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Darthés en el ojo de la tormenta

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MIRADAS POR LUIS VENTURA

Adhiero y justifico que la mujer denuncie todos aquellos casos de violencia de género en las que se sienta ultrajada, los abusos paralizadores que hieran o avergüencen y todas aquellas invasiones sobre el derecho personal y privado de una persona.

Pero también es cierto que no son pocas las ocasiones en las que estas denuncias no son fundamentadas con elementos, pruebas o demostraciones que permitan acercarse a la verdad con herramientas válidas. Y dentro de estos cuestionamientos y sugeridas gravedades, Juan Darthés en los últimos días especialmente fue señalado por la modelo y actriz catamarqueña Calu Rivero, que vuelve a insistir lo que hace años había sugerido en redes sociales sobre su excompañero y galán de la ficción Dulce amor. junto a María Valenzuela.

Pero hoy también sale de la nada la exactriz cordobesa Natalia Juncos, de 40 años, alejada de la actuación, que después de muchos años de guardar silencio sobre lo mal que asegura haber trabajado junto a Darthés, en la novela Se dice amor, con Millie Stegmann, recién ahora cobra valor suficiente para denunciar algo muy difícil de probar por el tiempo transcurrido desde aquella convivencia laboral, y la falta de pruebas de lo que sostiene sobre el actor brasileño que fuese su compañero de elenco.

Tanto Calu como Natalia van sobre Darthés, pero lo hacen con poca consistencia y convencimiento dejando una vaga sensación de lo intentan decir y nunca terminan de hacerlo. Entonces, Juan que ya está cansado que lo involucren con historias gravísimas, decide llevar estos temas a la Justicia para que sea ella la que ponga los cosas en su lugar.

Si lo que las actrices intentan denunciar de manera muy endeble es lo que todos piensan deberían haberlo hecho mucho antes y no en los medios o las redes sociales, sino en la Policía y en la Justicia, como realmente debe ser. Lo mismo todos aquellos compañeros que aseguran por lo bajo y a escondidas haber escuchado las quejas de ellas, pero guardaron y preservan el mismo silencio estampa que no aporta y desvanece cualquier tipo de accionar si es que alguien lo puede afirmar y demostrar cómo debe ser.

De un lado y del otro deben ir a fondo con estas denuncias. Porque si ellas lo vienen planteando y no lo terminan de definir es lo mismo que nada. Y si Darthés se siente víctima de calumnias e injurias también debe impulsar el reclamo hasta el final para que de una vez por todas se tomen en serio este tipo de jueguitos, que de ser ciertos son graves y en caso de no serlo, también porque atentan sobre la carrera y la reputación de un actor y un hombre que hoy está en el ojo de la tormenta.

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