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Los guardianes de las listas

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Hoy solo los titulares de listas al Senado están obligados a presentar declaraciones juradas de bienes e ingresos. Foto: Archivo El País

Todo por un buen número

En política los números son historia, pertenencia y prestigio. Si alguien dice que es de la 90, la 71 o la 15, ya se sabe cómo piensa. Están los que esperan que sus dueños olviden renovar los registros para birlárselos. Todos sueñan con el número perfecto, ideal, imposible de no ser votado.

Los símbolos pueden más que mil palabras. Los números en la política uruguaya son historia, orden y sentido de pertenencia. Si uno dice que es de la 15 dice que es colorado, batllista y que su fidelidad a ese partido va más allá de los buenos o malos momentos. Pasa con la 90, la 609 o la 1001. También con la 71, o la 400. O la 99, o la 2000.

"Los símbolos sirven para entender nuestra historia", dice Tom Hanks personificando a Robert Longdon, profesor de iconografía y simbología, en El Código Da Vinci. Los militares sabían esto, por eso en las internas de 1982, celebradas en plena dictadura, decidieron prohibirlos y los cambiaron por letras. Fue un intento de matar la memoria emotiva de los votantes. Pero no tuvieron éxito.

Para la historia quedó la ACF, encabezada por Juan Pivel Devoto, que representaba a los movimientos Por la Patria y Nacional de Rocha, y al proscripto líder blanco Wilson Ferreira Aldunate. En la campaña usaron a su favor las letras: decían que ACF era Adelante con Fe, mientras que para la gente era claro que era Adelante con Ferreira. A falta de libertad, buena es la creatividad.

Los símbolos mutan, cambian con los años, toman nuevos significados. Si uno dice la lista 10, seguro que piensa en el Partido Colorado y en Pedro Bordaberry. Pero lo cierto es que este número fue usado antes por los comunistas. Con la 10 se presentaron en 1928. Cambiaron luego por la 163, la 48, la 27 y finalmente la 63, sumamente recordada por los comunistas más veteranos, pues los acompañó desde la elección de 1942 hasta la de 1962, cuando se formó la primera alianza de izquierda —predecesora del Frente Amplio—, el Fidel. Ahí nació la 1001.

"El número se cambió porque el Partido Comunista ya no iba solo, se aliaba con otras agrupaciones de izquierda. Pero por qué se eligió la 1001 es una pregunta a la que no sé responder", señala Carlos Yaffe, dirigente, escritor y estudioso de la historia comunista uruguaya. Es que es así, los números son hijos del capricho del que elige, o de la imposibilidad de optar por otros que están en manos de sus rivales. En la Corte ya están reservados todos los de una o dos cifras. Los números se llenan de poder y significado una vez que su paso por elecciones los dota de prestigio, y ahí es cuando se convierten en objetos de codicia de los políticos.

Es el caso de la 99, un número con historia que tiene peso tanto para frentistas como para colorados. La lista de Zelmar Michelini y Hugo Batalla hoy está en manos de Yamandú Fau; es él quien se ha ocupado de registrarla una y otra vez, incluso aunque en alguna elección no haya participado. Michelini y Batalla nacieron de la 15, y Luis Batlle Berres les había dado el número 515 para competir. Pero en un acto político, tras las elecciones que perdieron en 1958 ante los blancos, Batalla llamó a reconocer los errores cometidos por el partido en la campaña y Batlle Berres, enojado, les sacó el número. "Me acuerdo de una caricatura que salió en ese entonces: iba Michelini en un auto nuevo y Batlle Berres estaba atrás, arrancándole la matrícula que decía 515", cuenta entre risas Fau.

Foto: Marcelo Bonjour
“Hay mucha fantasía” en el sentido que se da a los números, dice Sanguinetti. Foto: Marcelo Bonjour

Tuvieron que buscar un número nuevo y Fau fue el encargado de ir a la Corte Electoral para elegir uno. Volvió con dos opciones: la 99 o la 123. Él recuerda que discutieron un largo rato sobre cuál de los dos iba a ser más fácil de recordar para la gente, finalmente eligieron la 99. El senador Rafael Michelini, hijo de Zelmar, recuerda que su padre le contó una vez que eligieron la 99 "porque en ese momento se usaban unas planchas de hierro para hacer pintadas, entonces como el número era repetido se ahorraban el dinero de hacer dos planchas: con una sola con un 9 alcanzaba". La 123 luego se convirtió en la lista de Jorge Pacheco Areco.

