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Las dos caras de Casal: el “entrador” y el “vanidoso”

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Francisco "Paco" Casal. Foto: M. Bonjour

Perfil

Sus apariciones mediáticas pueden contarse con los dedos de la mano, pero no hay persona en Uruguay que no sepa quién es.

Fue un futbolista de corta carrera, el primer contratista de jugadores, el que “profesionalizó” el fútbol local para muchos (primero con los pases al exterior y luego con la compra de los derechos de televisión) y el responsable de todos los males para otros. Es eso y mucho más. Es Francisco Casal, pero todos sabemos de quién hablamos con solamente decir “Paco”.

“Aunque fui mediocre jugando, me sigo sintiendo futbolista. Defiendo la dignidad del jugador, les cambié la vida a 600 jugadores”, le dijo hace ya una década a Mario Bardanca, que lo entrevistó para el libro Yo, Paco. En ese diálogo dejó en claro su origen humilde, que se transformó en “el más rico de Uruguay”, así como cierto desprecio por periodistas y dirigentes -“hace 40 años que veranean en Punta del Este”, sostuvo sobre los primeros; “piden fortunas y pagan miserias”, acerca de los segundos- y remató: “Lo digo sin vanidad, el que vende es Paco Casal”, los clubes de Europa “no tienen la más puta idea de quién es el 9 de Peñarol o de Nacional”.

Eduardo Arsuaga, en su rol de dirigente del fútbol, lo conoció hace ya varias décadas y tuvo idas y vueltas. En 1998 se pelearon y por un año y medio no se hablaron ni hubo negocios entre el Grupo Casal y Defensor Sporting porque el club vendió a Nicolás Olivera directamente al Valencia.

“Para algunos es el malo de la película y para otros es Dios. Ni una cosa ni la otra, es un hombre con sus luces y sus sombras, que creo tiene una faceta muy importante: su palabra la cumple siempre”, dice hoy Arsuaga y recuerda que “Paco” salió como aval del pase de Gabriel Álvez a Independiente en 1995 y terminó pagando 11 de 12 cuotas porque el club argentino incumplió el acuerdo.

Si su figura ya era polémica como contratista, al crear Tenfield y obtener los derechos del fútbol uruguayo apuntaló el debate en torno a su persona. El dirigente Víctor Della Valle, que lo define como “muy simpático y entrador” en el trato personal, entiende que Casal “desde el punto de vista comercial, por él o por sus socios, ha tenido actitudes duras que lo enfrentaron con mucha gente y no se ha sabido ganar la simpatía de la opinión pública”.

Pese a mostrarse despreocupado y vanidoso ante el público, a “Paco” le importa lo que piensen de él. Arsuaga, que en 2011 intervino como mediador cuando no había solución a un conflicto entre la AUF y Tenfield por la negociación de la Eliminatoria 2014, cuenta una anécdota: “Yo pensé ‘me retiro (como mediador), esto es imposible’, y Casal me comentó ‘entonces la única condición es que acepte’, cuando (las condiciones) quizás eran en perjuicio de él. Le dije que eso sería un gesto de grandeza de su parte. ‘¿Y usted lo diría eso?’, me preguntó, ‘y claro, si esa es la realidad’, le respondí, y cuando se hizo la firma conté la conversación”.

“Él tiene ese tono -yo se lo he dicho- casi de soberbia. Pero lo comprendo, porque lo que él hizo no lo hace cualquiera; tiene derecho a sentir vanidad. Tenía reacciones como de llevarse el mundo por delante, pero me consta que ha ayudado y ayuda a mucha gente”, remata Arsuaga.

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