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Juanse Rodríguez: "Los artistas deben dejar lo político de lado cuando suben al escenario"

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Juanse Rodríguez. Foto: Francisco Flores
Juanse Rodríguez.
Foto: Archivo El País.

ENTREVISTA

El comunicador regresó a Canal 5, donde forma parte del programa DiseñarteTV. Considera que lo “peor que puede pasarle a la sociedad” es lo que está pasando: “Politizar la cultura”.

Juanse Rodríguez. Foto: Francisco Flores
Juanse Rodríguez. Foto: Francisco Flores

-Volviste a la TV con Diseñarte (TNU), ¿cómo se dio el regreso?

-En Canal 5 trabajo hace 20 años. Estuve un tiempo por fuera en un pase en comisión primero en la Embajada en Buenos Aires y después para la Intendencia de Colonia. Ahora cambió el gobierno y volví a mi trabajo de siempre. La nueva dirección del canal decidió que volviera y para estar al aire. Me sumaron Diseñarte TV, que es un programa de diseño y de moda que conducen María Noel Álvarez y Claudia Calache. Es una experiencia nueva, linda, interesante. Creo que voy a estar en otros programas que tiene proyectado el canal. Así que muy feliz.

-¿Cuál es tu rol en el programa?

-Estoy con los móviles en vivo del programa. Recorro ateliers de diseñadores, artistas y emprendedores. Es una propuesta linda. Está bueno fomentar la industria nacional porque hay muchas personas que trabajan en ella y necesitan visibilidad.

-Como hombre de teatro, ¿cuánto te afectó la emergencia sanitaria?

-Me afectó completamente. Tenía previsto volver con el espectáculo Amar, amando e irme a hacer temporada a España, como todos los años. También está el proyecto en stand by de una película en Argentina. Pero más allá de mi caso, a nivel mundial se demostró también lo mucho que importa la cultura y lo poco que se la valora.

-Ahora que volvieron los teatros, ¿estás es algún proyecto?

-Sí. En octubre vamos a estrenar la comedia Que pASSE el que sigue 5-vid. Estaremos en la sala Platea Sur. Es una obra escrita por mí y en el elenco está Selva Pérez, Rosina Benenati, Javier Mas y Esteban Recagno.

-¿Está inspirada en la pandemia?

-Sí. Es una adaptación de una comedia que satiriza algunos aspectos del sistema de salud y que hicimos mucho tiempo. Ahora la aggiornamos a los tiempos actuales.

-¿Crees que de la pandemia emergerá una sociedad mejor?

-Creía eso, sí. Pero lo que estoy viendo hasta ahora es lo contrario. Al principio la sensación generalizada era de desconcierto. No sé sabía qué iba a pasar. Luego vino el miedo y la angustia. Encerrado, yo pasé por momentos muy complicados porque no estaba acostumbrado y por la incertidumbre sobre el futuro. Hoy veo mucho enojo e intolerancia en la gente. Se ha politizado todo demasiado.

-En tu caso, fuiste incluido en una especie de “lista negra” en las redes sociales de la actriz Brenda Accinelli por, supuestamente, haber votado a la coalición multicolor. ¿Qué responderías?

-Nada. Creo que estamos en libertad y democracia. Cada uno puede opinar o dejar de opinar lo que quiera. Yo no trabajo desde el odio hacia nadie. No pregunto a nadie el color político y no sabía que quienes me pusieron en la “lista negra”, habían entrado conmigo al cuarto secreto. No sé cómo saben lo que voto. Así que no da para responder. Tengo una excelente relación con todo el teatro.

-¿Y con Accinelli en particular?

-La conozco del ambiente. Nunca tuve ningún problema con ella. No entendí por qué hizo eso. Como decía Chavela Vargas, los artistas deben ser libres y dejar lo político de lado para subirse a un escenario. Jamás encasillé a nadie. Trato de generar trabajo para todo el mundo. A lo que me dedico es a sumar, no a restar.

-Seguramente se te asoció por una foto tuya en la que estás junto a Sergio Puglia e Ignacio Cardozo en la asunción presidencial de Lacalle Pou...

-Sí, es probable. Pero también fui a la asunción de Mujica y de Tabaré Vázquez. Así que no entiendo por qué tanto lío por esa foto. Hasta hoy, cinco meses después, me siguen llegando comentarios agresivos por esa imagen. Mucha gente está con los niveles de intolerancia muy altos. No me dolió tanto por mí, sino por ellos.

-El proceso para la reapertura de los teatros no estuvo exento de la polémica política. ¿Cómo lo viviste?

