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Ciclón de belleza

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Flavia Pintos. Foto: Pablo Sacco

La modelo y conductora de Twister realiza un exclusivo ciclo de desfiles en el Este. Se siente cada vez más lejos de la pasarela y más cerca de la producción.

Es una de las morochas más lindas del Uruguay. Flavia Pintos lleva recorridos muchos kilómetros de pasarela en sus diez años como modelo, y su rostro es sinónimo de playas, moda y glamour. Esa asociación la generó a partir de su participación en el emblemático ciclo Estilo (Canal 10), y luego al abrir su propio camino en Twister por VTV. En los últimos años también se instaló como productora de eventos de moda, y ese es el perfil que quiere consolidar. Para lograrlo, asumió su desafío más complejo: realizar un ciclo de desfiles en Punta del Este que comenzó en pleno invierno. Y se asombró de la positiva respuesta del público. En una entrevista íntima, Flavia saca a relucir su costado más mordaz y reflexiona sobre la industria del modelaje en Uruguay: “No sé si las escuelas de pasarela sirven demasiado”, dispara.

—¿De qué se tratan el ciclo de moda que estás haciendo en Punta del Este?

—Es un ciclo de moda que se llama Fashionably en Ovo Day de Conrad. Comenzó en junio y se va a hacer hasta diciembre. Son seis fechas, y en cada una se trabaja con diferentes marcas. La idea es tener un desfile con onda en Punta del Este durante el año. Es un evento de moda con un cocktail exclusivo y después la gente se queda a Ovo night. Es un combo perfecto. Estamos impresionados con la concurrencia, explota de gente.

—¿Cuál es tu rol allí?

—¡Hago todo! Estoy a cuatro manos. Hago la parte organizativa, convoco a las modelos de la agencia de (Marcelo) Bernasconi, hago la parte comercial del ciclo. Trabajo en fusión con el Conrad pero yo estoy a la cabeza de la organización. Que un hotel con el prestigio del Conrad me haya convocado es un orgullo y un placer. Para que las cosas salgan cien puntos, me gusta que no falle ningún detalle, estoy totalmente enfocada a que las cosas salgan bien. Por eso no desfilo ni hago la conducción.

—¿Hace cuánto tiempo no te subís a una pasarela?

—Hace bastante. Al estar más del lado de la producción de desfiles, la parte de la modelo la estoy dejando de lado. Si me pagan lo que corresponde lo hago, pero no es algo que me entusiasme en sí. Prefiero la producción o conducción.

—¿Cómo evalúas la industria del modelaje en el Uruguay de los últimos años?

—Hay cosas que no están buenas. Se hacen desfiles con personas que no son modelos, y eso desvirtúa todo. Yo veo cada cosa en las pasarelas que digo "Oh, my god!". No puede ser. Si una trabaja de modelo tiene que tener armonía física porque la ropa que muestra tiene que estar en un cuerpo acorde a la situación. Si una desfila un bikini no puede estar en condiciones que no son óptimas, no puede tener celulitis, flacidez. Se desvirtúa el negocio cuando uno por abaratar pone un aviso en Facebook: "busco chicas que midan 1,70 y estén bien como para desfilar". Van chicas que están bárbaras y otras que no están bien para estar en una pasarela. Eso tira abajo un evento.

—Ahora hay varias escuelas de modelaje, ¿considerás que tomar los cursos no es suficiente para modelar si la figura no es perfecta?

—Todo el mundo tiene derecho a aprender y hacer lo que tenga ganas, pero a la gente hay que hablarle claro para no robarle la plata. Si la persona que dicta el curso sabe que una alumna por sus condiciones físicas nunca va a poder estar en una pasarela, o por lo menos por un tiempo, hay que decírselo. Si su objetivo es subirse a una pasarela en un mes y está gordita, alguien se lo tiene que decir, al margen de que igualmente pueda realizar el curso. Si se pone a una modelo que desentona solamente por haber tomado clases, se perjudica el evento y la marca. Una cosa es hacer un desfile para egresadas de un curso, otra es que una marca te contrate para que lleves modelos. Se tiene que armar un staff acorde.

—¿Has evaluado abrir una escuela de pasarela?

—Tuve varias ofertas para hacerlo cuando prácticamente no había. No lo descarto, pero hoy por hoy creo que no me siento capacitada para instruir a nadie. Yo nunca fui a una escuela de modelos, no sé si sirven demasiado. Hay muchas materias que en la práctica no sé si se llevan a cabo.

—Tu programa Twister (VTV) es de los pocos que siguen apostando a realizar una cobertura completa de la temporada estival en Punta del Este. ¿Cada vez es más difícil?

