ENTREVISTA

Nicolás Lauber

Coincidencia o no, hoy se cumplen 30 años del primer Puglia Invita, el ciclo de entrevistas que ha conducido el chef y comunicador Sergio Puglia de manera ininterrumpida y que se ha convertido en un referente de los sábados al mediodía. En esta entrevista con Sábado Show, Puglia recuerda la “aventura” que significó crear este programa por el cual han pasado los Presidentes en democracia, así como cantantes, actores, artistas plásticos, policías y hasta prostitutas. Este programa, donde las opiniones encontradas tienen su lugar para expresarse sin enfrentamientos, debe su éxito a la “perseverancia y el trabajo”, como dice Puglia quien recuerda anécdotas de aquel primer programa y de los años que lleva al aire este Puglia Invita.

—¿Cómo surge hacer el primer Puglia Invita?

—Fue toda una gran aventura que empezó un 5 de setiembre de 1990. Veníamos haciendo en Canal 5 El club de la buena vida y había presentado el proyecto a las autoridades del Sodre para hacer el Puglia Invita, pero me lo habían rechazado porque dijo que era un programa que era parecido al de Mirtha Legrand que en ese entonces, como ahora se emitía en Canal 12, ahora conducido por Juana Viale.

—¿Y entonces?

—Pasó un tiempo y de golpe me llaman del Consejo Directivo del Sodre para decirme que me aprobaban en Puglia Invita y preguntaban cuándo podía salir. Entonces de golpe tuvimos que empezar a pensar cómo lo hacíamos, qué estilo le queríamos dar y si bien ya tenía en la cabeza qué quería hacer y cómo hacerlo, había desestimado la idea de empezar el programa, por la negativa que había tenido antes.

—Tuviste que salir de apuro a conseguir todo.

—Sí, así que llamé a la gente de Timbó en aquel momento y les digo: ¿qué escenografía pensás si te digo que quiero hacer un almuerzo pero quiero que tenga un carácter uruguayo y no quiero que lo comparen con el programa de Mirtha Legrand? Igual te digo, no me molestaba que lo compararan con el programa de Mirtha. Y me dice que había pensado en un quincho. Y por eso la primera escenografía de Puglia Invita era un quincho donde había una parrilla y directamente había un mostrador donde se despachaba toda la comida.

—En un primer momento fuiste el chef también, labor que ahora volvés a desempeñar.

—Sí, en ese momento cocinaba, como hago ahora, después fui abriendo las compuertas cuando tuve el Instituto y los alumnos. Entonces fui poniendo a los alumnos para que atendieran como mozos y también en la cocina, y así fue creciendo.

—Ese primer Puglia Invita tuvo a cuatro mujeres como las primeras invitadas.

—Sí, Laura Canoura, Cristina Fernández, Olga Delgrossi y Lágrima Ríos, las cuatro mujeres.

—¿Recuerdas alguna anécdota de ese primer almuerzo?

—Todo venía saliendo perfecto y en un momento dado Laurita dice: “qué estupendo, estamos debutando y no ha habido ni un solo error”, y en el momento que dice eso se cruza un mozo por delante de la cámara. Quedó como anécdota para toda la vida, pero así nació el Puglia Invita.

—¿Qué buscabas al hacer un ciclo de almuerzos?

—Buscaba que los uruguayos, ya sean políticos, artistas, músicos, actrices, artistas plásticos, o personas destacadas en cada una de sus carreras, estuvieran presentes en esa mesa para que el público general los conociera. Porque en esa época y todavía sigue pasando, la gente era de bajo perfil. Y yo me pregunto, ¿cuánta gente conocía a Octavio Podestá?, ¿cuánta gente había visto a Lágrima Ríos o descubría a Olga Delgrossi gracias al programa? La gente que era del tango la conocía a Delgrossi, la gente del mundo del candombe la conocía a Ríos, pero directamente el público masivo no, porque no había una pantalla, un mostrador que les permitiera estar como lo que eran, no solo actuando o cantando, sino también como personas. Era el descubrir la otra cara de todo aquel que fuera protagonista de la sociedad.

—Abriste la cancha y le diste visibilidad a un montón de gente.

