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Malos pensamientos empieza el lunes en Azul FM y Petinatti revela por qué no hubo acuerdo con Océano

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Orlando Petinatti. Foto: Leo Mainé

EL AZUL QUEDA

Tras semanas de negociación, finalmente no hubo humo blanco entre el conductor y Océano, por lo que Malos pensamientos regresa por Azul. Petinatti explica que tomó la decisión "por tranquilidad”.

-Terminaron las grabaciones de la primera ronda de Got talent, ¿qué sensación te queda?

-El programa es increíble. Será un éxito de audiencia pero más allá de eso, es un éxito porque por primera vez en la televisión, el programa va a buscar a sus participantes recorriendo todo el país. Hicimos una gira inédita para un proyecto televisivo. Nos fuimos el 27 de enero y volvimos el 25 de febrero, trabajando todos los días de lunes a lunes. Estuvimos en teatros maravillosos de Maldonado, Canelones, Durazno, Paysandú y Montevideo. Nos recibieron increíblemente en cada una de las ciudades que visitamos.

-¿Cómo fue la convivencia con el resto de los jurados y del equipo?

-Muy buena. Con los otros integrantes del jurado nos complementamos muy bien. También con Natalia (Oreiro) con quien tenemos un ida y vuelta muy jugoso. Por momentos muy seductor y fluido. Pero el buen clima no solamente se da en cámara y en el programa. Recorrimos durante un mes el país y éramos como una familia. Embromábamos con eso a lo largo de la gira. Fue un gusto trabajar con mis compañeros, con Claudia Fernández, Agustín Casanova, María Noel Riccetto y todo el equipo de producción. En cada lugar al que íbamos en el Interior era una fiesta.

-¿Fue difícil encontrar ese rol de jurado más punzante que marcaba el formato para vos?

-A mí me toca ser el jurado más riguroso, pero no soy el malo de la película. El personaje que me toca hacer tiene mucho que ver conmigo y mi personalidad. Yo diría que el rol que me toca es el del jurado más justo. Aquel que si tiene que decirte algo para matarte, lo hace, pero si tiene que subir a abrazarte al escenario, también lo hace. Todo lo digo con honestidad brutal. No me costó desempeñar ese rol. Al contrario, me fui sorprendiendo yo mismo con las devoluciones. Cuando aparece un participante en el escenario, nosotros lo descubrimos con el público, previamente no tenemos información; no sabemos qué hace ni cómo. Nos sacude (o no) a nosotros y la devolución es genuina; decís lo que te nace en ese momento. Puede que algunos se enojen con las devoluciones pero en el fondo, muchas veces, van a decir: "En verdad, yo le hubiera dicho lo mismo".

-¿Qué te pareció el nivel de los participantes?

-Muy bueno. La mayoría son cantantes, pero han habido magos, bailarines, artistas de circo... muchos niños, algunos de ellos que te dejan con la boca abierta. El televidente se va a sorprender de ver determinadas actuaciones pero también algunos personajes y momentos muy bizarros. La gracia del formato es también utilizar los botones rojos. Así como tenemos excelentes talentos, también hay bizarros con el (no menor) talento de ser desvergonzados y atreverse a presentarse. Esos también van a generar puntos altos para la audiencia. El programa en su totalidad es mágico. No tengo dudas de que va a marcar un antes y un después en la TV uruguaya y pienso que será la primera temporada de varias más exitosas aún.

Orlando Petinatti. Foto: Leo Mainé
Orlando Petinatti. Foto: Leo Mainé

-En cuanto a la radio, el 9 de marzo comienza Malos pensamientos en su temporada número 30...

-Es verdad. Comenzamos a celebrar los 30 años del programa, en Azul FM como desde hace 10 años. Estamos trabajando mucho con el equipo de producción. Tuvimos que posponer en una semana el inicio por las grabaciones de Got talent. Para ya estoy necesitando regresar a la radio. Va a ser un gran año del programa.

-Si bien no hubo un anuncio oficial de ninguna de las dos partes, hasta hace un mes era un hecho que Malos pensamientos volvía por Océano FM de la mano de la venta de Azul a esa emisora. Sin embargo, días después hubo una marcha atrás. ¿Qué pasó?

-A lo largo de los años siempre recibo propuestas de radios colegas. Esta era muy especial, no solo porque sea trataba de Océano FM, sino porque venía de la mano de la compra de Azul. Íbamos muy bien encaminados y nos habíamos puesto de acuerdo en un montón de cosas pero la plata no lo compra todo. No compra la tranquilidad y la paz interior que uno tiene que tener para hacer un programa de estos. En lo económico y en otros aspectos estábamos de acuerdo, pero surgieron algunos cuestionamientos que hicieron que todo se posponga. No digo que se cayó. Creo que nos faltó tiempo, entre otras cosas, porque yo estuve en el Interior y no pude sentarme a charlar, como me hubiese gustado, cada uno de los puntos del acuerdo. Siempre hubo buena disposición de las dos o las tres partes, pero repito que nos faltó tiempo para trabajar el acuerdo. Yo necesitaba tranquilidad para mí y para quienes trabajan conmigo. Siempre dije que si yo sentía que había algún aspecto que pusiera en riesgo la comodidad con la que venimos trabajando, iba frenar el pase. Y así fue.

-O sea que visualizaste que algún aspecto del acuerdo o de lo que pasaría después, en el día a día del trabajo en la radio, podía afectar esa tranquilidad....

-Sí. Yo decidí frenar todo cuando me di cuenta de que entre las modalidades de trabajo de uno y otro podía haber alguna diferencia.

