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Andrés Reyes tras la salida de Océano FM: "Recibí muchos mensajes de apoyo"

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Andrés Reyes. Foto: Francisco Flores

ENTREVISTA

El comunicador interpreta al personaje Lubo Adusto y opina sobre el caso Campiglia: "Me parece triste la instancia de la denuncia penal".

—¿Cuánto tiempo estuviste en Océano FM?

—Llegamos en 2017. Como dijo Darwin (Desbocatti), nos dieron el trabajo. Al irse ellos a Del Sol FM, se generaron esos espacios. En ese entonces, yo estaba en 13 a 0 en Radio El Espectador y la lógica indicaba que yo me fuera a Del Sol con el programa. Pero me llamó Gustavo Rey para hablarme de la posibilidad de Océano y decidí aceptarla. Por un tema económico y también familiar, porque me permitía no trabajar los fines de semana. En El Espectactor era parte de las transmisiones de fútbol, por lo que la semana mía no tenía fin. Además, el desafío profesional de Océano era interesante. En ese comienzo estaba como coconductor junto a Mariano López y Majo Borges en el primer Todo pasa.

—¿Cómo vivieron el proceso final? ¿Fue sorpresiva la decisión de la radio de terminar con la programación hablada?

—Sorpresivo no fue. Desde hacía un tiempo, la dirección de la radio nos comunicaba que la situación económica era difícil. En marzo tuvimos una reunión en la que se nos planteó que facturemos, porque muchos no éramos empleados sino contratados, a un 80% de nuestro sueldo. Ante la situación, agravada por la pandemia, aceptamos la reducción. Luego vimos una nota de El Observador y otra de El País donde se anunciaban cambios profundos y ahí nos pusimos más nerviosos. Finalmente, nos comunicaron que el cambio era levantar la programación de contenido, o sea los tres programas que todavía estaban: Todo pasa, Abrepalabra y De arriba un rayo.

—A fin de año, además, se dio todo el proceso de negociación de la radio para la vuelta de Petinatti. Incluso, Océano cambió su programación para recibir a Malos pensamientos...

—Sí, eso fue lo que hizo que nos levantaran el programa a quienes hacíamos la segunda mañana, a pesar de que éramos los que habíamos medido más, según las mediciones del año pasado. El argumento que nos dieron para levantarnos fue que tenían que hacer lugar para Petinatti y programaron a Abrepalabra (de Gustavo Rey) para la segunda mañana y nosotros nos incorporamos a ese programa. Yo diría que me dolió más ese final para nuestro programa, cuando sentíamos que veníamos bien, que lo que pasó después. Esto de ahora lo entiendo. Si la radio no tiene planta, comprendo que tome la decisión de levantar.

—¿Cómo veían desde la interna esos movimientos para recibir a Petinatti?

—En la interna hubo polémicas. Personalmente no lo conozco a Petinatti. Lo vi una vez cuando en el año 1997 le hice una nota y fue de lo más amable. No tengo nada malo que decir de él porque no lo conozco. Me gustaba muchísimo lo que hacía en los año ‘90. Era un seguidor de él cuando estaba en Radio Mundo. Grababa su programa porque me encantaba. Después, o cambié yo o cambió él pero me dejó de gustar, que es la historia de muchos. Así como hay personas que hicieron el camino inverso: antes no lo escuchaban y ahora sí. Sobre la eventual llegada a Océano, nadie discutía el argumento porque era económico. Él venía para hacer viable la radio. Lo que me parecía es que la emisora había construido un relato que era opuesto a la forma de hacer radio de Petinatti. Entonces, implicaba un giro de la radio que era difícil de comprender para la gente. El mensaje era extraño.

