ENTREVISTA

-¿Cómo estás palpitando el Mundial de Qatar?

-Con mucho trabajo. Estoy al frente del Grupo de Estudios tácticos de la Conmebol, que integro desde 2015, y estamos analizando detenidamente el Mundial, específicamente a las cuatro selecciones sudamericanas. Somos un grupo de 15 personas, cuatro de ellas en Qatar, que prepara informes desde el punto de vista táctica de cada una de las selecciones. Se hace un estudio sobre cómo estamos jugando y un comparativo con otras selecciones de otros continentes para evaluar fortalezas y debilidades.

-Argentina tuvo un revés importante frente a Arabia Saudita y desde el punto de vista emocional, en Uruguay las aguas están divididas. Algunos se alegraron con ese traspié. En tu caso, ¿cómo lo viviste?

-A mí la derrota de Argentina me amarga tremendamente, en primer lugar porque aprecio mucho al pueblo argentino. Ellos nos consideran como hermanos menores y así nos quieren y nos cobijan. Hay muchísimos uruguayos viviendo en Argentina y segundo porque soy “sudamericanista” de pura cepa. La pelota me fue llevando por la mayoría de los países sudamericanos y lo único que tengo es agradecimiento hacia todos ellos. Quiero lo mejor para el fútbol sudamericano y Argentina es una de las potencias nuestras.

-Desde hace un tiempo te integraste el equipo del Polideportivo y durante el Mundial tenés más intervenciones en la programación de Teledoce. ¿Te interesa la faceta de comunicador una vez que anunciaste el final de tu carrera como entrenador?

-Es verdad que no voy a volver a dirigir un equipo porque en diciembre del 2018 tomé la decisión de ponerle final a mi carrera. A partir de entonces me dedico al Grupo de estudios tácticos en Conmebol y a la actividad gremial. Sobre los medios, me hicieron la invitación y después de mucho pensarlo acepté.

-¿Por qué hubo que pensarlo tanto?

-No me veía, ni me veo en la faceta de entrar en alguna polémica con un colega o de criticar a un entrenador, cosa que nunca hice en mi vida públicamente. No me lo permitía hacerlo pero fueron justamente mis colegas quienes me animaron a aceptar la invitación que me hizo la gente del Polideportivo. Era una forma también de que los entrenadores tuvieran una espacio para su visión del juego. Los directores técnicos suelen ser los más castigados cuando las cosas no salen bien y me parecía que estaba bueno plantar algún tipo de defensa. Mis compañeros del canal entienden mi posición y me han hecho sentir muy cómodo.

-¿Te sentís más periodista?

-No, yo no soy periodista. Mi rol es el de un entrenador que analiza los equipos o los partidos. No me preparé ni tengo la vocación de preguntar e investigar. No es lo mío. Jamás llamaría, por ejemplo, a un colega para conseguir una noticia. Muchos entrenadores que dirigen en la actualidad trabajaron conmigo como colegas o jugadores y con la mayoría tengo amistad. Pero nunca los llamaría para averiguar qué equipo van a poner, por ejemplo. Yo los llamo cuando les va mal para darles aliento.

-¿Cómo te has sentido frente a cámara?

-Siempre se aprenden cosas pero eso es algo a lo que estoy acostumbrado. Como entrenador participé mucho como invitado de los programas y no me cohibo con las cámaras. Lo que no me sale es cuando hay invitados hacerle preguntas. No sé entrevistar. Eso se lo dejo a mis compañeros.

-Imagino que tuviste la posibilidad de viajar a Qatar. ¿Por qué resolviste quedarte en Montevideo?

-Porque estuve en Qatar trabajando en 2016 y mi experiencia no fue buena. Me prometí que no volvería nunca más a un país árabe. Todo el lujo que ellos venden es para afuera, para la tribuna. La realidad es otra completamente diferente. Hay un doble discurso. Habría que preguntarle a los periodistas que están allá si los dejan filmar donde viven los hindúes o los nepalíes que trabajan en la construcción...

-Se dice que ganan muy bien los entrenadores allá...

-Cuando lográs que te paguen, sí. Pero no es fácil. No quiero entrar en detalles ni acordarme de lo que viví porque me caliento. Para responder a tu pregunta, yo mantengo la promesa de no ir nunca más a un país árabe, ni pasar por arriba en un avión.