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Atilio Garrido: "Nadie habla de las virtudes de Tenfield"

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Atilio Garrido. Foto: Ricardo Figueredo

ENTREVISTA

El periodista viene de protagonizar una dura polémica con la productora Coral Cine por diferencias acerca de las película Sangre de campeones, inspirada en las gestas uruguayas. Garrido pidió salir de los créditos del film y su discurso fue silbado en la avant premiere por los elogios a Tenfield. 

—Solicitó salir de los créditos de la película Sangre de campeones, donde figuraba como "idea original" e "investigación", ¿Por qué?

—Porque presenta gruesos errores u horrores, entre ellos informar que la final entre Uruguay y Argentina de 1928 terminó 0 a 0 y fue 1 a 1 para luego ir a un alargue. Tampoco se menciona que la selección uruguaya de 1924 se nutre de Nacional exclusivamente, porque Peñarol en ese momento había formado una federación aparte. Pero lo peor es el daño tremendo que se provoca a nuestro fútbol por la manera en que Coral Cine presenta la final del campeonato del mundo de 1930. Dan por cierta una leyenda negra nacida en el diario Crítica de Argentina de que Uruguay había ganado a las patadas y de pesados aquel torneo.

—Usted habló en la avant premiere de la película y fue silbado...

—Hablé 13 minutos y hubo dos partes. En la primera, me referí a la historia que pensé que iba a reflejarse a la película: los hechos que he investigado desde hace mucho tiempo junto a Sergio Gorzy y otros investigadores. Y en cierto momento dije: "A partir de acá me comprenden las generales de la ley" y comencé a hablar de una faceta desconocida para casi todo el mundo y que refiere al apoyo que ha dado Tenfield, desde sus comienzos en 1999, a la reconstrucción de la historia del fútbol uruguayo y a la cultura. Por ejemplo, Tenfield reconstruye la historia de las cuatro estrellas en la camiseta de Uruguay por los cuatro campeonatos mundiales. Eso pasa desde que Tenfield tiene a la selección...

—¿De qué manera incidió Tenfield en esa reconstrucción?

—De varias formas. En sinergia con El País, por ejemplo, se hace el libro del centenario de la Asociación Uruguaya de Fútbol en el año 2000. Se hace una película también. Luego se publican varios textos más de historia y de presente del fútbol, como el libro de (Hernán) Navascues o el del Profesor Ricardo De León... Todos editados por Tenfield. Después aparece otra sinergia, la de Coral Cine. Cuando estaba terminando el libro sobre Maracaná, le sugerí a uno de los gerentes de Tenfield, Pedro Abuchalja de hacer una película sobre esa hazaña y él hizo el vínculo con Coral. Nos reunimos. Quedaron encantados con el proyecto y aceptaron participar como socios de Tenfield al 50%. Al terminar, yo mismo les dije: "Ahora hay que hacer Sangre de campeones". Hasta el nombre les dí sobre las gestas del 24, 28 y 30. En esa misma sinergia con la productora también se hizo la inauguración del Campeón del Siglo y El delirio. O sea que Tenfield ha dado un gran apoyo a la cultura. Pero cuando lo decía en la avant premiere, muchos empezaron a silbar como locos.

—Pero usted estaba leyendo una carta, ¿verdad?

—Sí. Para ilustrar la situación decidí leer un fragmento de una carta recibida en Tenfield luego de uno de los eventos realizados con Coral Cine. Estaba firmada por una alta personalidad uruguaya, un escritor y dirigida a Gutiérrez. El texto decía: "Lo importante es la demostración de jerarquía, de que en el Uruguay, si hay visión, capacidad, tenacidad y racionalidad, son posibles grandes cosas. Siempre tendrán, por supuesto, detractores, pero eso no importa, porque nada grande es unánime, no lo fue nunca, ni lo será. En todo esto, Tenfield ha sido fundamental y usted, pieza clave en la decisión y el esfuerzo de organización. Se lo agradezco personalmente y también al discutido Paco, iniciador de esta empresa que le ha dado al fútbol uruguayo el lugar que de ninguna manera hoy tendría, manejado por manos amateurs o extranjeros inescrupulosos. En este país no se perdona el éxito, pero ayer hubo un milagro: todos se rindieron ante la evidencia. Salvo algunos poquitos envidiosos o resentidos comerciales, el país entero vibró de orgullo. Asistíamos a un espectáculo a la altura de los mejores de los mundiales de fútbol o las olimpiadas, y así se vivió".

