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Gisela Bernal: La chica Stravaganza

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Gisela Bernal.

VERANO 2018

La bailarina es la única figura que forma parte de Stravaganza desde su estreno en 2011. “Todas me dicen que soy la favorita de Flavio (Mendoza)”, ríe. El espectáculo presenta sus últimas funciones en Enjoy Punta del Este.

La bailarina Gisela Bernal forma parte de Stravaganza desde su concepción, cuando nadie imaginaba que se convertiría en el suceso teatral más importante de los últimos tiempos. El music hall creado por Flavio Mendoza que incorporaba el aqua dance como principal atracción levantó el telón por primera vez en 2011. Desde entonces mutó en diferentes versiones y este verano desembarcó en Punta del Este. Bernal sigue como una de las protagonistas, esta vez acompañada por Maxi de la Cruz, Claudia Fernández y Abigail Pereira. Mientras ofrece las últimas funciones en Enjoy, la artista realiza el balance de una temporada exitosa. También habla sobre la relación con Francisco Delgado (padre de su hijo) y la batalla judicial que mantiene con Ariel Diwan, su ex. Una Gisela Bernal auténtica.

—¿Cuál es el balance de la experiencia de haberte presentado con Stravaganza en Enjoy Punta del Este?

—Es espectacular. La idea era traer un espectáculo grande a un súper lugar como Enjoy, y que sea como en Las Vegas donde los hoteles cinco estrellas tienen su espectáculo. Para mí es un privilegio estar y junto a tremendos compañeros como Maxi De la Cruz, Claudia Fernández, Abigail Pereira, Barby Franco y un elencazo. Yo defiendo mucho este espectáculo porque realmente vale la pena verlo. Tiene de todo: danza, acrobacia, humor, momentos muy emotivos y además es para toda la familia. El recibimiento uruguayo fue espectacular, y también nos vino a ver gente de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y México. Salió muy bien y la gente nos sigue acompañando.

—¿Cómo es tu relación con el elenco?

—Nos llevamos increíble. A Abigail y Claudia las conozco desde hace diez años porque estuvimos en Bailando por un Sueño 2007. Vivíamos las tres en el mismo hotel y teníamos excelente relación, que ahora se afianzó muchísimo. Con Barby (Franco) también es un placer trabajar. Son mega compañeras. Además, Maxi (De la Cruz) nos viene a visitar al camarín y nos hace chistes para matarnos de risa. Hay una energía espectacular y eso se ve arriba del escenario.

—Hacés varias piruetas arriesgadas en escena, ¿te salen naturalmente o siempre requieren alguna preparación especial?

—Todos hacemos precalentamiento de acuerdo a los requerimientos físicos de cada uno. Yo utilizo todas las partes del cuerpo en el espectáculo, por lo que tengo que estar a tono. Las piruetas requieren mucha concentración para no pifiarle lo que estás haciendo. Lo importante es hacer todo igual siempre y estar muy atento a los movimientos de tu compañero para evitar un accidente.

—¿Tuviste alguno?

—No pero tuvimos un inconveniente en el primer verano de Stravaganza. Por una falla técnica nos quedamos colgados con Flavio (Mendoza) más tiempo del que correspondía. Estaba todo el público mirando y nosotros seguimos haciendo piruetas para disimular. La piloteamos bien y la gente ni se dio cuenta.

—Te hiciste masivamente conocida en Bailando por un Sueño, ¿volverías a un show con tanta exposición?

—Hice cuatro Bailando. El último fue en 2015, que me ayudó a salir adelante en un momento fuerte a nivel personal. Yo lo viví muy bien pero a veces es un terreno hostil. Tiene una parte mediática que no me encanta. Tendría que analizar la posibilidad de volver pero no cierro las puertas.

—¿Te gustaría estar como bailarina o jurado?

—De jurado podría ser. Es un rol más pasivo y me siento capacitada porque sé un montón de baile, pero necesitan gente más mediática. Precisan el quilombo y yo no sé si estoy para eso.

