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Juan Carlos Paullier: "Todos me dan menos años de los que tengo"

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Juan Carlos Paullier
Nota a Juan Carlos Paullier, abogado y conductor de television uruguayo, en su domicilio, Montevideo, ND 20190930 foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Mainé/Archivo El Pais

ENTREVISTA

El conductor de Calidad de vida (abogado, no médico) habla de los secretos de su estilo de vida para mantenerse vital y rejuvenecido a los 71 años.

—¿Cómo se convirtió un abogado dedicado al periodismo deportivo en un comunicador de referencia en el rubro de la medicina?

—Fue a partir del accidente que sufrí el 1 de noviembre de 1993. Yo iba de acompañante en el asiento de adelante del auto por la calle Julio María Sosa en la zona de las canteras del Parque Rodó, y había un auto que venía por la rambla a más de 120 kilómetros por hora. Mi chofer lo vio más lejos de lo que iba, se tiró a cruzar la rambla y yo pagué las consecuencias: perdí el conocimiento y tuve fractura de cadera, pelvis, fémur. Casi pierdo la vida, y en el CTI tuve una infección por la que corrí el riesgo de que me amputaran la pierna. Después de ese episodio, me pasé mucho tiempo solo en casa con la computadora. Miraba programas del exterior y leía prensa internacional. Me di cuenta de que los medios de afuera le dedicaban mucho espacio a la salud y pensé que había que hacer algo así en Uruguay. Fue entonces que me replanteé la idea de ejercer la abogacía y seguir comentando fútbol. Soy un ser resiliente. Transformé una situación extrema, de estar al borde de la muerte, en una oportunidad con mucha tenacidad, convicción y fuerza. Si algo tengo, es que no bajo los brazos nunca. Sigo para adelante.  

—¿Presentaste la idea de Calidad de Vida en Canal 4?

—Se lo planteé al gerente de Canal 4 Carlos Novaro y me contestó “¿Estás loco?, ¿un abogado comentarista de fútbol hablando de salud?”. Al final me pidió que hiciera un piloto y se lo llevé. A los 10 días me llamó y me dijo “podés empezar cuando quieras”. Arranqué los lunes a las 23 horas y después me cambiaron para los sábados de mañana. A fines de 2004 entendí que el programa había crecido y que merecía otro día y horario. Se lo planteé al gerente de esa época y me contestó que no tenía pensado otro espacio en la grilla. Le dije “hasta aquí llegué” y me fui de Canal 4. Al poco tiempo algunos amigos me acercaron a la familia Pombo y Cardoso de Canal 12. Me reuní con el inolvidable Eduardo Radío, quien era gerente general de Canal 12, y después con Eugenio Restano, gerente de programación, que me dijo que le interesaba el programa y que lo quería todos los días. Ese fue un cambio sustancial.

—En 2015 llegó la etapa de la incorporación a Desayunos Informales, ¿te costó adaptarte a ese formato?

—Ahí me plantearon dos cosas: llevar el programa a 15 minutos, y salir también los domingos con una hora de duración. Al principio no estaba muy convencido, pero al final mi pasaje a Desayunos Informales fue tremendamente positivo. Me empezó a ver otro público y logré ampliar la audiencia y los sponsors. El expresidente Julio María Sanguinetti me dice que me ve todas las mañanas.

Lola Peverelli, Juan Carlos Paullier.
Lola Peverelli, Juan Carlos Paullier..

—¿Cómo definirías la etapa actual que atraviesa el programa?

—Después de 25 temporadas, el programa está absolutamente consolidado.

—¿A qué responde que se haya dejado de emitir los viernes?

-No estoy saliendo los viernes desde hace un par de meses por una decisión que me comunicó la gerenta de producción del canal. Fue una resolución que me dejó helado, perplejo. Obviamente ante tamaña sorpresa, le pregunté las razones. Y no hubo razones. No hubo explicaciones. Han transcurrido más de dos meses y sigue sin haberlas. No la entiendo.

—¿Te imaginás seguir haciendo el programa por mucho tiempo más?

—Yo voy a seguir haciendo Calidad de Vida. Nosotros transferimos conocimiento con profesionales y empoderamos a la gente de información. Eso es lo que me motiva a seguir. Y yo me siento muy bien y estoy enamorado de lo que hago. Hago cada el programa con la misma energía que el primero.

—¿Por qué creés que no han prosperado otros programas de salud en televisión abierta?

—Han salido programas similares que estuvieron una o dos temporadas. En parte no sé por qué y en parte sí. Hacer periodismo de salud exige mucho rigor profesional, estudio, seriedad, preparación. Eso es lo que me devuelve la gente y los profesionales de la salud, con quienes tengo respeto y aprecio.

—¿Te sucede a esta altura que el público todavía crea que sos médico por presentarte como “doctor”?

—Sí. Voy a cualquier lugar público y me dicen “doctor, tengo un dolor acá”. Yo les tengo que aclarar que soy doctor en derecho. No soy médico. Lo mismo pasa en el canal. Todos los días llaman al canal para preguntar dónde es mi consultorio. La gente dice que “hablo como médico”. Es que yo estoy muy consustanciado con la temática de la salud. Estoy todos los días vinculado con médicos, sicólogos, nutricionistas, y eso me ha permitido tener conocimientos. Yo me siento muy cómodo en haber dejado los comentarios de fútbol para abordar un espacio como este.

