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Fabián Muro

Ya tuvimos una advertencia: hace cinco años Uruguay tuvo uno de sus peores temporales en la historia reciente. Con vientos que alcanzaron los 180 kilómetros por hora, murieron 10 personas, los daños fueron multimillonarios y hubo aproximadamente mil evacuados.

Con un Sistema Nacional de Emergencias (SNE) creado por ley hace menos de un año, Uruguay sigue en las etapas iniciales de generar una red de detección y respuesta ante una situación excepcional a raíz de emergencias o catástrofes provocadas por fenómenos naturales como terremotos, sequías, inundaciones u otros acontecimientos climatológicos extremos.

En la corta historia del SNE se han elaborado cuarto planes para enfrentar situaciones específicas: control de la variante de mosquito que puede transmitir el dengue (Aedes aegypty); control de incendios forestales, accidentes radiológicos y accidentes de tránsito con mercancías peligrosas.

Sin embargo, no existe entre los planes uno que tenga en cuenta el otro fenómeno natural -junto a las sequías y su consecuencia, los incendios- que más problemas le ocasiona al país: las inundaciones.

Eso es lo que señala el doctor en oceanografía Marcelo Barreiro, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Barreiro esquiva las afirmaciones categóricas, entre otras cosas porque Uruguay no cuenta con una base de datos con un seguimiento diario de la cantidad de precipitaciones sobre el país.

Pero sí dice que la tendencia durante todo el siglo pasado indica que las lluvias han ido en aumento. En el período que va de 1997 a 2005, cerca de 50.000 personas tuvieron que ser evacuados por inundaciones. Por otra parte, se registraron sólo diez casos de muertes relacionadas con las inundaciones hasta ahora.

El director del SNE, Waldo Cortese, dice que se está trabajando para desarrollar un protocolo nacional para inundaciones. Pero sí existen a nivel departamental.

Uno de los colegas de Barreiro en la Facultad de Ciencias, el astrónomo Gonzalo Tancredi, fue más drástico y alertó a través de la prensa que Uruguay puede sufrir terremotos y tsunamis, dos fenómenos que la mayoría de los uruguayos descarta como algo que sólo ocurre en las películas o en muy distantes partes del mundo.

Tanto Tancredi como Leda Sánchez, licenciada en Geología y doctora en Ciencias Naturales, resaltaron la precariedad de los sistemas de detección y respuesta ante situaciones de emergencias. "A nivel de los fenómenos naturales más relevantes como sismos, inundaciones, tsunamis, fenómenos geomagnéticos, movimientos de tierras, impactos de asteroides o cometas, entre otros, no existe ningún instrumental en condiciones de dar una alerta temprana. Solamente en el ámbito meteorológico existe mecanismos de alerta frente a temporales y lluvias intensas", declararon por escrito.

Los científicos también señalan que ante la ausencia de una red de instrumentos se ha desarrollado, en las últimas décadas, una comunidad académica integrada por expertos de ministerios como el de Medio Ambiente, el de Industria y Energía y otras dependencias del Estado, como Ancap, UTE y las Fuerzas Armadas (el director del SNE es coronel). "Recibimos información de la comunidad científica en cuanto a escenarios futuros. Es vital contar con eso para la prevención. Pero hay que tener en cuenta que el cambio climático -y las derivaciones que este fenómeno pueda tener- es una parte de nuestra labor, no toda", comenta el jerarca.

Por otra parte, Tancredi y Sánchez resaltan que no hay ninguna conexión entre el SNE con organismos internacionales de vigilancia o alerta. Cortese por su lado, dice que siempre se está trabajando para mejorar los programas. Recuerda el temporal de 2005 como muy grave, pero señala, por ejemplo, que durante ese fenómeno, "nunca se cortaron del todo las comunicaciones".

muertes fueron causadas por la peor catástrofe natural de los últimos años en Uruguay: el temporal de 2005.

son los protocolos elaborados por el Sistema Nacional de Emergencias.