—Totalmente. Me acuerdo que Malena Muyala debuta en el Puglia Invita, la presento y canta en el programa. Y muchos años después, un día llega al Teatro Solís porque era una artista consagrada y me pidió que la presente. Y Malena no solo se presentaba en el programa, también la convocaba para el restaurante que tenía en Galería del Notariado. Y mucha más gente surgió después del programa, entre ellos Tabaré Cardozo. No te olvides que son 30 años, así que ha pasado todo el mundo, carnavaleros, prostitutas, mujeres golpeadas, policías, presidentes de la democracia absolutamente todos, los intendentes, todos pasaron. Y cuando festejé los 20 años de Puglia Invita que hice un gran show que sirvió como encuentro entre el público y los invitados, en el Teatro Solís, Jorge Batlle dijo una frase que dos por tres recuerdo. Estaba en la primera fila el Ministro Héctor Lescano y Batlle subió al escenario en representación de los presidentes que habían pasado por el programa. Batlle dijo: “no lo voy a juzgar, ni ponerme a pensar qué hizo usted en televisión, lo único que sé es que creó un espacio en televisión en el que me peleo con Lescano y él me puede contestar”. En ese momento me quedé pensando cómo empíricamente fui actuando y plasmando lo que quería.

—Esa era la meta de este programa.

—Quería eso, quería tener el pluralismo, la diversidad y el espacio de libertad donde todos los que hacen algo en la sociedad, pudieran expresarse. Y plantear de forma amable pero sin perder de vista la ecuanimidad y la cosa de la observación inteligente a los problemas que atravesaba la sociedad. Como lo era en ese entonces la primera comisaría de la mujer por la violencia doméstica, y todo fue así. Cuando surgen las primeras Ovejas Negras, cuando el mundo gay se plantea en el programa cuando Daniel Passarella era el director técnico de la selección argentina habló sobre los futbolistas y su renuencia a tener en su equipo jugadores gay, también fue tratado en Puglia Invita.

—En estos años imagino que habrás vivido algún momento tenso en el programa.

—Sabés que no. Nunca se fue nadie de la mesa. Nunca nadie me reprochó absolutamente nada ni se armó ningún quincho. Solo una expresión de Sánchez Padilla cuando se trató el tema de los futbolistas y las declaraciones de Passarella. Nunca hubo absolutamente nunca, porque me propuse que cuando invitas a alguien y sos el anfitrión, por más que disientas con lo que la persona está planteando, no lo invitás para reprocharle algo o hacerlo pasar un mal momento. Entonces siempre escuché y dejé que se expresaran, independientemente que estuviera o no de acuerdo con lo que dijeran. No pasé un mal momento. En los últimos tiempos el asunto de los músicos es por otros motivos, pero no por el programa. Por eso cuando dicen que no vienen a mi programa porque los voy a atacar, no entiendo nada, es como si no me conocieran. Porque en los 30 años que el programa lleva al aire nunca me pelee con nadie. Igual son circunstancia y distintos momentos, ya hice los descargos correspondientes y no hay nada más para decir, hay que dar vuelta la página.

—¿Cuál es el secreto para tener un programa durante 30 años?

—Perseverancia y trabajo y tratar de adaptarse a los momentos y etapas que te tocan vivir. No es lo mismo hacer el Puglia Invita en el canal 5 en un tiempo que fue el regreso a la democracia y el trabajo del entretejido para la consolidación del sistema, que hacer el Puglia Invita cuando me voy a Canal 10 donde los intereses son otros y tenía que compaginar el estar en una pantalla privada y mantener la esencia del programa.

—¿Tuviste problemas para adaptarte a la televisión privada?

—Tengo que reconocer que nunca en Canal 10 me pusieron ningún punto sobre ninguna I, ni me condicionaron absolutamente para nada. Entonces hice lo que quería hacer en toda la etapa hasta el momento, pero las circunstancias fueron totalmente diferentes. En Canal 5 senté por primera vez a un diputado que venía con la carga de haber sido un Tupamaro que estuvo preso en la cárcel y torturado y llegaba por primera vez al Poder Legislativo, que después lo senté siendo Senador y después siendo Presidente, y senté en el Puglia Invita a Tabaré Vázquez siendo Intendente y después Presidente, y al General Seregni y a Jorge Battle y al doctor Julio María Sanguinetti que fue la primera salida del programa, a la residencia de Suárez. Y tuve al doctor Lacalle y así absolutamente todos. Fueron experiencias enriquecedoras desde todo punto de vista que me permitieron conocer líderes políticos, protagonistas artísticos, gente de primer nivel con la que pude establecer una relación por fuera de las cámaras, y eso es maravilloso.

—Ha sido increíble este mantenimiento que se renueva cada sábado.

—Sí, y este sábado cumplo exactamente los 30 años y en la mesa va a estar una de las invitadas del primer almuerzo. Eso es causalidad porque cuando pensé en el programa quise tener a Cristina Fernández que hacía mucho que no venía. La llamé y le dije que iba a estar Yamandú Orsi y quería que estuviera ella también. Y después me di cuenta que el programa que estaba grabando era el del sábado cinco, y eso es causalidad porque pasaron 30 años, estuvo en el primero y después muchas veces, sola y con Washington, establecimos una relación poderosa y justo el programa que festejamos los 30 años está ella.