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Andrea Menache se reinventa tras dura experiencia con el COVID: "Le vi la peor cara a la enfermedad"

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Andrea Menache

ENTREVISTA

La comunicadora proyecta la apertura de una concept store en Punta del Este luego de los momentos más complicados de su vida. Su padre falleció por coronavirus y casi toda la familia se contagió.

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Llegó a los medios hace más de dos décadas, y desde entonces no se alejó más. En este tiempo se convirtió en una de las caras más reconocidas de nuestro país, y la única comunicadora que tiene un segmento de moda y tendencias en un informativo central.

Amante de la moda y profunda conocedora de lo que se viste en el mundo, Andrea Menache logró superar un año muy complicado desde el plano personal: a comienzos de marzo su papá falleció luego de haber contraído COVID-19 en un brote hospitalario y tanto ella como sus hermanos también se contagiaron. 

"Le vi la peor cara a la enfermedad", asegura Menache tras relatar que no pudo despedirse de su padre. 

Aunque ella siempre le ve el lado positivo a todo y finalmente materializará uno de sus sueños: abrir una Concept Store en Punta del Este. Sobre este mega proyecto que estará abierto para la temporada estival, de su permanencia en los medios y el gusto de los uruguayos por la moda, habló Andrea Menache con la revista Sábado Show.

—¿Hace cuánto que tenés este espacio de moda en Telenoche?

—Ocho años. Yo también me sorprendí. Empecé a calcular y tuve que revisar los primeros informes para ver de cuándo eran. Es impresionante, pasó muy rápido y eso que salimos todos los sábados, porque no me tomo vacaciones. Cuando comencé, hacía la agenda cultural de Telenoche, salía de jueves a domingo y un día hacía espectáculos, otro cine con los estrenos, otro el informe de moda y tendencia, hasta que apareció Maybelline Model donde era jurado y se me interponía porque era en vivo. A eso se le sumó que en ese entonces estaba el campeonato de fútbol que hacía que el informativo se corriera de horario y se nos complicaba. Entonces decidimos quedarnos con los sábados.

Andrea Menache, Soledad Ortega.
Andrea Menache junto a su hermana Soledad Ortega.

—Fuiste una de las conductoras de Estilo, un programa que marcó un antes y un después. ¿Sentís que la gente lo recuerda?

Estilo marcó a una generación e incluso hoy la gente me grita “Arriba Estilo”. Y una ha hecho tanta cosa y Estilo sigue siendo una especie de emblema en mi carrera.

—¿Sos de preocuparte por tu imagen?

—No, soy bastante despreocupada, me gusta estar normal. La verdad que no le pongo demasiada energía a sobre producirme.

—Siempre estuviste relacionada con la moda y las tendencias, y en varios portales te presentan como modelo y comunicadora, pero ¿fuiste modelo?

—Nunca lo fui. No sé de dónde salió esa información. Puede ser que porque estoy muy asociada a la moda, y a mucha gente le pasa. Me hubiera encantado, si hubiera tenido 20 centímetros más. Igual es un sacrificio ser modelo, es una vida muy sacrificada. Cuando era jovencita, tenés tu imagen asociada con una marca, eso lo hacía de jovencita antes que surgieran las redes sociales, pero no era una profesión. Le tengo mucho respeto a las modelos porque conlleva mucho sacrificio y no sé si estaría dispuesta a tanto. Tuve mi marca de trajes de baño y he estado vinculada con la moda, pero nada más que eso.

Andrea Menache
Andrea Menache

—Tenés un gran proyecto para abrir este verano en Punta del Este. ¿Cómo surge?

—La pandemia me afectó a nivel personal muy fuerte porque perdí a mi papá por un tema intra hospitalario. Nos contagiamos de COVID, mis hermanos y mis hijos, así fue fue un tema muy duro. Si bien era grande y tenía 91 años, estaba bárbaro de salud y muy lúcido, entonces fue muy difícil. No pudimos estar juntos, ni pudimos despedirlo. Fue dificilísimo. Todo eso me dio para revolver un poco esas cosas que uno va dejando pendiente y por miedos, temores o inseguridades, por no darle prioridades y no salir de tu zona de confort lo vas dejando de lado. Mi papá siempre fue un gran emprendedor y me parece que es hasta un homenaje hacer ese sueño realidad. 

—¿Cómo fue el proceso?

—Papá hizo una infección urinaria y fue internado. Pasó 10 días recuperándose y venía bárbaro. El último día que lo vi fue un viernes: me bajé el barbijo, lo abracé, le di un beso enorme, lo hice reír. Quedamos en reencontrarnos el domingo. Estaba divino. Al día siguiente mi hermano me dijo que papá estaba con fiebre y lo iban a hisopar. Por un brote intrahospitalario dio positivo y nunca más lo vi. Nunca más hablé con él. Ese beso que le di se lo daría 10 millones de veces. Seguramente fue el que me contagió pero lo haría nuevamente. 

—Lo más es duro es el aislamiento...

—Cuando estábamos en el día 9 de COVID falleció. No pudimos enterrarlo, no pudimos hacer nada. Todo fue por teléfono. Fue como una película de terror. Le vi la peor cara a la enfermedad. Yo quedé destruida. Cuando me hisopé y nos dio positivo, lo primero que hice fue grabar unos espacios de moda desde mi casa. Aunque nadie se dio cuenta, hubo tres informes de moda que los hice con COVID y emocionalmente muy afectada.

—¿Tuviste síntomas? 

