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Jorge Larrañaga: "Agarramos a muchos por pedir la cédula de identidad"

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Larrañaga. Foto: Francisco Flores
Nota a Jorge Larrañaga, politico uruguayo lider del sector Alianza Nacional, Senador de la Republica por el Partido Nacional, en su despacho del Palacio Legislativo en Montevideo, ND 20190827, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

MINISTRO DEL INTERIOR

El ministro dice que pidiendo documentos lograron atrapar a rapiñeros requeridos por la Justicia, y que también pudieron recuperar motos y autos robados. Niega casos de abuso por parte de la Policía.

—¿Qué cambió en el trabajo policial a partir del 1° de marzo?

—Empezamos a cumplir con lo que prometimos en la campaña. Lo dijimos claro: a la Policía, respeto y respaldo; a los delincuentes, la ley. Tenemos una sociedad erosionada, llena de dificultades. Es necesario tomar medidas. ¿Qué es mejor, que un Policía te pida el documento o que un delincuente te apunte, te lesione o te mate?

—¿Qué utilidad tiene pedirle el documento a alguien que transita por la calle?

—Es una potestad de la Policía y no creo que presuponga ninguna incomodidad para el ciudadano. En cualquier parte del mundo se lleva a cabo ese procedimiento.

—¿Pero qué ventajas tiene?

—¡Muchas! Ya hemos logrado los primeros resultados.

—¿Cuáles?

—Esto nos ha permitido detectar muchas cosas. Agarramos a muchos. Hemos encontrado a varias personas buscadas por la ley, a requeridos por delitos como rapiñas. También hemos recuperado autos y motos hurtadas. Y hemos encontrado drogas. Es una medida que contribuye a la convivencia y no cuesta nada llevarla adelante.

—¿Cómo se elige a quién se para y a quién no?

—Se hace en función de la intersección de cuadras o de los lugares en los que se lleve adelante el procedimiento.

—¿Paran a todos o depende del aspecto del que circule?

—Se para a todos los que pasen por determinado lugar.

—¿A un hombre con traje y corbata lo paran de la misma forma que a otro con jogging y un gorro con visera?

—¿Y por qué no se va a parar al de traje? Esto es algo rutinario que ni debería llamar la atención. Es una forma de cuidar a la gente, de que la Policía esté ocupada en su labor, y es algo que contribuye a la disuasión y la prevención del delito.

Analizan si seguirán financiando oenegés

El ministro Jorge Larrañaga dijo que está revisando la financiación que la cartera hace de algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan por ejemplo en las cárceles, y que se estudiará su continuidad. “Ese es un tema que estamos estudiando, es algo que se está analizando”, adelantó el jerarca.
Por otro lado, sostuvo que ya se está pensando en la construcción de una nueva cárcel y advirtió que, aunque no puede develarlo, ya se piensa en algunos lugares donde esta puede ser instalada. “Nos afiliamos al precepto constitucional que indica que las cárceles no son para mortificar a las personas, pero tenemos que trabajar en este tema porque estamos hablando de una inversión muy alta“, dijo el ministro.

—¿Los policías están bien capacitados para hacer este tipo de procedimientos?

—Lo que hay es un buen material humano. Si se mira el procedimiento que tuvo estridencia en los últimos días, allí el papel desempeñado por la Policía fue muy bueno. Esto no quita que sea necesario profundizar el adiestramiento. Sabemos que eso es necesario y lo vamos a hacer.

—En cuanto a este caso, el del funcionario municipal que dijo incluso que le dispararon, la denuncia sigue su curso y su abogada dijo que las imágenes no muestran todo el operativo...

—Yo miré todos los videos en toda su extensión. El video de la vigilancia de cuadra y el video de la cámara que portaba el oficial correspondiente, y lo que se ve es de una buena calificación.

—Cuando usted dice que se debe profundizar el adiestramiento, ¿se refiere a la formación de base o a la de quienes ya son policías?

—A ambos. Se debe mejorar la formación y hacer cursos para quienes ya son policías.

—La Inddhh le pidió una entrevista para hablar sobre la gran cantidad de denuncias que recibieron contra policías. ¿Se va a concretar ese encuentro?

—Pidieron una entrevista que se considerará.

—¿No está agendada, entonces?

—No hemos tenido tiempo, tenemos realmente un trabajo intenso.

—Hoy por hoy no son todos los policías que cuentan con cámaras. ¿Tienen previsto comprar más para darles más seguridad a los agentes y a los ciudadanos?

—La ministra de Economía y la vicepresidenta ya anunciaron que se va a hacer una importante inversión en tobilleras. Hay un problema de software que hay que solucionar, porque este soporta hasta cierta cantidad, pero estamos ya trabajando en eso ahora. Lo mismo vamos a hacer con las cámaras. Es un servicio que hay que ampliar, y lo vamos a ampliar. Cuando haya un grupo de funcionarios actuantes siempre va a haber uno con una cámara grabando el procedimiento.

