ENTREVISTA

Nicolás Lauber

Desde hace 20 meses El Gran Gustaf se encarga de animar los mediodías con su programa Feliz día que se emite de lunes a viernes de 11.00 a 14.00 por RadioCero, 104.3, que también puede escuchar en Maldonado por la 101.5. En esta entrevista con Sábado Show, Gustaf habla sobre los cambios que se han producido en el programa en estos meses donde pasaron de tener dos horas a tres diarias, también las distintas secciones de este programa, el éxito de los avisos solidarios que se iniciaron en la pandemia para darle una mano a los radioescuchas y también adelanta algo del show que realizará en diciembre en el Teatro de Verano. Un conductor con todas las letras y una alegría que se transmite, cuenta sobre este gran presente que vive en RadioCero.

—Cómo llevan estos 20 meses haciendo Feliz día?

—Va maravilloso. Es un proyecto donde finalmente llegó al ideal del programa que tiene lo que llamo la conduactiación. Actúo y conduzco. Empezó como un programa visagra, para remontar la jornada cuando llegás al mediodía un tanto cansado y saturado con el bombardeo de información. Me interesaba ser un oasis en la mañana y ahí actúo, hago la conducción y hablo de las cosas que me gustan: los placeres de la vida con el hilo que es el humor. Es un programa de humor donde decimos las cosas importantes: lo que genere empatía, y lo cotidiano donde la gente se sienta identificada. Creo que ese es el secreto de lo popular del programa que se llama Feliz día, pero le digo el popular del mediodía. Es un programa que no intenta bajar línea, apunta a lo emocional y espiritual de quien lo escucha, y lo está logrando con creces.

—Esa popularidad hizo que el programa pase de dos a tres horas. ¿Se sumaron nuevas secciones?

—Los lunes tenemos una sección de fútbol, especialmente a Fénix, a cargo de Juan Pablo Romero, periodista de Ovación de El País. Los martes está Alejandro Gardinetti que sale desde Argentina. Es el la rockola del humor y tiene chistes para lo que se te ocurra, y la gente le manda temas y él hace humor con cualquier tema. Los martes también tengo a Carlos Paez, el sobreviviente de los Andes, nos tomamos un café y filosofamos desde un punto de vista con la risa como hilo conductor, y funciona de las mil maravillas. Los miércoles tenemos una charla junto a mi compañera de conducción Alicia Garategui con un invitado especial que tenga que ver con la cultura de nuestro país. Los jueves Dani Zetta que abarca toda la parte gastronómica: y los viernes está Mandy Barrios con toda la agenda de arte, cultura y espectáculos.

—Haces buena dupla con Alicia Garateguy, tu compañera de conducción de Feliz día.

—Es tremenda actriz, conductora y locutora. Tiene un gran bagaje cultural, es traductora de inglés, profesora de actuación y locución. También estamos con Miguel Acosta que es una enciclopedia de la radio, Fede Montero que es operador, productor, editor, músico y estamos muy contentos y agradecidos a la gerencia de la radio y a quien me acercó a la radio hace 20 meses ya que es Franco Benvenuto. Franco siempre quiso tenerme en Radiocero y por idas y vueltas terminamos desembarcando el 11 de marzo de 2019. Había presentado esta idea porque quería que fuera algo distinto para el mediodía, que generara una sonrisa, que a nivel emocional generara algo para sobrellevar el día a día.

—En la pandemia tuvieron un pico de radioescuchas gracias a esa sección de avisos solidarios.

—Sí, en los primeros meses de la pandemia hice un mes y medio desde casa y tuvimos un tema muy lindo con el público donde hacíamos una falsa tanda y aquel que estaba desocupado o buscando vender su producto pudiera hacerlo. Es un programa muy popular que se escucha hasta en Costa de Oro y después con las repetidoras en FM de Maldonado. El popular del mediodía va creciendo a pasos agigantados.