—¿Quién firma la carta?

—Prefiero no decirlo.

—¿Usted suscribe lo que dice?

—Totalmente.

—¿Por qué cree que silbaron?

—La gente que silbó era naturalmente vinculada a Coral. Ellos se despegaron de Tenfield. En ningún momento, en las notas previas que dieron Sebastián Bednarik y Andrés Varela, los directores de Coral, se mencionó nunca a Tenfield. Vi que había un ninguneo grande.

—¿El discurso que dio era una respuesta a ese supuesto "ninguneo"?

—De algún modo sí. Lo olfateaba y preparé lo que iba a decir, con el final de la carta que leí.

—Más allá de esta situación puntual, ¿no cree que hay una sensación de rechazo a Tenfield?

—Sí. Eso es innegable. Pero lo que yo digo es que todo estaba preparado para que sea la gran fiesta de Coral Cine, cuando la realidad es que aquí se trata de una sinergia Coral Cine y Tenfield. Pero ellos no la nombran nunca. Lo otro también es cierto: hay una corriente de opinión contraria a Tenfield en la sociedad. No lo voy a negar.

—Usted trabaja en Tenfield desde los comienzos. ¿A qué creen que se debe esa corriente negativa de opinión?

—En el fragmento de la carta que leí se menciona algunos de los factores. Aquí se penaliza el éxito. Eso es completamente cierto.

—¿Qué cree que debe hacer Tenfield para revertir esa "mala imagen"?

—No lo sé. Eso es algo que le corresponde analizar a las autoridades. Yo estoy en la empresa desde hace 18 años, pero mi rol es el de empleado. La verdad es que no se destacan las cosas positivas que ha hecho Tenfield y que sigue haciendo y se ven solo los aspectos negativos. Todos las obras de los hombres tienen sus virtudes y defectos. Sangre de campeones, por ejemplo, tiene muchas cosas buenas, como los dibujos de Oscar Larroca o la recuperación de imágenes de archivo muy valiosas. Pero con Tenfield nadie hace el ejercicio de sopesar lo positivo con lo negativo. Todo es en contra.

—Más allá del vínculo laboral, ¿diría que es amigo personal de Paco Casal?

—Sí. Somos amigos desde el año 1981 o antes. Tenemos una larga relación de afecto que se mantiene. Siempre estuve de su lado. Paco es un ser diferente, creativo, que siempre se portó bien con sus amigos. Nos conocemos desde la época del Prof. De León en Defensor. Yo fui uno de sus grandes amigos y Paco estuvo en las inferiores de aquel equipo. Siempre mantuvo un vínculo de admiración hacia De León. Similar amistad me une con Nelson Guitérrez, a quien conozco desde que tenía 16 años y fue campeón con Uruguay en Cannes.

—Usted fue parte de Estadio Uno y la relación con Julio Sánchez Padilla terminó en forma abrupta. ¿Cómo definiría el vínculo en la actualidad?

—Es cierto que estuvimos enfrentado mucho tiempo, pero hoy tenemos una buena relación. No me olvido de la gente que ayudó. Por Estadio Uno empezaron todos los periodistas deportivos de mi generación, salvo Gorzy. Le tengo mucho respeto a Julio. Me dio una gran pena que terminara su ciclo el año pasado.

—Él siempre tuvo un pensamiento crítico hacia Paco Casal, ¿ese fue el motivo de su enfrentamiento?

—No. Si usted lo quiere poner en blanco sobre negro, fue una diferencia de enfoque. Yo siempre le decía a Julio que comprara los derechos de TV porque veía el mundo que se venía.

Libros y pulseras

Atilio Garrido empezó como periodista en el diario El debate de 1968. Trabajó en Sarandí y en Estadio Uno. Desde el comienzo se interesó por la historia del fútbol local. Es autor de varios libros. Ahora prepara una serie de tres sobre los triunfos de 1924, 1928 y 1930. Ahora partió a Rusia a cubrir el mundial para el sitio de tenfield.com.

Las pulseras que usa en su mano derecha son "colas de elefante traídas de África". "Carlos Páez Vilaró siempre las usaba y decía que traían suerte. Fuimos muy amigos", dice sobre el fallecido artista.

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