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Andrea Ghidone: Pasión por el tango

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Andrea Ghidone.

La uruguaya Andrea Ghidone pegó el portazo al mundo de la revista porteña y no se le cruza por la cabeza volver. Está dedicada a su propio espectáculo de tango en el que cultiva un bajo perfil. Atrás quedaron los líos de vedettes. Ahora sólo piensa en cómo hacer para seguir revelando su Tango secreto por el mundo, aunque haya encontrado dificultades para presentarlo en Montevideo. Entrevista a una renovada Ghidone.

—¿Qué es el espectáculo Tango secreto para tu carrera?

—Tengo a mi hija y después viene Tango Secreto. Es un sueño al que le dediqué mucho tiempo y dio sus frutos. Empezamos hace unos meses y ya siento que es un enorme paso en mi carrera que me da mucha satisfacciones. Tango secreto llevó a que en unas semanas viaje para bailar en Nueva York, que es un sueño cumplido de verdad. El consulado de Argentina en Nueva York me nombró como madrina de un festival anual y voy a hacer la apertura y una exhibición. Después tengo reuniones allá para llevar el espectáculo de gira por Estados Unidos y varios lugares de Europa.

Tango secreto es tu primer proyecto artístico propio en Argentina, ¿con cuáles desafíos te enfrentaste como la directora artística del espectáculo?

—Siempre había trabajado contratada por alguien, entonces iba, cumplía mi horario y se terminaba. Siempre me puse la camiseta con producciones de otros, pero ahora tengo puesta mi propia camiseta. Eso me ha llevado a darme tremendos piñazos contra la pared. Como cabeza de la compañía he tenido que estar en todas las áreas: maquillaje, pelo, plata, coordinación de horarios de salas, música, luces, guión, y estar detrás de cada detalle cuadro por cuadro. Son un montón de cosas que exigen muchísimas horas, pero lo hago con mucha dedicación. Me ha hecho crecer artísticamente y también como persona. Es un enorme placer estar en una obra de arte propia que creo y que armo.

—¿Cuál fue el principal obstáculo con el que te topaste en este nuevo rol?

—Para poder hacer una temporada, conseguir un teatro en Calle Corrientes y llamar a un buen elenco, es necesario un productor. Esa es otra de las áreas a las que tuve que ir: asociarme con productores para que este producto se muestre y se instale en el mercado.

—¿Fue lo que te costó más?

—Claro, es lo más difícil porque la parte económica es la que uno no puede asegurar. Sé el producto que tengo, los artistas que tengo y lo que quiero, pero que después la gente consuma el producto y al productor le cierren los números es lo difícil. Es un elenco de un montón de gente, y en Argentina, como en Uruguay, no son épocas fáciles para el teatro. Por eso me resulta más fácil llevar el espectáculo a varias partes del mundo, que presentarlo en Argentina o en Uruguay, donde me reuní con gente del Teatro Solís y todavía no recibí respuesta. Esa es la parte que no es tan linda, pero una también tiene que entender que sus tiempos no son los de los demás.

—¿Te reuniste en persona con gente de la Intendencia de Montevideo para ofrecer tu espectáculo al Teatro Solís?

—Sí. Me reuní con la directora y gente de cultura para llevar la producción a Uruguay pero todavía no recibí ninguna respuesta. Me hubiera gustado encontrarme con otra actitud, siendo que soy una uruguaya que hoy está siendo convocada por un consulado de Nueva York para ir a bailar. Además en el espectáculo le doy un lugar especial a La Cumparsita que es un tango uruguayo y a Julio Sosa que es uruguayo. Ellos tuvieron disposición para reunirse pero no quedamos en nada. De cualquier manera entiendo que los intereses puedan ser otros, o que los tiempos de respuestas sean otros. Tarde o temprano va a llegar la respuesta. Y si no llega, es porque yo no tenía que llegar.

—Más allá de este episodio, ¿creés que le el tango no tiene el espacio que debería tener en Montevideo?

—Es que si hay algo que tenemos en común con Argentina es el tango, que es tanto de ellos como nuestro. Sin embargo, al tango se lo asocia más a Argentina que a Uruguay. Eso es porque en Argentina es mucho más marketinero, saben aprovechar al tango como atracción turística. Para los turistas que llegan a Buenos Aires no existe no ir a una casa de tango. A mí me gustaría que eso pasara también en Uruguay, porque La Cumparsita que es el tango más conocido del mundo es nuestro. Pero en Uruguay no está para nada explotado. Argentina nos ganó en eso, nosotros nos hemos apropiado mucho más del candombe que del tango.