—Un programa que le genere una sonrisa al escucha, hoy en día tiene un poder mucho más importante.

—Sí, nosotros le hacemos la gambeta a todo lo que tenga que ver con coyuntura. Eso que parece una pequeña anécdota, lo que no sale en los diarios pero le pasa a todo el mundo en el alma, más que en lo noticioso tratamos de atacarlo con el humor.

—Un integrante fundamental del programa es el público que se sumó a mandar audios.

—Sí, se graban mensajes de Whatsapp y empiezan a contar lo que les pasó desde un punto de vista divertido, entonces tenés un programa de tres horas donde todo termina con una risa.

—Feliz día demuestra que se puede hacer un programa de humor, con temas positivos y teniendo una buena audiencia.

—Sin dudas. Creo que Feliz día es como una especie de salvavidas a la mitad del día, y también que sea para todo tipo de público. Porque nosotros tenemos un segmento exclusivamente para niños que no hay en la radio salvo algo en las radios del Sodre, después no hay nada donde adultos y niños puedan escuchar juntos en la radio. Entonces que pueda escuchar una abuela con su nieto, o alguien en el trabajo porque la audiencia no se ve discriminada bajo ningún aspecto. Quería que todo estamento social, todo estamento socioeconómico, toda franja etaria, todos los partidos políticos y religiones, todos están incluidos, porque el programa lo escucha desde un niño a un anciano, estén donde estén.

—Esa también es tu manera de hacer humor.

—Exactamente, es para todos los seres humanos. Por eso tenemos nuestro momento culmine al mediodía cuando está el “suban el volumen” donde no tenemos prejuicios musicales y se escucha un rock, una balada, y la gente manda el audio cantándola, en el trabajo o hasta caminando por la calle. Es cualquier canción y ritmo. Es como una gran arca de Noe, el programa tiene puerta giratoria para que todos, todas y todes entren. Mis productos artísticos tienen que ver con incluir a todo el público, que nadie por no tener un bagaje cultural se sienta desplazado. Por eso este programa lo escuchan los trabajadores de la construcción como un Grado Cinco de la facultad o un intelectual.

—¿Feliz día es el programa que tenes ganas de hacer?

—Sí. Es una traslación de lo que hago en el teatro, porque ahí ves los espectáculos multitudinarios como el que hice en el Antel Arena o voy a hacer en el Teatro de Verano, y es gente, una al lado de la otra, personas de distintos barrios, edades, niveles socioculturales, porque lo que apunto es al alma. Todos somos alma y vamos a buscar la emoción de la alegría.

—En diciembre volvés al escenario del Teatro de Verano.

—El 10 de diciembre es una fecha muy simbólica, porque se cumple una década de la primera vez en el Teatro de Verano. Y fue todo un tema el teatro de verano, salvo el público que lo llenó de bote a bote, no había precedente de un actor que se presentara solito y solo en ese escenario. Y contra todos los pronósticos se terminó llenando y para mí fue histórico. Y ahora, una década después, vuelvo con todo lo que eso significa y se me ocurrió ponerle un precio único porque las localidades van a ser limitadas y con financiación para que no haya ningún tipo de discriminación. Si comprás primero vas a tener el mejor lugar y sale lo mismo.

—¿Con qué te vas a presentar?

—Voy a ir con el mejor repertorio, el que hice en el Antel Arena y poca vez pude volver a repetir con esto de la pandemia. Es una artillería pesada, son todos los éxitos más el estreno de La Galleta de la Fortuna. Para poder trascender este año, al aire libre y poder reír bajo las estrellas. Es muy simbólico para este año y me parece que es el mejor lugar para hacerlo, en un lugar al aire libre donde todos vamos a estar seguros y donde podremos izar esa bandera, la mía, de que El humor salvará al mundo.

—El humor lo viene salvando.

—Por ahora le venimos dando pelea. No baja y es como Fénix, da pelea hasta el último momento.