ENTREVISTA

La actriz y conductora Jimena Siri viene de un verano de disfrute al máximo. Dentro de la burbuja, compuesta por sus hijos de cuatro y 10 años y su pareja, el abogado Renzo Gatto, Siri recuerda memorables estadías en La Pedrera y en Punta del Este, de donde acaba de regresar.

Para su pasión, el teatro, ha sido un año marcado por la pandemia y las medidas que prácticamente han impedido un desarrollo normal de la actividad. De hecho, la actriz era parte del espectáculo Nada puede salir mal que debió bajar de cartel luego de cuatro funciones por falta de público.

“La gente no iba por temor”, cuenta la actriz. De todos modos es optimista y llama a los artistas a desafiar la creatividad para poner en escena propuestas acordes al protocolo. “No está bueno quedarse en la queja. Busquemos opciones para hacer las cosas. Yo no sé cuándo todo volverá a ser como era antes de marzo de 2020”.

La ex gauchita de Sé lo que viste tiene muy buenos recuerdos de aquel programa de Canal 4 del que participó por tres años. Añade que mantiene el vínculo con sus integrantes.

Consultada al respecto de la polémica entre Gaspar Valverde y Álvaro Navia, Jimena Siri respalda a su excompañero.

“No sé bien qué pasó entre ellos (por Gaspar) pero Álvaro me parece una gran persona. No tengo nada de malo que decir de él. Pongo las manos en el fuego porque es una excelente persona”, asegura.

La actriz y modelo no tiene prejuicios a la hora de la exhibición del cuerpo y se refiere también a su historia de amor con Renzo Gatto. Tienen una diferencia de edad de 23 años pero según su testimonio, “no se nota para nada”.

—¿Cómo has atravesado estos días en que volvieron las medidas de suspensión de espectáculos públicos y de clases?

—Nos cambió la rutina sobre todo por los chicos, que estaban yendo en horario completo y ni se habían adaptado cuando volvimos a casa. Pero también disfrutamos mucho. Estuvimos unos días en Punta del Este, sin contar que en el verano pasamos súper bien.

—¿Cuáles fueron los destinos?

—Estuvimos en La Barra, también en La Pedrera, donde fuimos a un glamping. Es como un camping pero más top. Está la carpa armada con una estructura y hay baño privado. La experiencia estuvo divina y divertida. Nos encontramos con murciélagos, arañas y ranas...

—Fue un año de muy poca actividad teatral. ¿Cómo sobrellevás eso?

—Estoy muy ansiosa por volver a hacer teatro. Tuvimos un intento en diciembre con la obra Nada puede salir mal, que marchó bien las primeras funciones pero después ya no. La gente no iba por temor o porque perdió la costumbre de ir al teatro. El público teatrero es mayor. Está complicado y va a seguir complicado. Hicimos dos funciones en Plaza Mateo y en La Candela otras dos pero luego la bajamos porque no había público.

—Debe ser una sensación rara...

—Es horrible la sensación. De todos modos, soy optimista. La pandemia puede implicar un desafío creativo para los artistas. Quizás tenemos que pensar en actuaciones al aire libre. No está bueno quedarse en la queja: “El gobierno no me deja hacer esto o aquello”. Busquemos opciones para hacer las cosas. Yo no sé cuándo las cosas volverán a ser como eran antes de marzo de 2020.

—También incursionaste en el rubro empresarial.

-Sí, abrimos la propuesta de Jardín en Plaza Mateo, aunque ahora en pandemia hay que remar bastante. Es un resto pub con DJs y músicos.

—Estuviste en Sé lo que viste por tres años. ¿Extrañás la TV?

—Sí, bastante. Me fui para el lado de las publicidades y audiovisuales pero programas de TV no hice más. Me gustaría. Estoy con algunos proyectos para volver. Ojalá se concreten. Van más para el lado de la serie de ficción.

—¿Siguieron en contacto los integrantes del equipo?

—Sí, de forma virtual. A Álvaro (Navia) me lo he encontrado un par de veces. Tenemos buena relación. Lo admiro un montón. Me acuerdo que cuando quedé embarazada estaba en el programa y tenía miedo de contarles. Pensaba que me iban a decir: “no vengas más”. Pero al contrario. Les conté y pusieron un cara de alegría y me abrazaron. Fue muy linda la reacción que tuvieron y no me olvido más. En ese momento coincidió que Vanina (Escudero, esposa de Navia) y Rosina Benenati (integrante del programa) también estaban embarazada.

—Hace poco trascendieron algunas diferencias entre Álvaro Navia y Gaspar Valverde. ¿Tenés alguna posición tomada sobre el enfrentamiento?

—Leí algo por arriba. No sé bien qué pasó y cómo se desarrollaron los hechos entre ellos. Pero conmigo Álvaro siempre fue muy crack, una excelente persona. No tengo nada malo para decir de él. Si tengo que poner las manos en el fuego por él, lo hago. Me parece una excelente persona, amigo y padre.

—Hace más de un año son pareja con el abogado Renzo Gatto. ¿Cómo se conocieron?

—Nos conocimos en un cumpleaños de Jimmy Castilhos. Después de eso me escribió por Instagram pero no le respondí. No suelo seguir conversaciones por redes sociales. A los días me había ido a Buenos Aires por una obra en el Paseo de la Plaza donde actuaba. Él también estaba en Buenos Aires y averiguó por unos amigos en común la fecha y hora del barco en el que me volvía y cambió su pasaje para regresar en el mismo buque. Ese viaje fue fundamental porque conversamos y después empezamos a salir y a conocernos más tranquilamente. Hoy ya metimos más formalidad.

—¿Y ahora de cuánta formalidad hablamos?

—Total. Convivimos con mis hijos y sus hijos.

—Tienen una diferencia de edad de 23 años.

—Sí, Renzo tiene 52 y yo, 29.

—¿Cuánto se nota esa diferencia?

—No mucho. Él tiene mucha energía, creo que más que yo. Y por mi parte, tengo una personalidad un poco más madura que la media de mi edad, así que nos complementamos bastante bien. Él es un divino, un verdadero caballero.

—¿Cómo te llevás con el comentario de la gente sobre la diferencia de edad o que él tiene plata? Ese rún rún...

—No me importa nada.

—¿Pero la primera vez que lo escuchaste qué pensaste?

—Estoy acostumbrada porque ya había salido con hombres más grandes. Me dicen pero me rió. Me divierto.

—¿Te han hecho propuesta indecentes a lo largo de tu carrera?

—Sí. Un montón de veces.

—¿Cómo te sentiste en esas circunstancias?

—Fue raro. Fue como un “What?’, ¿en qué mundo estoy.?” Después me acostumbré. Es el mundo en el que vivimos.

—Sos una actriz y modelo que no tiene tabúes a la hora de mostrar el cuerpo. Has hecho desnudos en teatro. ¿Te preocupa en el día de mañana si tus hijos, los dos varones, te piden explicaciones sobre tu carrera?

—No. Soy reliberal con ellos. Si alguien quiere mostrar el cuerpo no tiene nada de malo. Como tampoco tiene nada de malo lo contrario. Les quiero inculcar a ellos que sean libres y que no juzguen ni se sientan juzgados.