<b>Amigas en escena.</b> Ghidone pasó un fin de semana en Montevideo para participar de Improglam (Teatro del Notariado), espectáculo del que es madrina. El show lo protagoniza la vedette Natalia 'Tati' Román, una de sus mejores amigas.
Amigas en escena. Ghidone pasó un fin de semana en Montevideo para participar de Improglam (Teatro del Notariado), espectáculo del que es madrina. El show lo protagoniza la vedette Natalia 'Tati' Román, una de sus mejores amigas. "Nos conocimos arriba de un escenario, y ahora somos grandes amigas de la vida", destaca.. Fotos: Daniel Ayala. Make up: Matías Fadiga. Pelo: Jorge Cruz. Ropa: María Bonita.

—¿Extrañás algo del teatro de revista y toda la exposición que conllevaba?

—No, no lo extraño para nada. Al contrario. Hoy elijo esta tranquilidad y no exponerme. Todos vamos cambiando. Yo evolucioné y no tengo tiempo de ir a un programa para hablar de cosas que no me pertenecen a mí. Imaginate que el último elenco que integré en una revista tenía a Moria (Casán), Carmen (Barbieri), las dos Xipolitakis... ¡Y vos me preguntás si yo extraño eso! ¿En qué cabeza cabe? Imposible. Hace poco me llamó Santiago Bal para formar parte de su nueva comedia, y le agradecí pero no podría. De todas formas, yo siempre la pasé genial, y cuando no la pasé genial me fui. De aquel último elenco me fui a trabajar a una comedia exitosa como fue Sé infiel y no mires con quien. Supe irme a tiempo antes de colapsar.

—¿Por qué sentías que ibas a colapsar?

—Mi cuerpo me avisaba que no estaba cómodo en el lugar en el que estaba, y no lo podía disimular. Sentía que había dado todo lo que tenía para dar y que ya no me enriquecía con ellos ni ellos conmigo. Fue una sensación interna que no puedo explicar. Además fue cuando me caí del aro, y cuando me caí en el escenario y me abrí la cabeza. Nunca me había pasado nada en los cinco años que trabajé con Carmen y en esa temporada me pasó todo junto. Eran cosas que me pasaban justamente para que me diera cuenta de que era un ciclo cumplido y que lo tenía que aceptar.

—En todos estos años en Argentina, ¿nunca pasó por tu cabeza la posibilidad de volver a Uruguay?

—No, nunca. Puede ser que de Argentina me vaya a otro lugar del mundo, pero a Uruguay no. Soy una uruguaya parte del "departamento 20" de Uruguay. Disfruto mucho cuando voy mi país porque tengo grandes amigos y lindos recuerdos, es el lugar que me vio crecer hasta los 29 años. Puedo recorrer cada calle de Montevideo con mi cabeza, conozco todos los rincones de Uruguay y no me pierdo jamás. Pero hoy me siento una ciudadana del mundo.

—¿En algún punto te quedó resquemor con Uruguay por no haber tenido la oportunidad de alcanzar tus objetivos en tu país?

—A todo el mundo le gusta ser profeta en su tierra pero a mí ya me dejó de interesar. No lo busco. Me enfoco donde estoy y lo demás sucederá cuando tenga que suceder. Cuando me vine a Argentina lo hice porque sentía que era el momento de partir, pero lo artístico era una excusa. En aquel entonces yo precisaba irme a otro lugar; era una decisión para mi vida y con el tiempo lo entendí así. Sé que mi hija va a seguir como yo y también va a ser una ciudadana del mundo. Si bien yo tengo claro el lugar en el que nací, no hay que dejar que nada te deje estancado en un mismo sitio. Muchas veces uno se queda en un lugar por miedos, porque es el lugar que conoce y se mueve en su confort. Yo decidí salir de ese confort para vencer mis miedos, despejar mi cabeza, expandirla hacia otros lugares y sentir que podía yo sola, no sólo artísticamente sino como mamá y como persona. Pero lo artístico es aparte. Yo estoy segura de que la realización artística se puede alcanzar en cualquier lugar del mundo, sea en Uruguay, Argentina o el país más chiquito en cualquier parte. Uno tiene que quererlo y buscar las oportunidades.

—¿No es más difícil en Uruguay por las limitaciones de la industria, en comparación a otras como la argentina?

