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Daniel Castro: "Había avidez de la gente por el debate"

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Daniel Castro moderó el debate entre Óscar Andrade y Ernesto Talvi. El próximo martes lo volverá a hacer con Jorge Larrañaga y Carolina Cosse.

ENTREVISTA

Daniel Castro se convirtió en la cara de los debates en esta campaña electoral al haber estado al frente del esperado encuentro entre Andrade y Talvi, y preparar otro entre Larrañaga y Cosse.

-¿Qué lectura hacés de la repercusión que ha tenido el debate entre Ernesto Talvi y Óscar Andrade que llevaste adelante días atrás?

-Nosotros sabíamos que era un hecho histórico que iba a tener repercusión, pero terminó siendo mucho mayor a la que esperábamos. Fue una grata sorpresa. Eso habla a las claras del interés de la gente por estas instancias. Incluso supimos que hubo mucha gente joven de 18 o 20 años que estuvo frente al televisor durante el desarrollo del debate intercambiando opiniones sobre este tema en redes.

-¿Cómo fue el clima que se vivió en el estudio durante el debate?

-Había mucha gente, sin embargo, hubo momentos de silencio absoluto en los que detrás de cámara no se escuchaba el sonido de una mosca. Eso no ocurre siempre. En los cortes cada candidato hablaba con su equipo de asesores y al final se soltaron las tensiones, se dieron un abrazo sentido y se generó un ambiente casi festivo.

-¿Notaste que uno de los dos haya quedado mejor parado en el debate?

-No es una corrección política: sentí que hubo momentos para los dos. Para ambos hubo instancias en las que se pusieron nerviosos y otras en las que se afianzaron. Por momentos estuvieron calmos y por otros tensos. Lo importante es que se preocuparon por respetar al otro y cumplir con los tiempos que exigía el formato.

-¿Cuáles son las expectativas para el próximo debate, que será entre Jorge Larrañaga y Carolina Cosse el próximo martes?

-Ahora ya tenemos el plano. Lo que vamos a hacer es ajustar lo que no salió tan bien y fortalecer lo que fue exitoso. Tomando nota de que es el mismo esquema, no hay margen para la sorpresa. El tono quedará en manos de los adversarios políticos circunstanciales.

-¿Qué fue lo que no salió tan bien?

-Hubo detalles técnicos, pero que no hacen a la presentación en pantalla. Los que estamos en la cocina sabemos que le faltó una pizca de algún ingrediente, aunque para el paladar de la gente sea insignificante y en televisión no se haya notado.

-¿Cuánto se sirvió Andrade de su participación en el panel de Todas las Voces para lanzarse como precandidato?

-Él debe haber tenido la habilidad de aprovecharlo. Le debe haber servido, como también le debe haber servido a Mónica Bottero para lanzarse a la aventura electoral. A muchos les han servido los espacios públicos para lanzarse a candidaturas. Yo había tenido a Óscar en la radio, y cuando lo vi debatiendo con Conrado (Hughes), entendí que era algo atrayente para arrimarlos a un programa de televisión. Ya en aquel entonces algún tertuliano le había dicho algo así como “vos sos el Lula uruguayo”, antes de su peripecia política. En aquel momento ya veían a un dirigente del Sunca capaz de movilizar a una enorme cantidad de gente y con actitudes de liderazgo. Y a eso se le agregó el impacto fenomenal que tiene la televisión, que es probable que le haya ayudado bastante.

-¿Extrañás el contrapunto entre Andrade y Hughes en el programa?

-Lo de Óscar nos sacudió, de la misma forma que hubiera pasado si Conrado hubiera pretendido una candidatura y se nos hubiera ido. Fue difícil. El debate con Conrado se daba con fuerza y calor, pero al final del programa terminaron siendo amigos. Eso reflejaba el espíritu del programa. Cuando se fue Oscar, nos dejó la situación de tener que buscar a alguien que pudiera calzar sus puntos en la retórica. Nos encontramos a una persona totalmente distinta, pero que le devolvió al programa ese eje de la confrontación con respeto que es Gabriel Mazzarovich. Tiene los mismos pensamientos que Óscar, pero otra forma de comunicarlo.

-¿Cuál es tu evaluación del rol que ocupa Todas las Voces en la actualidad, como único programa político de la televisión abierta?

-Estamos en una permanente y ascendente curva de aprendizaje. Todos los días aprendemos a hacerlo, pero no improvisamos, sino que tenemos objetivos claros. El canal conectó con el interés de la gente en estos temas y nos aportó el espacio, la logística y el presupuesto. Hay gente muy profesional trabajando detrás, pero aún siendo la tercera temporada es muy temprano para decir que llegamos a lo óptimo. Trabajamos mucho para mantener el nivel de repercusión que ha tenido Todas las Voces. Me ha pasado que me reconocen más por los tres años de Todas las Voces que por los 22 años en el canal.

-¿Cómo se vivió el fuerte cruce en el programa entre los diputados Martín Lema y Gerardo Núñez?, ¿siguió la discusión fuera del aire?

-En un programa cuando se discuten las ideas con pasión, puede haber salidas de tono, pero después vuelven a su cauce. Ellos tuvieron un momento muy tenso, pero después se saludaron y todo quedó ahí. Igualmente a veces es bueno que pasen esas cosas porque hacemos televisión en vivo, y nadie está todo el tiempo en el mismo tono y actitud. Puede saltar la térmica por la fuerza con la que uno defiende sus convicciones.

