Opinan Clarisa Abreu, Martina Graf, Giannina Silva y Patricia Wolf.

En los Premios Iris no hice nada en particular. No estaba pegado, ni nada. Era un vestido ajustado a medida y traté siempre de conservar la postura. Que yo me haya enterado, por lo menos, nunca se vio nada. La postura y un poco de suerte es la clave.

No lo he puesto muchas veces en práctica, pero lo que se usa habitualmente es una cinta doble faz cortada de dos centímetros a cada lado. Se pone en el escote cortito, se pega y listo. Los vestidos que sí he usado a la vista parece que fueran muy escotados pero en realidad tienen un tul color piel adelante que asegura que no va a pasar nada. Ese estilo lo utilicé en varias ocasiones.

Mi estrategia en los Premios Iris fue tener un vestido hecho a medida por la marca, por eso era un Tissora privé. Me midieron el cuerpo y en base a eso hicieron el vestido. Cuando una tiene un vestuario realizado de esa forma está más lejos de los accidentes, porque éste se adhiere al cuerpo como si fuera la piel. También es importante la postura y la elegancia a lo largo de toda la noche. Si una está con la espalda erguida y pendiente de la pose y la actitud, no tiene inconvenientes con el atuendo.

Es difícil. En general trato de sentirme cómoda, no me arriesgo a llevar algo que no me haga sentir bien. Una vez que me doy cuenta de que no se me ve nada y que está todo bien, me relajo y voy tranquila. Lo que siempre intento es que no se me marque nada, si es necesario no me pongo ropa interior y listo. También trato de no tener marcas del sol en la piel, y para eso eso me cuido mucho cuando tomo sol. Pero tampoco soy muy traumada con que se me vea algo o con que se me note algo. Me gusta estar impecable pero si alguien ve algo de más, el problema es del otro, no mío (risas).

YO DIGO