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Federico Rabinovich cuenta cómo se hace un thriller exitoso y se cuenta en pocos minutos

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Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset

ENTREVISTA

El director argentino habla de su carrera en publicidad y cuenta cómo se gestó su exitoso cortometraje "¿Quién es Linda?" que ha ganado varios premios

Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset
Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset

Vivió en Argentina hasta 2018 cuando se mudó a México para continuar trabajando en la dirección de videos para las campañas de moda de importantes marcas. Durante diez años, Federico Rabinovich trabajó para la industria de la moda y no fue hasta que estuvo en México que le dieron ganas de probar de hacer cine. Se le ocurrió hacer un curso de dirección de cine para buscar distintas perspectivas de trabajo y también para empezar a contar más historias. En enero de 2020 se mudó a Nueva York y ya estrenó su nuevo cortometraje, ¿Quién es Linda? que ya ganó premios en festivales.

—Llegaste a Estados Unidos en 2020, buen momento para mudarse.

—Sí, no tenía idea del covid, ni pensaba que iba a ser algo mundial. En enero arranqué el curso presencial y en marzo llegaron las noticias que Nueva York se había convertido en el epicentro de la pandemia en Estados Unidos. Así que cerraron todo de un día para el otro y seguí estudiando online. Y estudiar dirección de cine por Zoom fue complicado. Como estuve encerrado tanto tiempo, en el tiempo libre me puse a pensar cómo me gustaría hacer mi primer corto.

—Ese corto se convirtió en ¿Quién es Linda?, ¿cómo surge?

—Es una historia que me pasó a mí cuando me vine a vivir a Estados Unidos. Me compré un chip en una compañía de teléfono y me empezaron a llamar desde el primer día. Me llamaban de clínicas preguntando por una chica, Linda y que querían hablar con ella. Ahí entendí que el número era de otra persona y no supe qué pasó con ella. Así fue que decidí darle un giro a la historia y hacer algo sobre ella. De eso se trata el corto.

—Aprovechaste esa oportunidad impensada.

—Exacto. Y cada vez que me llamaban pedía algo de información, pero cuando es un tema médico no te pueden decir nada sin que esté la persona presente, porque todo es confidencial. Así estuve hasta que una enfermera me dio algo de información diciéndome que había faltado a unas citas con el doctor, pero es lo único que pude saber.

Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset
Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset

—La historia se centra en Alex, quien comienza a investigar qué pasó con Linda.

—Sí, es un chico que trabaja investigando gente en Nueva York. Él cambia su número y comienza a recibir estas llamadas dándole información sobre Linda. Él se hace pasar por su primo, le creen, le cuentan información sobre ella y llega un punto en el que él se empieza a obsesionar tanto con esta chica, quiere encontrarla porque cree que está en peligro, y vemos en los 20 minutos cómo su vida se desmorona, pierde su trabajo y comienza a generar un conflicto mental de obsesión. No puede llevar a cargo su vida y no voy a contar mucho más, pero dejé la resolución abierta porque en 20 minutos es mucha información que le podés dar al espectador. ¿Viste cuando ves una película y cuando termina te das cuenta que te fueron dejando pistas a lo largo de la historia?, bueno, eso. Por eso dejé abierto el final, porque quiero escuchar opiniones de la gente para saber qué pensaba.

—¿A qué conclusión llegaron?

—La mayoría se quedó con mi idea original: Linda es Alex, lo que pasa es que él tiene doble personalidad pero él no lo sabe. Por eso lo categorizo como un thriller psicológico donde nos metemos en su cabeza y vemos la tensión y ansiedad, así como lo que sufre el personaje desde el primer minuto hasta cuando lo agarra un ataque de pánico que es el inicio de la resolución.

—Una historia sobre un personaje con doble personalidad es compleja de contar, ¿cómo se cuenta un thriller en pocos minutos?

—Fue un proceso muy largo. Lo que me dijeron mis profesores en su momento fue que no me metiera en una categoría donde tengo que dejar pistas para que el espectador las una por si solo, porque en 20 minutos es difícil hacerlo. Pero a mí me gustan los desafíos y las cosas difíciles, y si iba a ser mi primer corto quería que fuera dificil, no que fuera una cosa básica. Así que fue un proceso largo, pero por suerte encontré a Antonietta di Cicilia, con quien fui escribiendo el guion en conjunto. No me gusta escribir pero soy bueno con ideas y en bajar ideas, pero no en poner en palabras. Además era mi primer proyecto y pensar en español para después transcribirlo en inglés, se pierden muchas cosas en la traducción. El inglés es más directo, no le dan tanta vuelta al lenguaje, y eso me ayudó mucho para contar la historia. Entonces armé una estructura donde en los primeros minutos cuento la historia de Alex para que el espectador sepa quién es, que tiene una hermana, sobrinos, un trabajo y un jefe, y después comencé a introducir el conflicto que son los llamados telefónicos y cómo él se va obsesionando con esta chica. Entonces, al hacer la estructura narrativa con estos puntos, me ayuda a que el espectador vea todos los datos de la trama que le estoy dando.

Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset
Federico Rabinovich. Foto: Hernán Burset

—¿Hay planes de estrenarla, o sigue en festivales?

—Estoy en rueda de festivales y ya gané en dos. Hubo un festival en Los Ángeles que proyectó la película a mediados de enero, y gané otro premio en Berlín, uno ganó como mejor thriller corto, y el otro como mejor corto de misterio. Y además, en Nueva York participé de Soho House que fue donde la mostré por primera vez; pero por estar en festivales no puedo estrenarla, porque Tribeca o Sundance no permiten que la película esté pública online, o en un cine. Entonces tengo que esperar hasta mediados de año para hacer un estreno.

—Antes de llegar al cine habías hecho cortos de moda. ¿Cómo es ese mundo?

—Es un mundo medio loco, pero me gusta porque me dejan ser creativo y me permiten generar mis propias ideas. Empecé trabajando en el equipo de una fotógrafa lo que para mí era un mundo nuevo, porque venía de estudiar publicidad. Aprendí y empezamos a captar clientes y la tratativa es tener conversaciones con el cliente quien te dice: esta campaña trata sobre una chica libre y te cuentan la bajada de cada campaña. Con eso te armás un visual de cómo puede ir la campaña y el día que se hacen las fotos, hacés el video de la campaña. Lo disfruto muchísimo y lo sigo haciendo porque para hacer cine necesitás mucho dinero. Salvo que tengas un productor que quiera poner el dinero, yo que estoy empezando la carrera me di cuenta que es la más cara que pude haber elegido, porque desde el principio todo ha salido de mi bolsillo. Lo comercial lo sigo haciendo por una cuestión económica y porque me mantiene creativa la cabeza; además desde que me dan la idea a que lo filmamos, se puede resolver en 20 días; una película demora un año desde que empezás con la idea.

—Seguís realizando trabajos de moda en Argentina?

—Sí, tengo un equipo de video donde los clientes me llaman y si bien no estoy, tengo una directora que me manda todo el material y lo apruebo, bajo la idea y estoy en todo. No estoy en Buenos Aires, pero estoy al tanto de todo lo que pasa para que salga todo como me gusta.

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