-Pero ya trabajaste en Océano varios años. Es una radio que conocés. ¿La radio no es la misma?

-Ni (Pablo) Lecueder (director de Océano FM) tampoco. Pero bueno, de manera muy correcta, quedamos con las puertas abiertas para una futura negociación. Nuestra relación siempre ha sido de respeto mutuo y de gran cordialidad. Él me dijo: "Te llevo para salvar la radio". Si ese es el objetivo, las condiciones tienen que ser las que correspondan. Nos faltó tiempo. Hace 10 años que estoy en Azul trabajando con absoluta tranquilidad artística, comercial y tecnológica. Para dar cualquier paso, en cualquier sentido, todo tiene que ser para mejor. Y construir un acuerdo así lleva tiempo.

-¿No sentías que era "para mejor" el pase?

-No sentí que fuera lo que necesitaba en este momento para mí y para mi equipo. Entonces, bueno, quizás más adelante las cosas maduran y se dan. Todo pasa por algo. Estoy muy feliz de quedarme en Azul.

-A pesar de tu gira por el interior, ¿hubo reuniones directas con Lecueder?

-Sí, claro. Tuvimos varias reuniones muy largas, muy divertidas. Desde el primer momento dije que esto era un sueño de Lecueder más que una decisión mía. Soñar está muy bien, pero cuando querés llevarlo a la realidad, puede que no sea como lo imaginás. De mi parte, yo siempre estuve afín. Me hubiese gustado concretarlo, pero tampoco me quita el sueño.

-Una de las cosas que se rumoreó es que el clima en Océano FM, a nivel de los que serían tus compañeros, no era el más propicio para tu llegada. ¿Te consta algo de eso?

-No sé. No es una pregunta para mí. Pero no creo. Hay que ser muy necio y no saber nada de radio para molestarse si viene a tu emisora el programa más escuchado de la radio que te va a dar audiencia y repercusión multiplicada por mil. Además, Malos pensamientos es un éxito comercial. Porque se puede tener un programa que se escuche pero si no se vende, es un fracaso. Así que no lo creo. Si vos trabajás en una radio que mide 1 punto de promedio y viene el buque insignia que mide 7 puntos, tenés que ser muy boludo para no creer que eso te va a beneficiar, lo que no quita que haya boludos en todos lados. Yo no lo descarto.

-¿Y no descartás que el pase se dé a futuro?

-No descarto nada. Lo que me llena de orgullo y satisfacción es que director de una radio esté dispuesto a comprar otra emisora para tener Malos pensamientos en su programación. Dudo que haya otro programa que pueda generar algo así.

-La pregunta que algunos se hacían era por qué Océano no fue a hablar contigo directamente.

-Alejandro Beisso, director de Azul y Pablo Lecueder tienen muchas cosas en común. Son buenas personas. Son broadcasters de verdad. Se conocen desde hace muchos años. Se respetan. Se ayudan. Lecueder nunca me hubiera llamado a mí para cambiar de radio a espaldas de Beisso, sacándole un producto a Beisso. No es una teoría mía, sino que me lo dijeron los dos. Eso habla muy bien de Lecueder y de Beisso. Y también de mí.

-¿Cómo viviste la asunción de Luis Lacalle Pou del domingo pasado?

-Estuve en el Carnaval de Melo el 29 de febrero. Animé el desfile en una cachila, al igual que le presidente de república. Aunque él no lo hizo para animar un carnaval, esto ya se parecía mucho a un corso... a contramano. Me vine temprano de Melo especialmente para ver la asunción. Me emocionan realmente este tipo de ceremonias. Porque se juegan los destinos no solo del país, sino de las familias, de mi hija, de mis amigos. Hace 35 años que estamos en democracia. Yo crecí en dictadura y recién en el año 1985 entendí por qué me sacaban del liceo si tenía el pelo largo o los zapatos sin lustrar. Entendí un montón de cosas y por eso la valoro. Además, el 1 de marzo de 1985, yo estaba en la Plaza Fabini viendo a Charly García, a José Luis Perales... Fue una fiesta ese día. Me acuerdo que volví caminando por 18 de julio. Celebro la democracia. También seguí muy de cerca la asunción de Tabaré Vázquez en 2005. Lo de ayer fue especial porque todo se define con la palabra "esperanza". Por primera vez, asume una coalición multicolor después de 15 años de gobierno frenteamplista que hizo cosas buenas pero por más cosas buenas que se hayan hecho, si no hay seguridad, no me sirve. Si matan a 500 personas por año, a mí no me sirve. Si vivo enrejado, no me sirve. Si veo gente en la calle durmiendo, tampoco. Notaba que habíamos llegado a un punto en que no había retorno por el camino en el que íbamos. Había que dar un giro. Eso sucedió el domingo. Ahora tenemos esperanza. Veremos cómo sigue.

-¿Es verdad que tu nombre se barajó como candidato de la coalición multicolor a la intendencia de Montevideo antes que el de Laura Raffo?

-Si se barajó, me resulta por un lado divertido y por otro, interesante. Quiere decir que la gente que piensa en mí para un cargo público sabe que yo tengo, en otras cosas, cierto nivel de popularidad y honestidad y que podría ayudar. Eso me parece valioso y lo agradezco. Pero la verdad es que nadie me llamó.

-Haciendo un ejercicio de imaginación, ¿te ves intendente?

-Yo haría cambios maravillosos desde la intendencia de Montevideo para la ciudad. Estoy seguro. Pero no. Si voy a lanzar una carrera política, iría directamente por la Presidencia. "Petinatti 2024". ¿Cómo la ves?

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