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Graciela Rodríguez: "Cuando me dijeron que tenía cáncer reaccioné con mucha paz"

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Graciela Rodríguez. Foto: Leo Mainé

NOTA DE TAPA

La actriz fue diagnosticada con cáncer y sometida a una delicada operación el 11 de abril. Tres meses después volvió a subirse al escenario y hoy suma más espectáculos a la cartelera.

Es la máxima referente de la comedia uruguaya. Tras el suceso de Decalegrón hace más de 20 años, Graciela Rodríguez se convirtió en una de las pocas actrices que cuenta con un público incondicional. Así lo demostró en sucesos teatrales que se volvieron icónicos: Cómo evitar enamorarse de un boludo y No seré feliz pero tengo marido son algunos ejemplos. Es tal su pasión por la comedia, que hace cuatro meses se sometió a una delicada operación por un cáncer de ovario y ya está nuevamente con tres obras en cartel, además de preparar un taller de improvisación. “El público me dice que tengo que seguir”, explica a El País.

-¿Cómo es volver a subirte a un escenario y ponerte al hombro varios espectáculos después de haber enfrentado una situación límite como una operación por un cáncer hace cuatro meses?

-Estoy feliz. Yo le agradezco mucho a la gente. Después de lo que me pasó este año, un montón de gente se acercó mucho. Me dicen que soy una mujer fuerte, que tengo que seguir y que en los momentos difíciles los hice reír. Eso es lo más lindo. Desde hace tiempo yo me produzco a mí misma y ahora estrené el primer espectáculo que también está escrito por mí. Es un show de stand up que se llama Adopto pareja o mascota (jueves en el Undermovie). También estoy haciendo Rodríguez vs. Rodríguez con Franklin (Rodríguez) en El Sitio, estoy por estrenar Quién le teme a Virginia Woolf con dirección de Jorge Denevi en el Teatro la Alianza y voy a dar talleres de teatro, comedia e improvisación en el Sitio.

-¿Cómo atravesaste todo ese quebranto de salud durante estos meses?

-Recuerdo que un día volví a mi casa con un poco de dolor en la zona del apéndice. Se me pasó enseguida pero una amiga me convenció para que me revisara. Cuando me hicieron la primera ecografía me dijeron “no es el apéndice, acá hay imágenes de ambos lados”. Quedé internada, y al poco tiempo me dijeron que tenía un cáncer de 17 centímetros y que no sabían exactamente dónde estaba alojado. Después se supo que estaba en un ovario, por lo cual era muy agresivo. Es importante transmitir el mensaje de que hay que controlarse siempre para poder agarrar estas cosas a tiempo. Yo le voy a estar muy agradecida al equipo del Dr. Suaya, al Dr. Greif y especialmente al Dr. Mojoli.

-¿Cómo fue tu reacción cuando te hicieron ese diagnóstico?

-Fue muy extraña. Uno nunca sabe cómo puede reaccionar cuando le dicen algo así. No me asusté y no me pregunté “por qué a mí”. Reaccioné bien, con mucha paz. Lo que sí pensaba era que si esto le pasa a una chica de 20 años le destroza la vida, porque a mí me terminaron sacando todo: apéndice, grasa intestinal, ovarios, útero. Ahora ya no tengo el cáncer pero lo voy a llevar toda la vida porque tengo que hacerme controles cada cuatro meses, y toda la medicación que tome o estudios que haga son en función de eso. Yo creo que estas cosas se despiertan cuando uno tiene mucho sufrimiento y yo lo tenía.

-¿Te removió algún sentimiento en cuanto a no haber sido madre?

-Lo que me pasó fue pensar que tal vez no podía ser madre. Yo estuve casada y nunca quedé embarazada. Igualmente por otro lado también pienso que no todas vinimos a ser madres. A mí me tocó la misión de entretener, que también es muy importante.

-Decías que venías acumulando sufrimiento, ¿los años de la pandemia se te hicieron muy difíciles?

-Sí, primero por el torbellino que implicó la pandemia que nos tocó a todos. A mí no me agarró en un buen momento: recién me había jubilado de la Intendencia después de muchos años, me había separado de una relación de 10 años y me había mudado sola a una casa. A eso se le sumó que no podía trabajar de nada vinculado al teatro.

-¿En qué sentido te afectó tu jubilación de la Intendencia?

-Eso me generó mucha angustia. Yo estuve desde los 29 años y nunca me dieron una actividad que tuviera que ver con lo mío. Yo planteaba que no quería ni un cargo ni un sueldo superior, sino solamente que me dieran una tarea vinculada a mi rubro. Nunca me dieron la oportunidad. Y veía que había gente que lo conseguía, tal vez por militancia o por amiguismo. Me da lástima que no valoren la trayectoria y el profesionalismo.

-¿Te jugaba en contra no ser militante del Frente Amplio?