La 99 participó de las elecciones de 1962 y 1966 dentro del Partido Colorado, luego en 1971 fue parte de la fundación del Frente Amplio, en 1989 se fue de la coalición de izquierda y formó el Nuevo Espacio, y en 1994 volvió al Partido Colorado. El regreso fue turbulento y antes se dividió en tres partes: Batalla, acompañado por Fau, acordó con Julio María Sanguinetti e incluso se convirtió en su vicepresidente; Daniel Días Maynard, que era diputado por el Nuevo Espacio, decidió irse al Frente; y Rafael Michelini se quedó con el Nuevo Espacio. Hubo una votación interna que la ganó Batalla y así es que logró llevarse el número. Michelini, en tanto, registró la lista 99000.

"No intenté recuperar la 99. Hubo un congreso y, aunque por pocos votos, ganó Batalla”

Rafael Michelini. Foto: Ariel  Colmegna
Rafael MicheliniSenador del Frente Amplio

"Michelini se enojó mucho en su momento, porque quería el número", dice Fau. El senador, en tanto, señala: "Nosotros pusimos el número 99000 y ellos no hicieron ninguna observación. Nosotros tampoco observamos nada de ellos. Nosotros creíamos —creemos—, sentíamos —sentimos— que en la 99 estaban los principios de libertad, solidaridad e igualdad que encarnaba Zelmar Michelini. Y nos considerábamos —nos consideramos— de izquierda". La puja por la 99 no cesa. Cada cinco años Fau la registra y dice saber que hay muchos que codician el número. De hecho, hubo conversaciones entre Fau y el diputado Fernando Amado, para que este pudiera usar la 99 en la nueva alianza que tiene con Pablo Mieres y Esteban Valenti, pero no llegaron a un acuerdo. "Decidimos ir por otro camino", dice Amado. Fau advierte que mientras él tenga el número "la lista no se va a volver a ir del Partido Colorado".

Pero la 99 no debutó con los colorados. Antes había sido del Partido Socialista, que nacido en 1910 fueron tres los números que lo representaron antes de llegar a la 90. Hasta 1925 no se usaban números; ese año tuvieron el 48, en 1928 el 11, y en 1938 el 99. En 1942 el caos se terminó con una ley que señala que los partidos tienen derecho a retener los números, siempre y cuando se presenten luego de cada elección a renovar el registro.

La primera opción de los socialistas fue el número 99 —pero estaba registrado por los colorados—, luego fueron por el 90. "¿Por qué? Se supone que por los inmigrantes que vinieron en 1890, que eran socialistas y anarquistas. Pero es una suposición, no estamos seguros", dice la presidenta del partido, Mónica Xavier.

Se mueven.

Las listas van y vienen, y pasan de mano en mano en caso de que los dueños de los números no tengan la constancia de volver a registrarlos. Washington y Enrique Beltrán fueron los fundadores de la lista 400, que en 1946 identificaba a la agrupación Reconstrucción Blanca. Era la época del Partido Nacional Independiente. Nació con la misión de unir a los blancos, que estaban divididos luego de que en 1931 un grupo decidiera dejar el partido por diferencias con Luis Alberto de Herrera. La 400 se incorporó al partido en la elección de 1954 y trabajó por la unión, que se consiguió ya para los comicios de 1958. Los Beltrán retuvieron la 400 hasta la dictadura. Luego el número quedó libre y fue registrado en 1999 por Julia Pou para su agrupación Acción Comunitaria. La usó solo por esa elección, volvió a quedar libre, y ahora está en manos del senador Javier García.

"La 400 ahora es la lista en Montevideo de la 40. Ya hace tres elecciones que esto es así. La 40 la elegí por azar. Fui, miré los números, vi el 40, y dije ¡es este! Me pareció un lindo número. Algunos creen que lo elegí porque tiene que ver con la generación del 40, pero no, solo me gustó. La 400 es distinto, porque la lista tenía un peso. Me avisaron de la Corte el mismo día que el número quedó libre, fui y lo registré. Después me junté con la familia Beltrán para preguntarles si a ellos les parecía bien que yo lo tuviera, me dieron su aval, y la verdad es que para mí es un gran orgullo", señala García.

"La 400 fue de Beltrán, luego de Julia Pou, y el mismo día que quedó libre fui a registrarla”

Javier García. Foto: Archivo El País
Javier GarcíaSenador del Partido Nacional

El suplente de Washington Beltrán en la cámara baja era Ferreira Aldunate, que en 1971 creó el Movimiento por la Patria. El 71, entonces, es un número emblemático tanto para blancos como frenteamplistas, pues es el año de su fundación. El Partido Nacional fue el que ganó la batalla, y la lista 71 hoy está en las manos del diputado Gustavo Penadés.

Foto: Gerardo Pérez
Foto: Gerardo Pérez

"Lo registramos en 1992, una serie de dirigentes vinculados al presidente Luis Alberto Lacalle", señala Penadés, que advierte que el número tiene que ver con un afán de unir al partido. "Porque por un lado está el vínculo con Wilson y por otro el número había sido usado en 1958, por sugerencia de Herrera, que decía que era muy fácil de pintar en las paredes porque se dibujaba solo con tres palitos".

