Hacía rutinas de stand up, apareció en un clip de Kanye West, actuó en muchos filmes con papeles secundarios hasta que llegó Qué pasó ayer y se transformó en una estrella. Zach Galifianakis filmó Todo un parto y luego Birdman, de González Iñárritu.

Era mal alumnos. No consiguió el diploma en Comunicación y dejó Carolina del Norte para probar suerte en Los Ángeles. Zach Galifianakis llevaba su unipersonal a los distintos canales y estaba aburrido de que pronunciaran mal su apellido.

Debutó en 1996 con en la serie Boston Common, que solo duró dos temporadas. Tuvo apariciones en Hacia rutas salvajes (Sean Penn, 2007), Algo pasa en Las Vegas (Tom Vaughan, 2008) y Amor sin escalas (Jason Reitman, 2009) donde fue una de las víctimas de despido.

Se define como un comediante indie y no reniega de sus orígenes. Galifianakis no quiere abandonar los trabajos independientes, ni los sketches por internet porque es lo que más disfruta hacer.

El mote de celebridad le cayó de imprevisto con su rol de Alan en el primer filme de la saga Qué pasó ayer (Todd Phillips, 2009). Nunca había imaginado que podía convertirse en famoso y casi se lo pierde. El director había visto uno de sus espectáculos, le gustó y lo fue a buscar para que hiciera el casting. Galifianakis no conocía a Phillips, poco le importaba y la audición no funcionó. "Nos tuvimos que volver a ver para que la cosa anduviera bien ¡Estoy tan agradecido de que haya insistido!", dice.

Ese dulce, vulgar y alocado Alan lo catapultó a la categoría de estrella y la pregunta inmediata que se hizo Galifianakis fue cómo lo manejaría. "Desconfío de la gloria. La comodidad nos hace alejarnos de lo que es realmente gracioso: justamente la incomodidad".

No pensó que esta comedia iba a tener la trascendencia y taquilla que logró. "Tengo 43 años y ver mi cara impresa en una camiseta alusiva a mi personaje es algo muy extraño. Una vez traté de robarme una para una amiga pero no lo logré", contó con la ironía que lo caracteriza.

Galifianakis entrevista en cuatro minutos a celebridades en tono muy sarcástico para Between two ferns (Entre dos helechos), que va por el portal Funny or Die. Se han sometido a cuestionarios alocados Natalie Portman, Charlize Theron, Ben Stiller, Bruce Willis, Sean Penn, Jennifer Aniston, Bradley Cooper, Hillary Clinton y Barack Obama.

El presidente de Estados Unidos le devolvió con altura cada gentileza. "¿Qué se siente ser el último presidente de raza negra?", dijo el actor. Y Obama lanzó, "¿qué se siente que esta sea la última vez que hables con un presidente?"

El momento más incómodo se lo hizo pasar a Brad Pitt. Le dijo que vivía a la sombra de su hoy exmujer, Angelina Jolie, que parecía el sueño de Hitler y le pidió prestado un esperma. El momento sublime fue cuando le disparó, "¿crees que la gente se fija demasiado en tu aspecto y ni se dan cuenta de que eres un actor de mierda?" Entonces Pitt le escupió el chicle en la cara.

Actuar y contar chistes es todo lo que le sale bien en esta vida y lo que más goza. Pero Zach Galifinakis prefiere la tranquilidad de su Carolina del Norte natal al bullicio y la locura de Los Ángeles, así que cada vez que tiene un tiempo libre se escapa con su mujer al lugar donde transcurrió su infancia. Allí tiene una granja y vive en paz, no usa celular, ni mira la televisión.

No necesita la tecnología. Se entretiene con sus animales: tiene tres asnos e incursionó en la cría de abejas. También ha dicho que le gusta mucho el vino tinto, pero en una de sus últimas apariciones se lo vio con 30 kilos menos y contó que ya no toma más porque tenía muchos problemas con la bebida.

Elizabeth "Mimi" Haist había quedado en la calle tras ser echada de la lavandería donde vivía. Zach Galifianakis la conocía desde hacía veinte años. Ella trabajaba y vivía en el lavadero del barrio que él frecuentaba en la época en que no era famoso. Charla va, charla viene, forjaron una linda amistad y Galifianakis no se olvidó de ella a pesar de que se convirtió en una celebridad.

Cuando el actor supo que estaba por perder su techo, se encargó de hacer lo necesario para conseguirle una vivienda. Le compró un apartamento y le pidió a ayuda Renée Zellweger para amueblar la nueva casa. Mimi lo ha acompañado incluso a fiestas de gala. "Me visto bien y una amiga me maquilla. Es divertido, algo que jamás soñé hacer. Vuelvo a casa en limusina", contó ella asombrada.

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