-En el discurso que realizaste en los Premios Iris fuiste muy crítico de las empresas medidoras de rating, ¿recibiste alguna respuesta luego de esos dichos?

-Nada. El canal ha tenido la muy buena iniciativa de crear una unidad de inteligencia que me permite a mí conocer un poco más y tener más detalles de cómo se hacen esas cosas. Sin embargo yo, a lo bruto, sigo pensando que quienes miden el rating ven solamente la mitad de la realidad. Nadie me ha podido explicar por qué solo se mide una franja metropolitana, y el interior queda afuera de la medición. Cuando nos mira todo un país en un canal de fuerte penetración en el interior, me gustaría tener una muestra a nivel nacional.

-¿Cómo evaluás lo que va de la campaña electoral?

-Está enrarecida, muy confusa. Por primera vez estamos ante un momento en el que pueden pasar cosas relevantes, como que el Frente Amplio pierda, como dicen los analistas políticos que puede pasar si se entiende que se cumplió un ciclo. La pregunta es si la oposición está preparada para gobernar cuando tienen entuertos que no logran resolver. La gente estará considerando eso: es el momento de la alternancia o de la permanencia. Y se vienen tiempos en los que se va a necesitar un capitán o una capitana firme.

-¿Juan Sartori fue el fenómeno de esta campaña hacia las internas?

-Sí, y Manini Ríos también. Es un hombre que hasta hace unos meses era el comandante en jefe del ejército, creó un partido de la nada y hoy anda en unos porcentajes que llaman la atención. Esto sigue configurando un escenario complejo para la gobernabilidad, con un parlamento multicolor. Eso va a demandar del sistema político lo más importante que tiene la política que es dialogar. Con Sartori hubo un factor sorpresa, porque gente con oficio en la política no podía permitirse el lujo de subestimarlo.

-¿Y lo subestimaron?

-Hubo algo de eso.

-¿Por qué no lo has entrevistado en Carve?

-No he tenido la oportunidad de hacerlo. Dicen que va a estar antes del 30 de junio, y debería ser antes de la veda. Lo estoy esperando.

-¿Qué pensás sobre las versiones que señalan que Blanca Rodríguez podría ser candidata a vicepresidente por el Frente Amplio?

-Hasta donde sé ella no se ha pronunciado. El hecho de que yo no lo entienda no quiere decir que esté mal tomar esa decisión. En el caso de Gerardo (Sotelo) y Mónica (Bottero) me puedo llegar a sorprender porque es algo que yo no haría, pero son personas inteligentes, respetables y con un enorme peso en sus convicciones, así que no puedo desmerecer esa decisión. En el caso de Blanca hasta que ella no hable no sabremos si se trata solamente de un rumor o algo más firme. Nosotros también como periodistas manejamos información…

-¿Te sorprendieron estas versiones en torno a su nombre?

-No. Los periodistas manejamos información, y cuando uno hace un chequeo, se da cuenta de que no es simplemente un rumor: hay datos de que ha habido acercamientos y reuniones. Eso me permite concluir que no debería tomarme por sorpresa que se esté manejando su nombre para la candidatura a la vicepresidencia.

-Vos tuiteaste como un hecho que una periodista va a integrar una fórmula presidencial, ¿te referías a ella o a Bottero en el Partido Independiente?

-Ya veremos…

-¿Vos has tenido algún acercamiento a la militancia política antes de dedicarte al periodismo?

-No. Cuando era más joven y vivía en Tacuarembó, era comunicador y animaba desde un desfile de modas hasta una presentación empresarial o un acto político. Un día llegaba Carlos Julio Pereyra y yo era muy amigo de los que lo convocaban. Me pidieron que hiciera la presentación y lo hice por amistad. Nunca me voy a olvidar de esa imagen de 18 de julio, de aquellos actos de aquel tiempo. Lo hice porque recién empezaba, pero hoy no lo haría porque se prestaría para demasiadas confusiones. Yo ocupo un lugar que conlleva responsabilidad individual pero también corporativa, y no sería bueno que el conductor de un noticiero central ande presentando el acto de uno u otro. Hay quienes dicen que si se da con el precio se puede hacer, pero uno tiene que ponderar el capital que tiene en credibilidad y evaluar si hay plata que pague esa credibilidad. Después de que perdés la credibilidad, no la recuperás más. Fuiste.

-¿Te interesás por ver a los noticieros de la competencia?

-Sí, es un medio muy chico y aunque no quisiera, los vería igual. Todos nos monitoreamos todo el tiempo. Siempre hay que estar con un ojo atento a lo que hacen los demás, y ellos nos miran a nosotros también.

-¿Qué te pareció el cambio de formato de Telemundo con una fuerte apuesta a lo visual?

-Me parece muy sano, muy bueno. Nosotros tuvimos una circunstancia similar hace un tiempo y estábamos encantados porque funcionó. A la estética hay que agregarle contenido, y si van de la mano, está fantástico. Hay grandes profesionales que llevaron adelante ese trabajo desde lo visual pero también en lo periodístico.

-¿Cómo es conducir la cobertura de la jornada electoral?

-Para nosotros es una fiesta de muchísimo compromiso, mucho estrés y mucha tensión. El canal ha demostrado un trabajo muy profesional en los años de elecciones, y esta vez no va a ser la excepción. Va a haber algunos ingredientes nuevos y herramientas que brinda la tecnología. Lo vamos a disfrutar.

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