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Andy Vila: "La televisión y viajar por el mundo son mis dos pasiones"

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Andy Vila. Foto: Daniel Ayala

ANDY TOUR

La conductora prepara su vuelta a la pantalla con un programa sobre viajes. Será la anfitriona del lanzamiento de nominaciones de los Premios Iris. Revela que estuvo separada y que está recomponiendo la relación con su pareja.

Acaba de llegar de estar un mes y medio viviendo en Australia y ya está armando las valijas para viajar a Brasil, Estados Unidos y al Caribe. Sea por disfrute o por trabajo, la inquieta Andy Vila siempre encuentra motivos para darse el gusto de usar el pasaporte. Y este año se embarcó en un nuevo proyecto televisivo que le permite combinar su amor por los viajes con su desempeño frente a la pantalla. La comunicadora traslada esa inquietud a todos los planos de su vida. En cuestión de meses, dejó el canal de televisión que la vio crecer y dio vida a esta flamante iniciativa. Desde lo personal, atravesó una crisis con su novio, se reconcilió y ya se encuentra reconstruyendo la relación. Hay más cambios: la conductora lanzó su propia aplicación móvil sobre fitness y será la encargada de presentar la antesala de los Premios Iris. Andy Vila y una puesta a punto de su agitado 2018.

Andrea Vila. Foto: Daniel Ayala
"Durante el último tiempo que estuve en Desayunos Informales sentía que no estaba creciendo profesionalmente, estaba como en una meseta", dice.  Foto: Daniel Ayala

—Volviste de estar un mes y medio en Australia, ¿cuál fue tu actividad por allá?

—Fui a visitar a una amiga y a estudiar inglés. Tenía muchas ganas de recorrer un lugar alucinante como Australia y las clases de inglés me ayudaron a conocer mucha gente de todas partes del mundo. Quería vivir una experiencia distinta, viajar sola a un lugar lejano y no como turista. Estuve en varias ciudades en las que nadie hablaba español. Fue todo un desafío.

—¿Para qué te sirvió viajar sola?

—Para muchas cosas. Yo estaba necesitando un tiempo y un espacio para mí. Había tenido muchos cambios en lo profesional y algunos en lo personal. Aproveché el mes del Mundial, que Uruguay se detiene y tuve un hueco laboral, y pude hacerlo. Viajar sola implica también un viaje con uno mismo y hace que uno se conozca de una forma muy diferente...

—¿Qué descubriste de vos misma?

—Descubrí que en algunos aspectos soy más tímida de lo que pensaba. Me daba mucha vergüenza ir a un bar a comer o tomar algo sola. No sé por qué. Lo que me encantó fue caminar, perderme en la ciudad, sin horarios, destino o cronogramas.

—¿Te sentiste sola en algún momento?

—Sí, pero no me molestó. Intenté aprender todo el tiempo y sacarle provecho a todo. En muchos momentos extrañé, en especial a mi novio.

—Hablabas de "cambios en lo personal", ¿a qué te referías?

—Tuve un distanciamiento con mi novio. Una crisis producto de ciertas cosas de la pareja. No quiero ser muy explícita con lo que pasó, pero yo necesitaba una distancia y lo planteé. Nunca hubo terceros en la relación, ni traición. Fueron momentos de incertidumbre que repercutieron en la pareja, pero en este tiempo me di cuenta de muchas cosas, como el valor de nuestra relación. Viajar sola me ayudó y puso las cosas en su lugar. Por suerte, él me entendió y ahora estamos juntos de nuevo.

—¿Viajaste a Australia estando separada?

—Sí, pero seguimos hablando y a la distancia establecimos que cuando volviera, íbamos a recomenzar la relación. Teníamos contacto todos los días, a pesar de la diferencia horaria. Fue una separación pero muy conversada, sin peleas de por medio.

—¿La pareja tuvo que cambiar para poder recomponer la relación?

—Estamos en eso. Lo que suele pasar en las parejas es que uno va cambiando determinadas cosas y si bien nunca se cuestiona el amor, aparecen algunas diferencias en los proyectos de vida o en los ideales que se plantean. En este caso los cuestionamientos fueron más bien míos y él me hizo el aguante.

—Estaban conviviendo, ¿alguno de los dos se fue de la casa durante la separación?

—Nos mudamos. Yo me fui de viaje y dejé algunas de mis cosas en la casa de mis padres. Él dejó el apartamento para alquilar otro. Cuando volví, me fui al nuevo apartamento con él, donde estamos conviviendo hoy. En total la separación habrá durado dos meses y algo.

—La semana que viene vas a estar al frente de la presentación de nominados de los Premios Iris 2018 de El País y Enjoy, ¿cómo te sentís en ese rol?

—Me encantó que me hayan llamado para dar una noticia tan linda como el anuncio de los nominados. El lanzamiento va a ser la semana que viene desde Enjoy Punta del Este, donde también va a ser la fiesta. Es un resort que siento como mi casa. La idea de hacer un lanzamiento de la nominaciones le suma mucho a la fiesta de la televisión uruguaya. Hacen faltan este tipo de cosas en el país y en los medios. Los Premios Iris son el evento más grande de la televisión y es un momento muy lindo de encuentro con mucha gente.

