tipo piensa “no tengo ganas de hacerlo más”. Puede pasar. Pero por otro lado son efectivas, a la gente siempre le gustan.

-¿La nueva camada de políticos es más difícil de imitar?

-Sí, aunque apareció Talvi que tiene toda la ventaja para los que imitamos. Los políticos cada vez se cuidan más de no ser tan folclóricos porque no sé si les conviene. Sin embargo, antes Tabaré Vázquez me parecía de esa forma hasta que le encontré la vuelta. Después, entró dentro de los políticos “imitables” incluso con la tranquilidad que lo caracteriza. A todo el mundo se lo puede imitar.

-En la campaña electoral anterior Tabaré Vázquez te imitó a vos en un acto, ¿cómo recordás aquel episodio?

-Eso fue increíble para mí: que me imite un presidente de la república. Yo estaba en un acto en el que presentaba a diferentes políticos del Frente Amplio mientras imitaba a otro. Presenté a Tabaré haciendo de Pepe (Mujica), y cuando subió él al escenario dijo al público (con voz de Tabaré Vázquez): “Bueno, Marcel imita a todos, y ahora yo lo voy a imitar a él”. Y empezó a hacer una imitación de mí, con la voz distorsionada y hablando como un murguista. Fue muy simpático.

-¿Tenés buena onda particular con algún político?

-Siempre me gustó mucho la política, pero soy muy chúcaro para arrimarme. Los saludo a todos con respeto, pero no me gusta pegarme a ellos. Lo mismo me pasa con las murgas. No me gustan las murgas que se embanderan, siento pierden parte de la gracia.

-¿Las murgas no deberían estar alineadas a un partido político?

-Está bien que lo hagan si lo sienten de esa forma, pero yo siento la murga de un modo distinto. Me gusta cuando tira palos para todos sin embanderarse con nadie. Me siento más libre si la murga en la que estoy no es amiga de un solo político.

-¿Cómo impacta en el público el discurso de las “murgas embanderadas” con el Frente Amplio, ¿excluyen gente del carnaval?

-Yo creo que si vos querés convencer al otro de que venga a disfrutar de lo que hacés, no lo podés echar. No podés ser agresivo y tratarlo como que está equivocado. Por lo menos eso. Después, que uno exprese lo que es está bien.

-¿Hay murgas que tienen un discurso agresivo que excluye cierto público?

-Por momentos nos quedamos solo los que pensamos de una forma y excluimos al resto por encerrarnos en nuestro discurso. No vamos a traer al resto a nuestro terreno del carnaval dándole palo, lo vamos a traer si viene un día y la pasa bien. Esa es mi forma de hacer murga, pero respeto la otra. Cuando era más joven veía las cosas de otra forma.

-Hoy comentabas que este año no vas a hacer carnaval porque te dedicaste a tu espectáculo unipersonal, ¿no incidieron los conflictos que tuviste con el jurado el carnaval pasado?

-No, fue porque me enfoqué en este espectáculo. La razón fue esa. Es cierto que en el carnaval pasado hubo cosas que no me gustaron. No terminé un carnaval feliz por errores propios y errores ajenos. No terminé el carnaval deseando que llegue el próximo sino pensando “puf, hay cosas que no cambian nunca”. Las cosas feas estuvieron siempre, la lástima es que sigan estando. El carnaval es lindo por todos lados, y es mi vida. Uno no tiene que irse por las cosas feas, aunque a veces den ganas.

-¿Te referís a la polémica en torno a la sanción de Doña Bastarda?

-Sí.

-¿Te dieron ganas de dejar el carnaval?

-Sí.

-¿Volviste a tener diálogo con alguien de la intendencia después de tus críticas y las acusaciones de agredir al jurado?

-No. Hablé con alguna persona que es amiga, pero por el lado de la amistad. Dijimos “esto pasó y esta vez quedamos de la vereda de enfrente, pero yo soy amigo tuyo”.

-¿Quién?

-El Turco Reyes (gerente de eventos de la intendencia).

Marcel Keoroglian. Foto: Kevin Miranda
Marcel Keoroglian presentó las primeras funciones de Autobombo a sala llena en el Teatro Movie. La próxima es el 14/11. Foto: Kevin Miranda

-¿Sentís que te has convertido en un referente “anti Tenfield” por tus críticas a la empresa?

-No. Hay momentos en los que uno se calienta con algunas cosas y dice lo que le parece que tiene que decir, pero no vive pensando en eso. Es solamente “no te metas conmigo” y nada más. Yo no les debo nada como para permitir ciertas cosas. Pero no estoy en contra de todo Tenfield, no deja de ser una empresa que le da laburo a muchos colegas míos.

-¿Has sentido represalias por decir lo que pensás de la empresa?

-Hay cosas que prefiero no contar.

-¿Han habido situaciones que no se hicieron públicas?

-Hay cosas que prefiero no decir. Ellos lo saben y yo lo sé y quedará ahí.

-El año pasado tuvo mucha repercusión un tenso diálogo que tuviste al aire con Coco Echagüe en Desayunos Informales, en el que criticaste la empresa y él la defendió, ¿cómo siguió tu diálogo con él los días siguientes?

-Quedó por esa. En los días siguientes el saludo fue más tenso. Los dos comprendimos que no es un problema personal, todo lo contrario. Tenemos una relación de respeto, admiración y cariño. Yo siempre voy a ver las obras que hace él, que es tremendo actor. Y él apenas llegó de su licencia vino a ver mi espectáculo. Fue una lástima lo que pasó en ese momento. Tendríamos que haber hablado afuera del aire. Yo no me arrepiento de lo que digo, pero sí de tener un roce con un compañero.

-Además de hacer reír en teatro y televisión, estás junto a Ignacio Álvarez en Las Cosas en su Sitio (Sarandí), ¿cómo se construyó ese ida y vuelta tan efectivo con él?

-Se fue construyendo al aire, sin ensayos. Me llamó hace como diez años para hacer humor con él. Yo no tenía conciencia de lo que significaba ese programa. Apenas anunció que yo iba a estar, me empezaron a parar en todos lados para preguntarme. Los primeros días no funcionó bien porque la gente estaba acostumbrada al que estaba antes, que era Gustaf. Yo fui con algo nuevo y fui probando. Costó una semanita entrar en sintonía con el público, pero le encontramos la vuelta. Lo más importante es que se trabaja con libertad. Nunca nadie en la radio ni en el canal me dice “dale suave a este o pegale a otro”.

-El caso de Ignacio Álvarez es particular porque justamente es blanco de muchas críticas en carnaval...

-¿Es blanco? (risas). Nacho es un cartón ligador en carnaval. Yo también le di. En un espectáculo yo decía “tener un video íntimo no tiene nada malo, ¡pero con Nacho Álvarez…!”. Aunque es cierto que no era un chiste para matarlo. Él opina y sabe que le van a llover piedras. No es un tipo neutral, él opina con vehemencia y eso hace que la gente responda.

-¿Te gusta el estilo de periodismo que hace en televisión?

-Yo no miro casi televisión. Si paso y hay un programa periodístico me quedo, pero no sé ni qué día está.

-Para cerrar, ¿qué conclusión tenés del resultado electoral del domingo pasado?

-La conclusión es que estar en el poder desgasta. Hay gente que visualiza que es positiva la alternancia porque considera que los que vienen están más frescos y no tienen la saturación de haber gobernado. Por eso la gente apuntó hacia un cambio. Yo no sé si estoy de acuerdo. La alternancia sirve si lo que viene es mejor. No siempre la alternancia en el poder es buena.

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