-Claro. Yo era simpatizante del Frente Amplio, pero no militaba. No tenía la bandera en el auto o en el balcón. Por eso digo que me decepcioné: pensé que con el Frente algunas cosas se iban a manejar de otra manera.

-Tuviste un pasaje por TV Ciudad, ¿allí tampoco te dieron la oportunidad de salir al aire?

-No, estaba como administrativa. No me dieron nada. Había otra gente que había que tomar... 

Graciela Rodríguez. Foto: Leo Mainé
Agradecimientos: Jean Peralta Intercoiffure, Dra. Adriana Elichirigoity, Viviana Méndez (moda y diseño), salón de belleza Geraldine Meira y boutique de calzado Marí Madá.
-A mediados de 2021 tuviste la experiencia de participar en Masterchef, ¿cómo la recordás?

-Cuando me lo propusieron por primera vez dije que no. No me animaba y me daba vergüenza. Me insistieron hasta que acepté. Y cuando empecé no me quería ir. Sentía mucha adrenalina, y había veces que terminaba llorando en el corredor por alguna prueba. Estoy agradecida de haber estado.

-¿Cómo viste la polémica que se desató en torno a la participación de Narda Lepes en esta edición de Masterchef, por la forma de la que trató a los participantes?

-Narda es una profesional muy buena que tiene su restaurante muy bien instalado en Buenos Aires. Pero no cae en gracia. Tiene modos y gestos pedantes. Ella no estaba actuando, con su personal también es así. Se ve que no la conocían. Yo no sé cómo hubiera reaccionado si me hubiera hablado así. Creo que me hubiera puesto a llorar.

-¿Cuál es tu mirada sobre la cantidad de espectáculos argentinos que están llegando a la cartelera uruguaya?

-Bienvenidos sean los argentinos, pero después de la pandemia necesitamos que dejen que los uruguayos saquemos un poco la cabeza del agua. Además acá viene la excelencia argentina pero también de lo otro...

-¿Sos de las que piensan que le sacan público a los espectáculos uruguayos?

-En Uruguay somos pocos, y no sé cuántos pueden pagar tres mil pesos para ir a ver un espectáculo de afuera y después ir a ver otro de acá... No sé si me afecta a mí, que tengo mi público, pero si afecta al resto de las obras siento que me afecta a mí también.

-¿Cómo recordás a la distancia tu fallido paso por Argentina bajo un proyecto de José María Muscari al que renunciaste antes de estrenar?

-Cuando me llamó Muscari yo me emocioné muchísimo. Nosotros habíamos trabajado antes porque yo había comprado los derechos de su espectáculo El Secreto de la Vida y lo habíamos traído a él como director. Lo tratamos muy bien. Tiempo después él me llamó para integrar el elenco de una obra que él iba a llevar a Carlos Paz. En el elenco estaban Fabián Gianola, Silvia Montanari, Noelia Marzol, Christian Sancho, Graciela Alfano, Pablo Alarcón y Claribel Medina. Viajé a Buenos Aires y hubo cosas que no me gustaron.

-¿Por ejemplo?

-Yo sentía que me subestimaban. Me pusieron en un hotel que no se podía creer lo que era, y delante de mí decían que el presupuesto no daba para otra cosa. Yo tenía que preguntar si había peluquería, dónde era el almuerzo, y todo me lo tenía que pagar yo. Apenas me dieron un vale para canjear por un kilo de helado. Me acuerdo que después del evento de lanzamiento de la temporada en Carlos Paz quedé sola al lado del portero. Nadie del elenco se ofreció a alcanzarme y desde la producción me dijeron “volvete en taxi”. Me terminó llevando (la periodista) Ana Laura Román.

-También se supo que tuviste un cruce con Graciela Alfano.

-Sí. En un ensayo ella frenó la obra y dijo “la señora no me dio el pie”. Yo le había dado el pie. Le dije “creo que no son formas y hace poco que nos conocemos como para que me trates así”. Me dijo “por favor, vas a terminar de panelista en algún programa”. Yo me fui y me puse a llorar en la esquina. Lo llamé a Muscari, y él se reía y me decía que Alfano se la había agarrado conmigo. Pedí una reunión con él que no concretó, y vino gente de la producción a cambiarme de hotel para pasar a otro y a otro. Yo les dije que no necesitaba eso y me fui. Después Alfano fue a lo de Rial y decía que yo me había ido porque tenía el marido enfermo y estaba enojada porque no me sacaban a pasear. Era todo mentira.

-¿Has tenido otras oportunidades de cruzar el charco?

-Yo ya había tenido la oportunidad de trabajar con Gasalla en el programa que hacía con Perciavalle. Después tuve la posibilidad de estar en Los Roldán. Cometí el error de no quedarme. Vivía con mi madre, extrañaba el país y era una boluda...

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