—Si gana Desayunos informales, el programa que integraste hasta el año pasado, ¿vas a subir a recibir el premio?

—No creo. Me pondría muy feliz por el equipo, pero ya no formo parte del programa. No corresponde.

—¿Qué fue lo que precipitó tu salida del programa?

—No estaba sintiendo que creciera profesionalmente. Estaba como en una meseta. El tiempo pasaba y por más que había proyectos, sentía que no estaba encontrando el lugar que quería. Ante esos casos, uno tiene que tomar decisiones y así lo hice.

—¿Llegaste a plantear tu inquietud en el canal?

—Sí. Tuve respuestas pero no estaban dentro de los tiempos o parámetros que estaba necesitando. Entonces, después de un tiempo determinado, salí a buscar otras oportunidades. No me gusta responsabilizar a los demás de lo que me pasa. No soy de decir "es culpa del canal que yo no tenga las oportunidades". Cuando algo hace falta, hay que salir a buscarlo.

—Has contado que en el canal te plantearon que volvieras a hacer móviles, ¿esa propuesta te cayó mal?

—No me gustó, es verdad. No era lo que esperaba, pero nunca sentí bronca o enojo hacia al canal. Yo crecí ahí adentro profesionalmente. Así que dejar esa etapa implicó una decisión muy difícil, pero que la tomé desde el convencimiento y sin ningún tipo de enojo.

—Ahora estás preparando un nuevo programa para volver a la televisión, ¿de qué se trata?

—Es un programa de viajes. Cuando dejé Desayunos informales no sentí apuro en volver enseguida a la televisión. Estaba segura de que cuando volviera lo tenía que hacer con algo que me hiciera sentir plena, como es este caso. Es un proyecto distinto a lo que hay en pantalla. Vamos a mostrar diferentes destinos del mundo de una manera más vivencial. No solamente vamos a recorrer los lugares, sino que vamos a vivir todas las experiencias posibles con actividades de día y de noche. Yo no sólo soy la conductora del programa, sino que también estoy en la idea desde el comienzo. Es lo que siempre quise hacer y estoy muy contenta con lo que se va logrando. Ya tenemos varios capítulos grabados. No puedo decir mucho más.

—¿Ya has tenido que hacer alguna actividad extrema?

—Sí, practiqué un deporte en el agua, el kitesurf, que lo hice en Aruba y me di bastantes palos. Había mucho viento y tuve miedo. Nunca había practicado deportes en el agua y fue un momento difícil. No me lastimé, pero me pegué fuerte. Con otros deportes se me hizo más fácil porque soy bastante osada. Yo me largo y después veo.

—Es un proyecto a tu medida, ya que te gusta mucho viajar.

—El proyecto es la unión de mis dos pasiones: la televisión y los viajes. Si la gente tiene la oportunidad de viajar, en formato de mochilero o como sea, está buenísimo hacerlo. Es un aprendizaje, más allá de lo divertido. Todo se empieza a ver de otra manera. Uno tiene forma de comparar y encontrar nuevas experiencias, culturas y personas. Es sumamente enriquecedor.

—A la hora de comparar, ¿qué has identificado que Uruguay tiene para mejorar?

—La seguridad, sin dudas. En Australia no tienen esa problemática y me llamó la atención que las casas no tengan rejas, por ejemplo. ¿Cómo es posible que un país con 24 millones de habitantes y con personas de todas partes del mundo haya podido solucionar este problema y nosotros no? Es un problema regional, pero conocer otras realidades para poder cuestionarlo ya es enriquecedor. Por otro lado, viajar también sirve para apreciar lo bueno que tenemos. En Uruguay somos más familieros y tenemos valores que ojalá no perdamos nunca.

—Sos una figura con mucha presencia en redes sociales, ¿cuál es la importancia de seguir teniendo presencia en la televisión tradicional?

—Son dos géneros diferentes. Yo amo la televisión y deseo que la gente la siga eligiendo. En el mundo, la televisión de aire es un medio muy fuerte y no creo que compita con las redes por los contenidos. A lo mejor sí compiten a nivel de marcas a la hora de decidir sus presupuestos para publicidad, pero me parece que se va a encontrar un equilibrio también en ese aspecto en el corto plazo. Por ahora la explosión de las redes sociales sigue siendo un fenómeno nuevo.

—Hablando de nuevas tecnologías, hace unos días lanzaste una aplicación con tu nombre.

—Sí, Andy Vila Fit es una app que enseña a cuidarse. Tiene tutoriales de entrenamiento que explican cómo hacer ejercicios para mejorar cada parte del cuerpo, recetas fit fáciles de hacer en casa, y artículos sobre alimentación y cuidado del cuerpo. Estoy feliz de mostrar lo que vengo aprendiendo en ese aspecto.

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