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Lorena Logaldo: Sueño en París

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Lorena Logaldo.

ENTREVISTA

Cantante, bailarina y bloguera, la uruguaya Lorena Logaldo lleva más de cuatro años viajando. Primero estuvo en Buenos Aires y luego en México, de donde fue escandalosamente deportada en una primera visita.

También estuvo en España y acaba de llegar a París, donde piensa afincarse y darse a conocer en su rubro. Recién casada y con la ilusión de darse a conocer, la joven oriental pasa sus días entre entrenamiento y formación en el idioma. “Es una ciudad mágica”, asegura.

—¿Cuál fue el disparador para emigrar?

—Despertar un día y ver que era una persona infeliz. En 2013 estudiaba en Uruguay la carrera de Relaciones Internacionales mientras me desenvolvía como cantante de coro y mantenía mis actividades y estudios como bailarina. Tenía una vida normal como cualquier otra persona, estaba de novia y todo iba "bien". Sin embargo, yo siempre fui de las personas que siente rechazo a lo preestablecido y a las rutinas. A pesar de mi vida "normal", en mí siempre estuvo latente la idea de irme. Un día, me levanté y me dije: "Soy la mujer más infeliz de este planeta y así me voy a morir si sigo así". Dejé a mi novio, agarré mis cosas, compré el pasaje y me fui.

—Luego de haber estado en Buenos Aires y México, hoy estás en Francia. ¿Cuáles son tus objetivos en París?

—Es la ciudad con la que sueño vivir desde los 11 años. Quiero darme a conocer, seguir estudiando danza, canto y teatro y consagrarme como artista; integrar obras musicales, dar clases y meterme de lleno en lo que sé hacer. Aquí, además de los mejores institutos de educación, hay miles de oportunidades laborales. Las personas son sumamente cálidas y no hacen más que abrirte las puertas a lo que necesites.

Lorena Logaldo
Lorena Logaldo

—Cuando viajaste a México en una primera instancia, hace dos años, fuiste deportada, ¿qué fue lo que sucedió?

—Al llegar al aeropuerto internacional de la Ciudad de México, fui detenida, interrogada, humillada y acusada de ir a prostituirme, para luego ser encerrada y deportada al país de origen. Escribí la historia en mi blog y ha sido de las más leídas. Al escribir busco ayudar a todo el que pase por una situación similar; ya sea acercándole información útil para que no vivan lo mismo que yo, alentarla a siempre ir por lo que les haga feliz o simplemente hacerles ver que no siempre tienes que tenerlo todo, para ser y hacer lo que realmente quieres. Cuando comencé todo esto, no tenía dinero, ni apoyo, ni nada, solo las ganas de ser feliz. Y es lo que quiero mostrar... que no solo los que nacen con vidas privilegiadas, pueden hacer de su vida lo que los haga feliz.

—¿Te dedicas a otras tareas además de lo artístico?

—Me tocó trabajar en cosas que nada estaban relacionado a lo artístico. Trabajé como secretaria, recepcionista de un local de sushi y vendedora de ropa, entre otras cosas.

—¿Cómo es tu rutina en París?

—Como recién instalada en la ciudad y sin nada establecido aún, mi rutina no siempre es la misma. Pero dentro de todo, hay tres cosas básicas que me mantienen en movimiento y alentada: entrenar, estudiar francés y darme a conocer. Mi material lo tienen diferentes agentes y agencias: en París hay mucha variedad de cualquier cosa que quieras hacer.

—¿Qué sensaciones te produce la ciudad?

—Es una ciudad tan mágica que jamás te deja de sorprender. Cada vez que camino por las calles, además de sentir paz y esa sensación de saber que estoy en el lugar correcto, me genera mucha felicidad e inspiración para hacer todo lo que tengo en mente.

—¿Qué es lo que más extrañás de Uruguay?

—¡Todo! A mis amigos, familia y a ellos, ¡los bizcochos! Fuera del plano emocional, la comida es lo que más se extraña estando en el extranjero. Cuando estuve viviendo en México -a donde volví y viví por dos años-, sufrí horrible porque la comida mexicana es espantosa y totalmente distinta a la nuestra. Ahora, en Francia, la gastronomía se parece más a la nuestra y no se sufre tanto, pero sin duda alguna creo que eso es lo que más se llega a extrañar. Unos buenos bizcochos en el desayuno, el guiso de mamá, los mates con amigos (aunque no sea la fan número uno), todo eso es lo que más se extraña. Y no nombro el asado y la carne en general porque estando en México, me hice vegetariana, pero también supe extrañar en algún momento. A diferencia de lo que la mayor parte del mundo cree - que la carne argentina es la mejor-, Uruguay ocupa el puesto número uno.

Lorena Logaldo
Lorena Logaldo

—¿Te interesa estar informada sobre Uruguay?

—En Uruguay conservo a parte de mi familia y mis amigos de toda la vida. Hablo con ellos todos los días, me cuentan cómo va la situación allí y yo les cuento cómo va la mía. Irónicamente, cuando estás lejos de casa es cuando más te acercás a tus seres queridos y cuando también, te das cuenta de quiénes estarán contigo cuando de verdad lo precises, y quiénes no.

—¿Qué te parece que caracteriza a los uruguayos?

—La garra charrúa. Dicen que lo bueno viene en pequeñas cantidades y es la reflexión a la que me refiero cada vez que me dicen que somos muy pocos los ciudadanos uruguayos. "Pocos, pero buenos" es como siempre me refiero a nosotros y como soy parte, en eso creo que soy más uruguaya. Voy tras lo que quiero sin importar cuántas piedras haya en el camino.

—¿Tenés contacto con otros uruguayos en Francia?

—He tenido contacto vía Facebook, en un grupo de "Uruguayos viviendo en París" pero no mucho más. Generalmente, siempre son más los argentinos los que te llegas a cruzar, por ende, el vínculo siempre es más directo con ellos.

—¿En qué momento se dio tu primer acercamiento a lo artístico? ¿Qué fue primero: danza o canto?

—Mi primer acercamiento fue a la danza. Desde chiquita, recuerdo que jugaba a dar musicales en el living de casa. Hacía una especie de coreografía y cantaba. Lo hacía todos los días hasta que mi madre pensó que estaría bien llevarme a clases de danza clásica, que es la base de todo. Así empecé.

—¿Cuáles son planes más inmediatos?

—Tengo muchos, pero dos de ellos muy importantes. El primero y fundamental, conseguir mi permiso laboral para tener una vida normal. El segundo y más a largo plazo, el que mi cara aparezca en una gigante cartelera, en una importante avenida, anunciando el próximo estreno de una gran comedia musical. Una vez regularizada mi situación, también quiero poner un negocio de delicias uruguayas. Estoy segura de que los franceses las disfrutaran tanto como nosotros.

—¿Volverías a Uruguay?

—Creo que todos los que nos vamos, en algún momento queremos regresar. Al fin y al cabo, lo más importante en la vida es el tiempo que compartas con la gente que quieres y la que forma parte de tus raíces.

El peor recuerdo de México.

Lorena Logaldo vivió dos años en México, donde desarrolló su carrera como cantante y bailarina. Pero en su primera visita fue deportada. En el aeropuerto la acusaron de "venir a prostituirse" y fue enviada de vuelta en un avión. Escribió su historia en su blog y logró apoyo de varios países del mundo.

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