—Pero te consta, como se dijo, que había personas en Océano que no querían su vuelta

—Él bromeó un poco con eso y la verdad que no me consta. De repente algunos, entre los que me incluyo, lo veía como un movimiento raro de la radio por lo que te decía. Él se había ido de Océano no en los mejores términos, según tengo entendido y luego la radio fue construyendo otra imagen. Era medio extraño de amalgamar para la radio el mensaje. Pero más allá de eso, pienso que ninguno de nosotros hubiera tenido problemas en trabajar con Petinatti.

—¿Sentís que quedó algo pendiente con la radio?

-No. Ahora estamos en la instancia de negociar los despidos. Nunca estuve en algo así. Hace más de 20 años que trabajo y nunca me habían echado. Pero hay buena voluntad de las dos partes y el diálogo ha sido cordial.

—¿Cómo evalúas las repercusiones del final de ciclo en Océano?

—Tuvo más repercusión por dos temas. Lo que pasó a principio de año fue chocante para quienes eran seguidores de la radio y no leyeron de buena manera que se levantaran programa y se movieran otros para darle cabida a una propuesta que venía de otra emisora, con otro público y que encima no vino. Eso fue medio un papelón para la radio. Liberó un espacio que luego lo llenó con música. El otro aspecto cuestionable fue haber montado una campaña con el mensaje “Volvió la FM” cuando acababa de echar a 15 personas. Me parece que faltó un poco de tacto. No soy publicista, pero viendo las repercusiones, creo que debieron esperar un poco más. Igual y como te decía, no hay enojo y el relacionamiento es bueno.

—También hubo muchos mensajes de aliento...

—Sí, yo me sentí muy abrazado en estas semanas. En este proceso estuvo la parte mala de pensar que lo que vos hacés ya no tiene valor o no te lo pueden pagar, pero también recibí muchas muestras de apoyo y de gente que me ofrecía espacios y se puso a la orden.

—En lo personal, ¿reconsideraste aquella decisión de no haber ido a Del Sol con 13 a 0?

—No. Para nada. Yo no me arrepiento. Realmente, siento que crecí mucho en estos tres años. La experiencia de Océano FM fue muy buena. Conocí personas que valen mucho, no solo compañeros, sino también oyentes.

—¿Cómo sigue tu futuro?

—Vamos a estar en la tarde de M24, con un proyecto que se titula Todo por la misma plata. La propuesta nació casi que al otro día de la salida de Océano. Vamos a estar con Diego Martini y Belén Zorrilla, que era productora de De arriba un rayo y Danilo Espino. Es un lindo proyecto.

—En estos días se generó una polémica con el personaje Edison Campiglia y sus dichos sobre Rivera. En tu caso estás hace más de 13 años detrás de un personaje como Lubo Adusto, ¿cuál es tu visión?

—Me parece medio triste la instancia de la denuncia y cómo este debate nos ha alejado de temas importantes, como el tema de los salarios o los efectos de la pandemia. Sobre el tema de fondo, no pierdo de vista que es un personaje y forma parte del universo de la ficción. Es como molestarse con Silvester Stalone porque en Rambo III mató a mucha gente. Campiglia es un personaje. (Rafael) Cotelo no piensa eso. ¿Si estuvo bien o no? Todo es opinable pero de ahí llevarlo a una denuncia penal, me parece una exageración.

—¿Lo han perseguido a Lubo Adusto por las cosas que dice?

—No. He tenido o él ha tenido algún problema con algún colega. Lo peor que pasó fue una vez que hizo un chiste con Alberto Sonsol y Sonsol lo fue a buscar a la cabina. Cuando me enteré, lo llamé a Alberto, hablamos y quedó todo bien. Fue hace varios años.

—Luego de la salida de ustedes de Océano, Darwin Desbocatti comentó que “no habían cuidado el trabajo”. ¿Te molestó ese comentario?

—No. Lo entiendo dentro de la lógica del personaje. Es lo mismo que lo que sucede con Campiglia. Hay que conocer sus características. Lo de Desbocatti me hizo gracia. Entiendo que es un chiste. La finalidad de todo lo que dice es hacer reír, no generar un daño.

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