—¿Piensa que esto puede servir para que no se hagan tantas denuncias?

—Es que nuestras directrices siempre están en orden de lo que marcan la Constitución y la ley. Bajo ningún concepto vamos a aceptar esa suerte de imputación equivocada y gratuita que se nos hace, de que poco menos que estamos dirigiendo la Policía hacia ciertos colectivos o hacia pobres. El adversario, el enemigo de la sociedad, es la delincuencia, y a ella vamos a atacar desde este ministerio.

—Uno ve en las calles muchos más policías que hasta hace dos semanas. ¿Qué tareas eran las que estos desempeñaban antes?

—Son los mismos cuerpos policiales que había hace 15 días, los que tenía el anterior gobierno. Nosotros hemos cambiado algunos ejes de trabajo. Por ejemplo, el PADO (Programa de Alta Dedicación Operativa) se gestionaba casi centralmente y nosotros lo hemos trasladado a la jefatura de Policía; lo descentralizamos. Lo que queremos es que la Policía cumpla su cometido: contribuir a la disminución del delito y a que la ciudadanía se sienta segura y protegida.

—¿Cómo fueron sus primeros días al frente del ministerio?

—He dicho varias veces que no voy a ser un ministro de escritorio. Soy un ministro de calle. Que ya he recorrido en estos días varios departamentos, y lo voy a seguir haciendo. Estoy en contacto permanente, desde las siete de la mañana, con los jefes de Policía, a los que yo incluso llamo personalmente, desde mi casa, desde mi auto, desde el ministerio, o desde donde me encuentro para ir viendo cómo se le da tratamiento a todo. También estoy en contacto directo con el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, que tiene todos los centros de cárceles de nuestro país, donde hay muchísimas dificultades, enormes dificultades…

—¿Cuáles?

—Hay deficiencias sanitarias, deficiencias edilicias, situaciones que próximamente vamos a dar a conocer a la opinión pública, porque también es sabido, y no tenemos por qué ocultarlo, que en las cárceles se violan los derechos humanos. Esta es una realidad que tenemos que enfrentar con valentía, porque lo que pasa adentro después termina pasando afuera, y eso es lo que a veces la gente no entiende.

—¿Cuáles son las cárceles con mayores problemas?

—Tenemos situaciones complicadas en Punta Rieles, que está en más de un 10% vandalizada por los propios presos. Es decir, hay más de un 10% que no se puede utilizar. Tenemos dificultades en la cárcel de Canelones… Son lugares que tienen muchas e importantes dificultades para alojar presos. Por eso estamos estudiando la construcción de una nueva cárcel.

—¿Cómo se llevó a cabo la transición con las anteriores autoridades de la cartera?

—Nosotros contamos con alguna información, aunque no con una profundidad total. Las licencias y/o renuncias de algunos jerarcas determinaron algunas circunstancias, de las que no quiero hacer comentarios porque ya pasaron. Hay que mirar hacia adelante.

"La puerta del BROU no es un hotel"

La semana pasada un grupo de personas en situación de calle que dormía en la escalinata del Banco República de 18 de Julio y Minas, fue retirado. El ministro Jorge Larrañaga advierte que este es uno de los tantos operativos que se están realizando para evitar que la gente duerma en la vía pública pues, advierte, “esto no es un derecho”. Sostiene que las personas que se están sacando de las calles van a hogares del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Y advierte que hay un problema de adicciones que hay que solucionar.
—En cuanto al levantamiento de las personas que duermen en las calles, ¿están trabajando en coordinación con el Mides?
—Estamos en permanente contacto con el ministro Pablo Bartol y haciendo una coordinación para terminar con el tema de la gente en situación de calle. Hemos dicho de manera clara que vivir en la calle no es un derecho. Que se afectan los derechos humanos de esa persona que vive en la calle, que tiene derecho a una vivienda por la Constitución de la República. Entonces, no es nada en contra de los pobres, ni contra las personas que viven en situación de calle; queremos ayudarlos. No tienen que estar en invierno o en verano tapados con cartones, con nylon o con una arpillera. Aquí todos han hecho gárgaras con el tema de la droga, pero resulta que no hay suficientes posibilidades de rehabilitación para quienes tienen problemas de adicciones, y eso yo creo que es un enorme debe del Estado en una política social, una política de derechos humanos seria.
—¿Se debe generar una internación compulsiva?
—No hablemos de ese tema. Hablo de algo mucho más importante, que es preservar el derecho humano de una persona a rehabilitarse.
—¿Y cómo se ayuda a una persona que no se quiere rehabilitar? ¿Hay que internarla?
—Habrá que buscar los mecanismos, ver las edades de esas personas, etc. Pero va más allá de eso, porque faltan lugares para poder rehabilitarlos.
—¿Sacaron a la gente que dormía en la escalinata del BROU...
—Pero el BROU no es un hotel.
—¿Y a dónde llevaron a esas personas?
—A hogares del Mides.

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