Sin razón.

Pensar en la historia de la lista 15 es recordar también a la 14. "Ambas aparecieron en 1946. La 15, liderada por Luis Batlle (sobrino de José Batlle y Ordóñez); y la 14, por los hijos de Don Pepe (César y Lorenzo Batlle Pacheco). A partir de allí entablaron un duelo interno que duró años. Nosotros (los de la 15) con el diario Acción, y ellos con El Día", evoca el expresidente Julio María Sanguinetti, que ganó las elecciones de 1986, las primeras después de la dictadura, con la 15.

Sanguinetti no sabe por qué se eligieron esos números. Tampoco lo sabe José Amorín Batlle, senador y precandidato en la interna del Partido Colorado, que es quien hoy tiene el registro de la 15. "La lista gana la elección del 54 por paliza, y sigue siendo la más fuerte en el 58 y el 62. Cuando muere Luis Batlle, en 1964, hay una división interna y la lista se divide en grupos: por un lado Jorge Batlle, por otro Amílcar Vasconcellos, y por otro un grupo de senadores. Se vota, y la lista se la queda Jorge", señala Amorín Batlle. La 15, entonces, se movió un poco de sus orígenes más proteccionistas, y se pasó a una ideología liberal. El expresidente Jorge Batlle mantuvo el número hasta 2008, cuando hubo un congreso, y se decidió que este pasara a manos de Amorín Batlle. "Jorge me pasó la posta", dice el senador.

Sanguinetti usó la lista para las elecciones del 86, pero no para las del 94, que incluso compitió contra la 15 y contra Batlle. Para eso crearon una nueva lista, la del Foro Batllista. El número que eligieron fue el 2000. "Los números son arbitrarios, son ingeniosidades, tienen orígenes variados. Hay números tradicionales blancos, como el dos o el cuatro; y tradicionalmente colorados, como el 14, el 15, el 123 o el 2000. Se eligen los números que hay disponibles. El 2000 lo elegimos porque se veía lindo. Después dijimos ah, nuestro gobierno va a terminar en el año 2000, y ahí le pusimos un sentido; es todo fantasía", señala Sanguinetti.

"La 2000 se eligió porque era la que estaba, y porque el gobierno iba a terminar en el 2000”

Los gremios le recordaron que fue ministro de Educación de Bordaberry. Foto: Archivo
Julio María SanguinettiExpresidente colorado

Entre los números que se eligieron porque sí, sin un sentido claro, está la 609, la lista más votada en las últimas elecciones. "Agarraron ese número porque fue el que encontraron, no se preocuparon por eso. Sí hubo una discusión por los colores: si había que usar o no el rojo y el negro", dice el diputado de la 609 Alejandro "Pacha" Sánchez, uno de los titulares de la lista ante la Corte. "Ahí lo importante eran los colores. Se discutió mucho si se usaba rojo y negro". Esos son los colores del Partido por la Victoria del Pueblo, una de las patas del MPP en su fundación en 1989. El rojo es un color comúnmente vinculado al socialismo y al comunismo, mientras el negro lo es al anarquismo. La novela Rojo y Negro, de Stendhal, contrapone la diferencia entre los uniformes (rojos) y las sotanas (negras) para hablar de las diferencias entre las clases. Una vez más, los símbolos.

La lista por Cristo y capicúa que enfrentó a Alonso y Gallinal
Verónica Alonso: precandidata volvió a encender la polémica por el HPV. Foto: Darwin Borrelli

Correntada Wilsonista fue fundada en 2002 por Francisco Gallinal. El exsenador y hoy ministro del Tribunal de Cuentas dice que tenía cuatro números para elegir: "El 17, el 18, el cuarenta y pico y el 33". Les llevó la lista a los publicistas para que ellos optaran por uno y eligieron el 33. "Es el más fácil de recordar: es capicúa, es la edad de Cristo y también es un número relacionado a la masonería, pese a que yo no tengo nada que ver con ella", dice Gallinal.

Con la 33, Gallinal y su grupo también registraron la 333, Compromiso Nacional, la primera lista en ser utilizada por la hoy senadora Verónica Alonso. Esto generó un conflicto interno en el partido, puesto que en 2011 Alonso acusó a Gallinal de falsificar tres firmas para sacarle el número, que decía le pertenecía desde el año 2008.

"Ella dijo que se le había falsificado la firma, y la firma de ella nunca estuvo en juego. La agrupación Compromiso Nacional, que ella reclamaba como suya, es de Correntada Wilsonista desde 2004", dice Gallinal, que advierte que todavía conserva el número. El País no logró comunicarse con Verónica Alonso.

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