—Yo llevo once años cubriendo la temporada de Punta del Este, y cada vez dura menos, todo ha bajado muchísimo. Antes había diseñadores que apostaban a hacer un desfile, y ahora ni se gastan porque creen que no valen la pena. Nosotros igual tratamos de ser selectivos con el contenido, pero nos podemos dar ese lujo porque es un programa semanal. Hay grandes eventos que ya no se hacen y figuras que ya no vienen, ni siquiera de la vecina orilla.

—Los canales de televisión abierta desde hace un tiempo ya no prestan demasiada atención a ese universo. ¿Al público no le interesa como antes?

—No es un tema del público, sino de que es carísimo cubrir una temporada en Punta del Este. Hay que mandar un productor, movilero, camarógrafo, alquilar una casa, viáticos, sueldos. En la época que yo estaba en Canal 10 en Estilo, había cinco o seis programas que tenían el mismo contenido. A la gente le gusta saber lo que está pasando, sea poco o mucho. Pero no se hace por un tema de costos, es más redituable llenar una hora con un invitado en piso. Nuestro programa tiene ese valor extra.

—¿Te gustaría estar en televisión de aire?

—Estoy abierta a las propuestas. Me encantaría, pero también me gusta mucho hacer televisión por cable. Hace ocho años que hago Twister en VTV con mucha libertad. El cable llega a todo el país, no como los canales de aire. Además, en la televisión abierta se vive la presión del rating: si no mide levantan el programa. Con el nuestro apuntamos más al contenido de calidad que a otra cosa.

—En Twister realizan muchos viajes para mostrar distintos paisajes por el mundo. ¿Hubo alguno en particular que te llamara la atención?

—Me encantó Sudáfrica. Es increíble la adrenalina que se genera al estar en contacto con la naturaleza extrema. Hice una toma para un comercial posando con un león salvaje a menos de dos metros atrás mío. ¡Parecía que me iba a comer! En los próximos días vamos a viajar a Jamaica, Costa Rica y Panamá.

—Te mostrás mucho en redes sociales procurando concientizar sobre el bienestar animal. ¿Cómo es tu vínculo con los animales?

—Me encantan. Tengo dos perros labradores y mi mamá tiene dos más. Ando siempre por la calle fijándome si hay algún perro perdido. Me desespero porque no me puedo llevar a todos. Cuando no puedo, le saco una foto y la comparto en Facebook. Me he llevado varios, los cuido en mi casa y pongo el aviso hasta que aparecen los dueños. Por suerte han aparecido, y sino les busco un refugio. Justo ahora tenemos una perrita de mes y medio que encontramos en la esquina de mi casa. Tenía collarcito pero estaba lastimada, la tiraron. La estoy cuidando y por ahora me la voy a quedar.

—¿Qué tienen que no tengan los seres humanos?

—Son totalmente fieles. En los seres humanos no existe la fidelidad absoluta. La vida de una mascota pasa por la de su amo, entonces se entregan completamente a cambio de amor.

—¿Tenés planes próximos en cuanto a tu vida personal?, ¿te gustaría casarte o tener hijos?

—Estoy en pareja desde hace diez años con Pablo (Sacco), y vivimos juntos desde hace ocho, entonces casarnos sería un trámite más. Estaría bueno por la fiesta, pero nuestra relación está muy afianzada y no necesita casamiento. Me encantaría ser mamá pero todavía no es el momento.

—¿Cómo hizo para conquistarte?

—Nos conocimos trabajando juntos en Estilo en 2003, y en 2005 nos pusimos de novios. En 2007 terminó el programa y al año siguiente empezamos a hacer juntos Twister por VTV. Todo empezó como una relación laboral, después de amistad en la que nos contábamos cosas, éramos como confidentes. Todo fue muy naturalmente hasta que sin darme cuenta estaba enamorada. A él le pasó lo mismo.

-Trabajan en ambientes de eventos o fiestas que se prestan para que se te acerquen hombres. ¿Alguna vez Pablo se terminó agarrando a las piñas por vos?

-Piñas no (risas). Pero no viene al caso. Él marca su territorio, si ve que una persona se acerca más de lo debido, va a aparecer. Pero eso puede pasar con gente que no es de Uruguay y no tiene mucha idea, en ese caso sale en batalla en defensa de su novia. Es karateka, así que cuidado. Con gente de acá es difícil que pase porque estoy en pareja hace muchos años y todos conocen mi conducta.

—Se te vio en una foto junto al RR.PP Fernando Cristino, con quien habías tenido una fuerte disputa mediática, ¿se reconciliaron?

—Tuvimos la oportunidad de hablar y arreglar las diferencias. Yo sé que él estaba buscando ese encuentro y finalmente se dio. Nosotros éramos muy amigos, no sé si lo volveremos a ser pero no tenía sentido seguir enemistados. Cada uno tiene su visión sobre cómo fueron algunas cosas pero eso quedó en el pasado, hay que mirar para adelante y ahora está todo bien.

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Flavia Pintos. Foto: Pablo Sacco

Flavia Pintos

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