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Florencia Astori: Abrazo de Artista

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Florencia Astori.

ENTREVISTA

La artista plástica, maestra e hija del exministro de Economía está al frente del atelier que lleva su nombre y que se dedica al diseño y producción de joyas hechas a mano, en especial para novias.

Florencia Astori.
“Esta cuarentena ha frenado notoria y radicalmente nuestra posibilidad del abrazo, ese acto tan hermoso que sintetiza dar y recibir en uno solo”, asegura.

-Desde hace tres años estás al frente del “Atelier Flor Astori” de diseño de joyas, ¿cómo surgió esa iniciativa?

-Atelier Flor Astori comenzó en un primer momento asociado a la realización de tocados y complementos para novias. Acompañar novias desde este lugar creativo me permitió compartir su intensidad y alegría en un momento clave de la vida, así como revivir mi experiencia personal. Transité aproximadamente un año formándome y desarrollando el diseño de piezas exclusivas, realizándolas en mi taller, incorporando un sinfín de materiales y estructuras para componer. Una de las cosas que comencé a disfrutar más es el hecho de poder hacer realidad el deseo de una persona por una pieza determinada. Es apasionante interpretar, buscar y materializarlo. Muchas veces el camino para encontrar el diseño se hace compartido, en un intercambio permanente con la clienta. En este proceso fue surgiendo la necesidad de las novias de usar piezas accesorias exclusivas, por lo que me dispuse a investigar e incorporar nuevos recursos. Me acerqué al estudio de técnicas de orfebrería en el taller de Álvaro Martino, con la intención de volcar ese aprendizaje a la realización de tocados para novias. Hoy en día, “Flor Astori Atelier” es un espacio donde se lleva a cabo el diseño, la producción y realización de joyas exclusivas hechas a mano. Detrás de cada pieza hay una forma de comprender el mundo, hay un trabajo dedicado, esto es una alternativa al consumo rápido y en serie, es una apuesta a revalorizar la experiencia, los procesos y la búsqueda detrás del producto.

-Como material, ¿qué tiene de especial trabajar con el metal y las piedras?

-Me especializo concretamente en metales nobles tanto por su calidad y durabilidad, como por las posibilidades de trabajo manual que permiten. En cuanto al uso de las piedras, me parece que es fundamental conocer sobre sus propiedades para saber en qué y para qué usarlas. Hay muchos tipos de piedras que hoy en día son demandadas en la elaboración de piezas de joyería, ya sea por su condición estética o por sus cualidades energéticas o curativas. Dependiendo de los intereses de las clientas es que se realiza la selección de las piedras a utilizar. Se trata de seleccionar los mejores materiales para el diseño en cuestión, que sean los más adecuados y que permitan destacar y explotar al máximo la belleza de la pieza.

-El atelier comenzó enfocado a novias y cumpleañeras, ¿te inspiró tu propia boda con Noel López en 2017?

-Sí. Creo que toda boda significa un proceso maravilloso de crecimiento y maduración, un punto de inflexión en el que reposicionarse para mirar desde otros lugares la vida y proyectarse hacia el futuro. En mi caso fue algo de eso. La dimensión artística y creativa tiene un atravesamiento permanente en mi quehacer cotidiano. En mi experiencia fue un proceso intenso que traté de plasmar e inmortalizar en cosas concretas, mi vestido o tocado de novia son un ejemplo de ello. Luego, y en base a lo que esto despertó en mí, me propuse formarme más profesionalmente en la ejecución de tocados y accesorios, el manejo de ciertos materiales y el acompañamiento personalizado a novias, cumpleañeras, en momentos tan particulares y únicos.

-¿Cómo estás sobrellevando este tiempo de cuarentena? ¿Es inspirador para el arte?

-No sé si le llamaría un tiempo inspirador. Lo que sí creo, es que es un momento para pensarse desde otro lugar, son tiempos para navegar en uno mismo. El aislamiento social cuesta, es una carencia muy fuerte para nuestra vida. El sufrimiento en el mundo entero, la incertidumbre de cuándo volveremos a encontrarnos con nuestros seres queridos, la profunda necesidad del contacto físico. Los seres humanos somos sociales por naturaleza, sin los otros, podríamos llegar a poner en peligro nuestra estabilidad en términos emocionales, físicos y mentales. Me pregunto cómo se compensa esta carencia durante el tiempo de cuarentena y crisis mundial. Ese es el camino que calculo que como yo, varias personas recorren durante estos días, tratando de buscar explicaciones, estrategias y alternativas que nos permitan sobrellevar el momento. En mi caso el proceso creativo me rescata, me libera, es del orden de la supervivencia como respirar o comer.