—Tenés 71 años, pero parecés de muchos menos, ¿cómo sostenés tu propia “calidad de vida”?

—Todos me dan 10 o 12 años menos de lo que tengo. Me encuentro con amigos que no veo hace años y me dicen “¿pero qué hacés’, ¡los años no pasan para vos!”. A veces me reúno con amigos con los que hice primaria o secundaria y están obesos, calvos, arrugados, tienen papada… Yo hace 15 años que peso 70 kilos. Tengo que tener un estilo de vida saludable porque hago un programa que promueve eso. Esto lleva a que lo que uno diga en la tele con los profesionales sea coherente con mi estilo de vida. Si yo pesara 100 kilos y estuviese todo arrugado, no podría conducir un programa que se llame “calidad de vida”. Esa fuerte convicción se ha ido afianzando con el paso de los años.

—¿Cuáles son las claves para lograrlo?

—Hago mucho deporte, como sano y tengo una obsesión con dormir ocho horas. Me duermo todos los días a las 10 de la noche y me despierto a las 6 para ir a hacer el programa. Los profesionales me dicen que una de las claves de una óptima calidad de vida es el descanso, que no está valorado por la sociedad. En últimos años la gente está durmiendo menos horas. Hay quienes se jactan de dormir cinco horas, ¡y es gravísimo! Eso puede despertar un sinfín de patologías. Yo descanso ocho horas y me siento con mucha energía, lucidez y fuerza.

—En otras oportunidades has incluido el sexo en esa ecuación para la buena calidad de vida…

—La calidad de vida está también en el sexo. Normalmente ningún profesional lo dice, pero es un combo: en una vida saludable, el sexo está junto al deporte, la alimentación y el descanso.

—¿No tenés ningún vicio?

—No fumé nunca en la vida. Cuando en el liceo estaban todos con el pucho, yo no quería probar. Tampoco tomo alcohol, que es la droga más consumida. Apenas pruebo una copa de champán en un evento o un cumpleaños. Pero para cenar tomo agua, ni siquiera me gusta acompañar la comida con una copa de vino. Y nunca probé ninguna otra droga.

Juan Carlos y Lola se casaron tras dos años de relación antes de partir hacia la Aruba.
Juan Carlos y Lola se casaron tras dos años de relación antes de partir hacia la Aruba.

—Te has expresado en contra de la legalización de la marihuana, ¿cuál es tu evaluación a seis años de la aprobación de la ley?

—Fui uno de los pocos comunicadores que lo dijo: la marihuana fue equivocadamente legalizada. No ha servido absolutamente para nada. Aumentó su consumo, y los jóvenes lo naturalizan porque les han vendido la idea de que es una droga blanda que no hace daño. La marihuana es una droga que hace daño. El propio presidente de la república Tabaré Vázquez dijo que la marihuana es más cancerígena que el tabaco.

—¿Tenés hábitos más vinculados a la coquetería que a la salud?

—Yo trabajo en televisión, no estoy en una ferretería o en un banco. En televisión es muy importante el contenido, pero también es importante la imagen. No voy a negar que cuido mi imagen. El hecho de llevar un estilo de vida saludable me ha llevado a tener el peso que tengo, pero no hago nada que no sea natural.

—¿No te realizaste ninguna cirugía estética, por ejemplo?

—Jamás. No me la hice ni me la haría. Seguiré con mis hábitos de vida saludable. Esa es mi receta.

—Decías que sos un “resiliente”, ¿tuviste que servirte de esa resiliencia para rehacer tu vida con una nueva pareja hace dos años?

—Sí. En próximas semanas voy a tocar el tema de “múltiples soledades” en el programa. Por más que uno tiene familia, y yo tengo tres nietos divinos, el hecho de estar en pareja es una compañía insustituible. Yo rehice mi vida después del accidente, y la volví a rehacer hace dos años. No hay edad para buscar el amor de pareja.

—¿Cómo conociste a Lola, tu pareja actual?

—Ella es médica, pero nunca fue al programa. Nos presentó una amiga en común hace unos años. Después, nosotros empezamos a conocernos, a tratarnos y a salir. La primera salida fue a cenar, y ella no comió nada porque no suele comer mucho a la noche. Al tiempo ella se mudó conmigo y el 3 de julio pasado nos casamos.

—¿Cómo fue la propuesta de matrimonio?

—Ella tomó la iniciativa. Nosotros estábamos conviviendo y yo pensé que podíamos seguir de esa forma, pero ella me dijo que prefería que nos casemos. Lo difícil fue cuando vino a vivir conmigo porque le costó acostumbrarse. Ella estaba cerca de todos los centros de salud, y ahora le quedan como a 50 minutos de distancia.

—¿Por qué elegís vivir en un barrio privado lejos del centro de Montevideo?

—Por varias razones. ¿Viste la paz que hay? Además, por un tema de seguridad, que es algo que nos preocupa a todos y para mí es un aspecto central. Antes de que se diera esta ola creciente de inseguridad, yo me mudé para vivir seguro y tranquilo. Me gusta irme de viaje, volver y que esté todo en su lugar. ¡Puedo dejar la puerta abierta!

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