—Sí, la pasamos más o menos. Con mi hija tomamos Ivermectina y pienso que eso nos mejoró. Mis dos hermanos no tomaron y la pasaron muy mal. Uno de ellos estuvo meses para recuperarse. Pero el tema emocional fue muy fuerte. Fue todo complicado. Uno ve los que no creen en la enfermedad o en las vacunas, ¿qué está pasando? ¿Cómo no lo ven?  En mi caso, me quedo con el último instante que estuve con papá, lo abracé, lo hice reír. El almuerzo del domingo lo tendremos arriba más adelante.?

Andrea Menache.
Andrea Menache.

—El emprendmiento del que hablabas y que es una especie de homenaje, ¿en qué va a consistir? 

—Va a ser una concept store con muchas marcas importantes en Punta del Este. Me la jugué, porque me dije: si lo hago, lo voy a hacer bien. Hace mucho tiempo que lo vengo imaginando y armando, pero nunca llegaba el día de materializarlo. Y me dije: es este año. Esperemos que la temporada sea buena, que la gente tenga ganas de salir, vivir y disfrutar que es lo importante. Yo creo que la gente tiene ganas de salir a vivir, a valorar todo lo que teníamos, a estar relajados, con amigos, compartir buenos momentos. Y eso se nota también. Mucha gente le daba prioridades a otras cosas y hoy esa lista se ordenó en muchos casos. El hecho de disfrutar con los que uno quiere, festejar y celebrar la vida pasa a ser una de las prioridades de todo el mundo después de la pandemia. La Concept Store va a ser con marcas pensadas para las mujeres uruguayas, estudié de alguna manera el nicho que está haciendo falta y que la mujer del río de la plata va a consumir. Son marcas que seleccioné, pero que no sean inaccesibles o imposibles de comprar. La idea es que sea competitiva y que esté a la altura de las exigencias estéticas y del bolsillo, para que no sea solo para mirar.

Andrea Menache
Andrea Menache con su esposo. 

—Tantos años hablando de moda, y ahora con una tienda te da una visión de cómo nos vestimos los uruguayos. ¿Seguimos siendo grises y algo aburridos?

—Antes la paleta de colores en invierno era negro, gris y marrón, pero ha evolucionado. Y no solo el uruguayo ha cambiado, es todo un proceso en la industria de la moda. La moda siempre es el reflejo de la sociedad, siempre. El que tenga esa sensibilidad para mirar, te da una imagen de cómo se vive y qué está sucediendo. Eso es interesante en los desfiles internacionales, cuando los diseñadores presentan sus colecciones que después ellos son los que influyen e inspiran en el resto del mundo, ¿de dónde viene esa inspiración? Cuando surgieron las redes sociales, donde uno terminaba sin intimidad, veías que en la moda había muchas transparencias, escotes, también se exponía en el cuerpo. Había una relación entre lo que sucedía a nivel social con lo que se mostraba en la moda. Y el uruguayo ha evolucionado, primero por la globalización y saber lo que hoy se usa en el otro lado del planeta, nosotros lo podemos estar viendo. Esa cercanía que nos da la tecnología ha democratizado mucho a la moda, la ha hecho accesible. Antes te enterabas porque caía una revista en tus manos, o un programa que enganchabas. Hoy en día tenés la inmediatez de lo que sucede, y podes ver el mismo desfile que conoce la prensa mundial, lo estás viendo por internet y podés observar cuál es el próximo objeto de deseo que todos van a codiciar. Después hay muchas marcas que se instalaron en nuestro país abriendo el mercado y dándole posibilidades a acceder a esas prendas que antes solo comprabas si te ibas de viaje al exterior.

—¿Y cómo ves el crecimiento de los diseñadores uruguayos?

—Ha crecido muchísimo la industria de la moda local. Los diseñadores se han vuelto más profesionales, más versátiles y eso le da ganas a los uruguayos de consumir algo que tal vez antes no veían. Entonces la moda cambió y el uruguayo va al mismo tiempo en otros lados. Hoy vemos que el blanco en invierno es súper y ves botas que antes eran más jugadas. También hay un tema: la gente juzga menos. Se acepta más la diferencia y el uruguayo era de juzgar. Hoy en día la mentalidad ha evolucionado y uno está más relajado y se divierte con la moda que de eso se trata. La idea es disfrutar, sacarle partido según tu estado de ánimo. También la tecnología jugó para que el uruguayo haya evolucionado. Y si bien seguimos siendo clásicos, somos unos clásicos que cada tanto tenemos nuestros permitidos. Un hombre tiene una camisa con unas estampas divertidas que se la pone de noche, o se la juega, y cuando eso pasa la gente lo anima diciendo que estás bárbaro. Y los demás copian, y eso está bueno. Hay que copiar de lo bueno. Así que bienvenidos los audaces.

—Desde hace tiempo hay un proyecto de ley para los talles. ¿Qué opinás de eso?

—Es un proyecto y hay un grupo de mujeres uruguayas que se abanderaron de eso y me parece fantástico. Está buenísimo, y sería una gran revolución porque los uruguayos nos merecemos tener nuestra escala de talles. Y sería mucho más sencillo cuando uno va a comprar, saber que un M es un M, el L es igual y lo mismo el S, y no ir a una tienda y el talle que pensás que es para tí, te queda gigante o chiquitito, y vas a otro local y es al revés. Tiene que haber un criterio, me parece que le haría bien a todos. Ojalá que salga adelante el proyecto. Me parece una iniciativa genial que va a llevar su proceso de adaptación. pero es hora de que se tenga en cuenta la fisionomía uruguaya. Y hacer ropa para nosotros, ya que se vende acá, hay que tener criterios similares.

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