-En cuanto a la pintura, preparas una serie dedicada al abrazo, ¿por qué esa temática?

-El abrazo es una de las formas más bellas y puras de expresar amor a alguien. Esta cuarentena ha frenado notoria y radicalmente nuestra posibilidad del abrazo, ese acto tan hermoso que sintetiza dar y recibir en uno solo. En mi caso, por ejemplo, extraño muchísimo el abrazo de cada mañana de mis alumnos, esa cercanía insustituíble cargada de afecto. Por eso, trabajar en torno a esta temática me permite estar en el abrazo desde el proceso creativo, abrazar desde el pincel, desde la forma, abrazar comunicando, como una de las formas más espirituales de contactar con lo recíproco y sensible de nuestra existencia, y de combatir así muchos de nuestros miedos y fantasmas.

-Habitualmente, ¿cuáles son tus fuentes de inspiración?

-Mis fuentes inspiradoras son la música, la naturaleza y la mujer. Concibo la inspiración como un impulso o aliento hacia la composición artística, es una necesidad, una búsqueda. Muchas veces es difícil encontrarla, por eso es importante generar las condiciones, trabajar en el taller de forma sistemática. Es decir, no me siento a esperar que mágicamente baje una especie de inspiración para luego ponerme a pintar, este impulso o aliento, que es como me gusta llamarlo a mí, incluye momentos de acción, y otros, muchos, de reflexión, meditación, e investigación. Cuando pinto, siento muy presente mi historia de vida, sentimientos generados por personas que me han marcado en forma positiva o incluso negativa. A veces logro verlo con claridad y simbolizarlo, pero en general esto pasa por procesos inconscientes en los que navego.

-¿En qué momento y por qué crees que llegó el arte para quedarse en tu vida?

-El arte estuvo siempre en mi vida, a través de diferentes manifestaciones. Desde mis primeros días de vida me acompañó primero a través de la música que sonaba en casa, y luego, me incliné hacia los colores. Cuando era chiquita, usaba la mesa del comedor de casa, en la que ponía un mantel de hule viejo que teníamos guardado, y sobre eso, pintaba horas con un set de acuarelas que mi hermano me había traído de un viaje. Eran unas pinturas especiales, por su tono, su variedad y su presentación, y para mi fue uno de los mejores y más motivadores regalos que recuerdo haber recibido. En la escuela recuerdo siempre los momentos de arte que para mí se pasaban volando y teníamos también carpintería, que fue una experiencia que me fascinó. Creaba juguetes y muñecos que luego intervenía con pinturas. En mi adolescencia cursé en algunos talleres de arte, trabajando en óleo, acrílico, cerámica y algunos metales. Ya de más grande, me acerqué a otro tipo de formaciones como el taller de dibujo de Tunda Prada y la Fundación de Arte Contemporáneo.

-¿Cómo te sientes exponiendo?

-Exponer pone en juego el encuentro con otras miradas, es una parte fundamental en todo lo que implica el trabajo artístico y creativo. Cuando era más chica era algo que disfrutaba mucho porque me ilusionaba compartir el proceso de algo que amo hacer. Ahora, me cuesta un poco más enfrentarme al hecho de armar una exposición, siento más exigencia por un lado, y por otro, cierta incertidumbre de lo que puede generar el hecho de abrir y mostrar mi intimidad. Mi obra, revela mucho de lo que soy en lo más profundo de mi ser, por lo que exponer es removedor, complejo. Por otra parte, creo que las obras, completan su proceso creativo en el encuentro con quienes llegan a verlas, y por lo tanto me parece que exponerlas es completar un ciclo, una necesidad.

-¿Cómo es tu rutina de trabajo en la pintura, si es que hay una rutina o se da por impulsos espontáneos?

En general pinto en las noches, que es cuando logro un momento de mayor encuentro conmigo, de paz interior, y de posibilidad cotidiana. No trabajo con horarios fijos ya que la pintura muchas veces tiene exigencias de luz, espacios, posiciones, que no caben dentro de un cronograma preestablecido. Me gusta pintar de a varias obras a la vez, e irles viendo el proceso a medida que avanzo. En general, busco siempre un rato en las noches para poder trabajar en esto. Muchas veces me ha pasado de seguir de largo hasta el otro día, y no darme ni cuenta.

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