ENTREVISTA

Nicolás Lauber

Jaime Clara está por entrar a la radio, lugar que le apasiona desde que era un niño viviendo en San José y del que parece no irse nunca. El comunicador hace radio en la mañana, en la tarde, también los sábados y en sus ratos libres (cuando no hace suplencias en televisión) escribe sobre gastronomía en el blog Delicatessen.uy y también hace caricaturas, otra de las pasiones del comunicador. “Pasa que cuando te gusta lo que haces, perdes la perspectiva”, dice Clara quien publicó esta semana el libro No está todo dicho (Editorial Planeta, 950 pesos), el cual está compuesto por caricaturas a distintas personalidades de nuestra cultura y también la política; sin dudas una de las pasiones menos conocidas de Clara.

El libro se iba a persentar en el Teatro Solís, porque allí Clara tiene una exposición armada y colgada de caricaturas de personalidades de la cultura que terminaron de armar días antes que cerrara el Teatro Solís por la emergencia sanitaria. La exposición, armada a pedido de la directora del Solís, Daniela Bouret, “está armada y colgada para que nadie la vea”, dice Clara, quien espera que cuando se reabra el teatro, el público pueda apreciarla. La exposición está realizada con caricaturas que dibujó Clara a figuras de la cultura uruguaya, se llama Clara a la vista y “vamos a ver cuando abra el Solís con qué protocolo se abre y vamos a ver si se va a poder ver la muestra”, dice.

El libro, disponible desde esta semana en librerías de todo el país, se iba a presentar unos días después de inaugurada la muestra también en el Solís, aunque tuvo que convertirse en una presentación virtual por el coronavirus. En marzo hubo una presentación y próximamente se realizará otra, también por redes sociales.

No todo está dicho es su primer libro de caricaturas y cuenta con una calidad imponente. “Cuando estábamos en la edición del libro en enero y febrero me decían que iba a quedar así y asá, que va a tener tanto de alto, me hablaban de determinado tipo de papel, y nunca me podía imaginar. Y cuando me encuentro con el libro, con la calidad gráfica que tiene, realmente estoy asombrado de la generosidad de la Editorial Planeta. Son cerca de 130 o 150 caricaturas de personajes de la cultura y la política uruguaya”, agrega Clara.

El libro que lleva como título No está todo dicho, debe su nombre a la primera exposición de caricaturas que Clara presentó en San José a principios de los años noventa.

Llegar a realizar tantas caricaturas se debió a una autoimposición que se hizo Clara, quien se dijo publicar una caricatura por día en las redes sociales. “Eso permitió por un lado que tenga una gran una gran cantidad de dibujos hechos, porque esto lo hago desde hace unos diez años, más o menos; y sobre todo, es rescatar personajes que están siendo olvidados, sobre todo gente del teatro. Creo que eso fue lo que motivó a la gente del Solís para convocarme para la muestra”, dice Clara. Así se juntaron una cantidad de dibujos, los cuales componen el libro y también la muestra del Solís.

No todo está dicho cuenta con una contratapa escrita por Mario Delgado, lo que dice Clara: “fue un honor que se tomara un tiempito para poder escribir algo sobre el libro”.

Siendo muy chico, con apenas ocho años, Clara decidió que su vida iba a estar centrada en los medios de comunicación. No tuvo dudas que su vida tomaría ese rumbo. Eso sucedió cuando entró por primera vez a la radio de San José a buscar un premio y se quedó. A los 14 años lo echaron y el argumento fue “por pasar música aberrante y tendenciosa. Eran los discos que compraba en Montevideo, de Larbanois y Carrero. Eran discos de Rumbo, lo que se editaba en la época porque no tenía ni una ideología”, recuerda Clara. Como le gustaba la música instrumental, también la pasaba en la radio de San José; y sobre su salida de la radio, Clara recuerda que “fue una época muy especial en San José, había un jefe de policía muy complicado que había prohibido los cumpleaños”, recuerda.

“Entonces, si a los ocho años tomás la decisión de que querés hacer eso, después te preparás para hacer eso, porque me sacan el programa de San José y con 16 años hago el mismo programa los fines de semana en radio Centenario por algún tiempo. Después me puse a estudiar comunicación en el Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras; o sea, todo lo que hice fue exclusivamente para hacer lo que estoy haciendo ahora. No sé hacer otra cosa. Todo lo demás que me permitió la carrera de Comunicación fue darme cuenta que existía otra cosa más amplia al periodismo que era la comunicación; y ahí me di cuenta que dibujar caricaturas es una manera de hacer periodismo, también a través de la poesía o de la ficción estás comunicando. Siento que todo lo que hago es más de lo mismo. Para mí no es decir tengo un hobbie diferente a mi trabajo. No hago crucigramas o crochet, el tiempo que no estoy haciendo periodismo profesionalmente en la radio o en la tele cuando estaba allí, siento que estoy haciendo lo mismo, porque me gusta hacerlo”.

Su salida de Desayunos informales se sintió un tanto rápida para los espectadores, aunque Clara dice que “en enero dejé el programa para hacer como todos los años Las cosas en su sitio, y después el canal optó por armar el equipo de otra manera. Formaba parte de mis condiciones no estar en enero para hacer la suplencia de Ignacio Álvarez en el programa, que hago hace más de 10 años. Y cuando volví, el canal optó por formar otro equipo y está perfecto, no hay problemas. De hecho sigo haciendo las suplencias de Victoria Rodríguez en Esta boca es mía” sin ningún inconveniente, agrega Clara.

—Por suerte el canal y la radio quedan cerca, porque termina un programa y empieza el otro.

—Salgo corriendo, porque el programa de Victoria terminaba a las 16.00 y el programa empezaba a las 15.30, entonces Sergio Puglia empezaba solo y yo venía corriendo para hacer el programa. Me ha obligado a estar en buen estado físico.

—¿Cómo te manejás con las salidas en tiempos de pandemia?

—Salgo todos los días. En la mañana hago el informativo de noticias, en la tarde Al Pan Pan, en la nochecita hago Hora de Cierre y los sábado a la mañana hago Sábados Sarandí.

—¿No te dio miedo en los primeros días tener que salir?

—No porque me cuido, es la única salida que hago, la radio tomó varias medidas de protección y casi todos los entrevistados son por teléfono.