—Pero sos de contestar…

—Sí, si tengo que contestar lo hago. Pero me tienen que buscar, si no soy tranquila.

—¿Te arrepentiste de involucrarte en alguna pelea en el programa?

—Nunca me arrepentí de contestar porque cuando lo hice fue porque lo creí oportuno. Muchas veces me arrepentí de quedarme callada. Hay gente a la que le tendría que haber puesto los puntos en el momento. No importa a quién, pero a veces para evitar la polémica me callé cosas que tendría que haber dicho en la cara.

—¿Cómo definirías tu vínculo con Ian, tu hijo?

—Yo estoy enamorada de mi hijo. Y él es muy compañero, es incondicional. Está acostumbrado a ir conmigo a las giras. Va a las funciones y disfruta mucho de verme en el escenario.

—¿Cómo está tu relación con su papá, Francisco Delgado?, ¿es un padre presente?

—No lo ve a Ian desde hace tres meses. Está trabajando y haciendo sus cosas.

—¿Llama para saber de él?

—Sí. Cada tanto…

—¿Te gustaría entonces que esté más pendiente de su hijo?

—Siempre a una le gustaría un poco más pero queda en cada uno. Lo mejor es lo que sale naturalmente. Lo que se hace obligado no sirve.

—Se supo que estás en una batalla judicial con tu exmarido Ariel Diwan por la casa en la que vivís. ¿En qué está esa situación?

—En los próximos días tenemos nuestra primera audiencia conciliatoria con respecto a eso. Estoy muy bien asesorada y el juicio está muy bien encaminado. Estoy muy tranquila. Estoy esperando hace bastante que suceda pero cuando depende de la otra parte no se puede hacer demasiado. Si hubiese sido por mí hubiera sido antes.

—¿Él no se presenta?

—Les cuesta un poco. Hablan mucho en la tele pero poco en la realidad.

—Dijiste en las redes que el día en el que él te pidió matrimonio durante Stravaganza fue tu peor pesadilla. ¿Lo recordás tan así?

—No recuerdo haber dicho eso, seguramente lo debo haber dicho sobre él. Esa experiencia no fue buena en mi vida. Fue algo olvidable pero todo sirve para madurar y saber qué es lo que una no quiere para su vida. Yo aprendí mucho de eso.

—¿Qué aprendiste?

—A valorarme. Me faltó eso en aquel momento, quererme un poco más para hacerme respetar de otra manera. Viví cosas muy feas y muy tristes, pero yo era muy chica y a veces uno en el enamoramiento deja pasar y concede más cosas que las que debería.

—Ahora estás en pareja nuevamente, ¿cómo se dio tu relación con el futbolista Eros Medaglia?

—Nos presentó un amigo en común. Es hermoso, respetuoso, caballero, me respeta y valora como mujer. Además ama a Ian profundamente. Me hace sentir especial.

—¿Tuviste prejuicios con respecto a iniciar un vínculo con un chico de 23 años?

—No. Antes tenía el prejuicio contrario. He estado en relaciones con gente más grande y pensaba que por la edad iban a ser serios. Es un gran error.

—En el último año hubo una ola de denuncias en la industria artística de Hollywood y Buenos Aires sobre casos de acoso. ¿Vos has tenido alguna mala experiencia en ese sentido?

—No me pasó nada grave pero siempre hay un juego de poder de algún desubicado. Cuando una es bailarina, alguien que tiene más poder tira un lance a ver qué onda. En mi caso he puesto el límite bien claro. He perdido trabajos por eso pero a mí no me interesó.

—¿Qué te pasó específicamente?

—Había un productor teatral que averiguaba todo lo que yo hacía durante el día. Después me llamaba y me decía que yo había ido a comer a tal lado y había salido a tal otro. Yo quedaba helada. El laburo de él tenía que empezar en el teatro y terminar en el teatro. De ese trabajo me fui.

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