CRÍTICA

Esta es la primera película de ciencia ficción y en inglés de la francesa Claire Denis, una de los grandes del cine francés contemporáneo. Al igual que alguna de sus grandes películas (White Material, por ejemplo), acá hay un grupo de personas en un ambiente hostil, para el caso una nave presidio en la que viajan un grupo de presos (entre los que está Robert Pattinson) y una científica peligrosa (Juliette Binoche) que los usa para experimentos de fertilidad. El asunto tiene derivaciones que pueden parecer disparatadas pero sobre las que Denis construye un estudio sobre el aislamiento, la sexualidad, la autoridad y el rostro de Pattinson. Es una película profunda y hermosa. Dos buenos atributos. Fernán Cisnero

Como una versión de Apocalypse Now con todo lo de Stanley Kubrick que inevitablemente tienen todas las odiseas espaciales, el director James Gray se aventura más allá del universo independiente que ha sido su zona de confort desde mediados de la década de 1990 para entrar en la galaxia de los blockbuster de ciencia ficción. La presencia de Brad Pitt certifica el alcance de la misión, pero Gray se aventura más allá: es un freudiano viaje interestelar que tiene más de introspección filosófica que de aventura espacial.

Pitt interpreta a Roy McBride, un estoico astronauta al que le dan la misión de ir hasta Marte para comunicarse con su padre (Tommy Lee Jones) al que creía muerto pero está haciendo desastres allá por Neptuno. El viaje tendrá escalas e inconvenientes que mantienen la tensión, incluyendo una perdida nave noruega repleta de primates asesinos, una persecución de piratas en la Luna o la caída libre desde la estratósfera con la que se abre la película. Son tres grandes escenas.

Pero a Gray le interesa otra cosa, como ya ha demostrado en sus policiales (Little Odessa, Los dueños de la noche), en sus dramas (Los amantes) o sus reconstrucciones de época (El sueño de Ellis), acá va del desafío individual de personajes que disputan sus demonios interiores, mientras intentan superar pruebas de las difíciles.

Algunas inconsistencias astrofísicas y argumentales afectan una película que se ve y se sabe importante y no está mal (es muy buena la fotografía de Hoyte Van Hoytema y la música de Max Richter y Gray es un muy buen director) pero que a veces se empantana en sus propias pretensiones. Pitt está sutilmente muy bien. Fernán Cisnero

Los estudios Laika (los de Coraline y Kubo y la búsqueda samurai) no son el típico estudio de animación. Lo suyo es todo artesanal, creando brillantes animaciones a partir del ya en desuso stop motion. Y al igual que las animaciones, sus historias suelen ser más cercanas a Aardman que a Disney. Esta nueva película se centra en Sir Lionel Frost, un investigador de mitos que tiene una mejor percepción de sí mismo que sus colegas. Luego de quedarse sin asistente ni pruebas del Monstruo del Lago Ness, intenta demostrar la existencia de Pie Grande. Para la misión viaja a Estados Unidos, donde encontrará que la temible criatura es bastante refinada y tiene un gusto por la lectura y la buena charla. Con la ayuda de una aventurera intentarán los tres reunir al monstruo con su familia. Nicolás Lauber.