—Eso son justificaciones. A mí nadie me vino a golpear la puerta de mi casa para que vaya a bailar a Nueva York. Tuve que buscar la oportunidad para hacer las cosas que quiero hacer. Voy con mi tráiler y mi carpeta a muchas reuniones. Hay gente que piensa que por el lugar en el que estoy todo es más fácil, pero eso es porque a veces el lugar del otro está intoxicado con comentarios como "no, acá no se puede hacer nada", "acá no dan los espacios". Pero en todos los lugares es lo mismo.

—¿A tu hija Natacha le gusta más estar en Montevideo o en Buenos Aires?

—Su corazón como el mío está en Uruguay y eso no se puede cambiar. Aparte no es que ella se vino a Argentina porque de grande lo decidió como yo. Ella se vino por su mamá, y no pudo opinar porque era muy chiquita. Si bien viaja continuamente, no deja de extrañar Uruguay y de tenerlo todavía más presente que yo porque en definitiva, yo viajé voluntariamente. De todos modos ella se ha ido acomodando mejor con el tiempo y ha encajado cada vez más en Argentina. Eso nos costó mucho trabajo a las dos. Hoy puedo decir que tenemos un hogar hermoso y que tenemos una familia, por más que seamos solamente dos. Fue un proceso que logramos con mucho amor y dedicación. Acá hemos aprendido a estar con gente que también incorporamos como familia, no de sangre, pero que son amigos incondicionales.

—¿No sentís la necesidad de un hombre en tu vida?

—No. Sé que el príncipe azul o de cualquier otro color existe y va a llegar pero todavía no pasó. Mientras, he encontrado una fuerte parte masculina en mí y no siento la necesidad de un hombre.

—Pero imagino que invitaciones a salir no te faltan.

—Me llegan todo el tiempo. Soy una mujer a la que viven invitando a salir, pero para que yo acepte tiene que ser alguien muy interesante. Tengo la vara muy alta. No tengo problema en decir: "para que yo te acepte una invitación me tiene que interesar tanto a mí como a vos, y si eso no pasa no te hago perder el tiempo a vos ni pierdo el tiempo yo". Igual le digo que pueden contar conmigo como una amiga y eso me ha permitido tener varios amigos hombres con los que me relaciono igual que con amigas mujeres. Yo pongo las cosas claras y a nadie le quedan dudas.

SABER MÁS

Carrera en Argentina

Andrea Ghidone se instaló en Buenos Aires en 2008 y desde entonces no paró. Integró los espectáculos Vedettísima, Fantástica, Bravísima, Barbierísima, Escandalosas, Sé Infiel y no mires con quien, entre otros. También participó de los reality shows Bailando por un Sueño y Celebrity Splash. Fotos: Daniel Ayala. Make up: Matías Fadiga. Pelo: Jorge Cruz. Ropa: María Bonita.

—En una entrevista en El País.Tv confesaste que te ofrecieron trabajo a cambio de sexo. ¿Cómo fue ese episodio?

—Vino a hablar con la excusa de una propuesta laboral y fue muy claro y sin vueltas. Estoy hablando de alguien que es muy conocido y que tiene una especie de sitio de internet o algo de eso. Seguramente se acuerde de cuando me nombró mucha gente que había conseguido las cosas por ese camino, pero yo puedo levantar la mano y decir que no lo conseguí así y acá estoy. Es muy triste que alguien se quiera tan poco como para pedir sexo a cambio de trabajo. Yo en su momento tuve una reacción muy especial en contra de esta persona pero después dejé que la vida se encargue de él. Yo nunca usé el encanto femenino para firmar ningún contrato. Eso me enorgullece, y quiero transmitirle eso a toda la gente que piensa que en algún momento hay que prostituirse para conseguir algún puesto de trabajo. Eso es quererse muy poco; uno se tiene que valorar.

—¿Cómo es tu posición frente al programa Bailando por un Sueño? A veces apoyás campañas que hacen tus seguidores para que vuelvas a participar, pero otras decís que no volverías.

—Estaría si tuviera que estar, pero si no estoy no me pasa nada. Me encanta el Bailando y me encanta estar pero también me encanta no estar y poder dedicarme a proyectos personales como hacer giras que si estuviera en el Bailando no podría hacer. Si ahora no estoy, por algo será.

—¿Cómo has visto a los participantes uruguayos que están en esta edición?

—Me parece que le han aportado una cosa muy linda al Bailando. Tanto Osvaldo Laport como los chicos de Márama y Rombai tienen un perfil muy relajado que está bueno.

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Andrea Ghidone.

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