-Creo que tenemos que bajar la pelota al piso y separar la paja del trigo. Politizar la cultura es lo peor que nos puede pasar como sociedad. Eso pasa acá y pasa, a un nivel más grave todavía, en Argentina. En España, por ejemplo, a nadie se le ocurre de partidirizar la cultura. Es un locura. La cultura no puede tener banderas de ningún partido. Son el agua y el aceite. Arriba de un escenario, uno tiene que ser libre de todo pensamiento político. Lo que uno piense o vote debe quedar reservado a otros ámbitos, no a la cultura, que debe ser neutra. Lo que hay que hacer para seguir siendo el ejemplo que fuimos en algún momento de un país rico culturalmente, es bajar ya las banderas y las antorchas. Ni el gobierno, ni de los artistas tienen el derecho de contaminar la cultura con intereses políticos.

-Fuiste criado en Buenos Aires, ¿no te dan ganas de volver?

-Sí. De hecho en este tiempo de pandemia consideré seriamente volver a Buenos Aires una vez que se abran las fronteras y se normalice la situación. Extraño y quizás se concrete ese regreso en un futuro no muy lejano.

-Tus padres fallecieron cuando eras niño. ¿Cómo fue tu infancia?

-Mis papás murieron cuando yo tenía 7 años. Se desarmó una familia y por 15 años no vi a mis hermanos. A mí me crió Graciela Laske que es una productora televisiva muy importante en Buenos Aires y mis hermanos fueron a vivir con otras familias en Colonia, de donde somos oriundos. Luego, en el año 2000, como Laske había sido jefa de Hiperhumor, la convocaron de Canal 5 para hacer el cambio hacia TVeo. Y yo me vine con ella, volviendo así a Uruguay.

Juanse Rodríguez. Foto: Francisco Flores
Juanse Rodríguez. Foto: Francisco Flores
-¿Cómo evalúas Canal 5?

-Es un canal muy distinto a aquel de hace 20 años. Ha mejorado mucho. Creo que la última buena dirección que tuvo fue la de Sonia Breccia. Y la peor: la de Virginia Martínez. Tenía buena relación con ella pero a raíz de un problema de salud que tuve, me mandó a jubilar. Se portó mal conmigo, pero ya está. No tengo rencor.

-En 2000 volviste a Uruguay. ¿En ese momento empezó también tu carrera en el teatro?

-Sí, estudié en la EMAD y ahí empezó todo.

-Sos católico e incluso has trabajado en campañas para la Iglesia. ¿Cómo se despertó esa fe?

-Vengo de una familia católica. Creo en Cristo y tengo grandes amigos sacerdotes como “El gordo” Verde o Marcelo Marciano. Yo quedé sin nada a los 7 años. Y después me pasó algo parecido cuando en cierto momento le dije a Graciela “muchas gracias” y empecé a hacer mi camino solo. Llegué a vivir y dormir en la calle. Cuando vos quedás sin nada, cuando tenés que ser padre y madre de vos mismo, se necesita un sostén en algún lado. En mi caso fue y sigue siendo la fe. Eso no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que haga o diga la Iglesia Católica. Pero es mi casa. Es el lugar adonde voy cuando estoy triste y después de llorar media hora, salgo sanado.

-¿Vas a misa?

-Sí. Pero más que nada soy un seguidor de Cristo.

-¿Qué sentís hacia la doctrina de la Iglesia que, por ejemplo, condena la homosexualidad?

-Para todo en la vida yo trato de sacar lo bueno. Tomo lo positivo de cada situación. ¿A mí me hace bien seguir a Cristo? Sí. ¿Me hace bien ir a una misa? Sí. Entonces no me enrosco con lo que digan algunos curas sobre los gays. También veo las obras, como lo que se hace en el Cottolengo Don Orione o lo que hace el padre Gustavo Larrique con los chicos adictos. Colaboro en todo lo que puedo con ellos porque me siento bien social y espiritualmente haciéndolo. Me importa mucho el otro.

-Pero hay pensamientos dentro de la Iglesia que consideran la homosexualidad como una enfermedad o una inmoralidad...

-Puede ser. Pero nada de eso lo dijo Cristo. Él no condenaba a nadie. Los curas y obispos son seres humanos y hay sacerdotes con doctrina rígida y otros con la cabeza más abierta. Me quedo con ellos. El mundo y sobre todo en la dimensión espiritual se construye con la gente que piensa y que obra en positivo. Sin odiar y sin excluir.

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