A paso lento se confirman los casos de dengue autóctono en Uruguay. Hay un hospital que, por su trabajo en Infectología, es referente: el Maciel. Con tules y repelentes, el centro de salud destina un espacio a la atención de posibles nuevos enfermos. Las autoridades saben que el plan es para mitigar solo el comienzo de la epidemia.
Es la misma habitación de siempre, pero con un toque de casa de veraneo. La sala Serratosa, sector C, del Hospital Maciel cuenta con mosquiteros en las puertas y ventanas. Lejos de ser un lugar de descanso, es el espacio destinado a la aislación de los casos sospechosos de dengue, zika o chikungunya.
Hay un tul, "cajas de dengue" —con repelente, tabletas antimosquitos y otros elementos. No es un enorme espacio, al estilo de los hospitales de campaña en África: es una habitación con cuatro camas para contener el primer impacto. En el techo hay cuatro ganchos, uno por cada cama, en los que se puede colocar el tul si se da un caso sospechoso. Entonces el protocolo establece que se vacíe la sala y se destine solo para la persona enferma.
Si bien muchas de las ventanas abiertas de par en par de la institución todavía carecen de mosquiteros, el plan es colocarlos. En el CTI, por ejemplo, las ventanas se mantienen cerradas con un cartel que alerta a quienes intenten abrirlas y solamente dejan pasar el aire aquellas que están protegidas. En la Emergencia y otras partes del hospital también hay "cajas de dengue" en caso de que aparezca una persona con síntomas de la enfermedad.
Fabio Grill, director de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Maciel, no tiene dudas de que "es dengue" el caso confirmado en Pocitos hace una semana y el detectado ayer. Lo que no sabe es qué puede pasar si "mañana o dentro de unos meses" se diera una "explosión" de pacientes infectados. "De haber 200 casos confirmados, no hay hospital alguno que pueda aislar tantas habitaciones", advierte. Los uruguayos no tienen resistencia a esta patología porque aún no se generó la inmunidad, lo que hace factible que ocurra una epidemia de la noche a la mañana.
Uruguay ya ha tenido población afectada con dengue. De hecho, en la propia sala Serratosa se trató a un paciente este año y a otro el año pasado. Pero todos eran portadores de enfermedades importadas, contraídas en el exterior. "El caso de Pocitos cambia las prioridades", dice Grill, y ahora ante la duda, no hay duda: observación y exámenes corroborativos.
El protocolo que aplica el Maciel tiene su antecedente en uno elaborado en 2011 por la enfermera Carla Martínez. Se aplica para los casos sospechosos, con fiebre aguda de menos de siete días de evolución. Eso no significa que toda persona con síntomas deba acudir a la puerta del hospital, porque colapsaría el sistema.
Más allá de análisis clínicos, a los pacientes se les debe colocar repelente cada seis horas. Y las medidas de aislamiento tienen un mínimo de siete días. Luego del alta hospitalaria se indica al paciente qué cuidados debe tener y cuáles son los signos por los que debe reconsultar.

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