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Lo que nos dejó el Fondes

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En el Fondes quedaron US$ 52.315.543 que no serán prestados. Foto: A. Colmegna
Acto del Pit Cnt por paro parcial de 18 sindicatos afiliados, en 18 de Julio frente a la IMM, Mvdeo., ND 20150423, foto Ariel Colmegna
Archivo El Pais

El Fondes, la creación del expresidente José Mujica dirigida desde la Torre Ejecutiva para empujar con dinero público a empresas cooperativas o "socialistas", comprometió entre 2011 y el 28 de febrero de 2014 un total de US$ 70.286.367 en 28 proyectos con 2.218 empleados.

Si se calcula el préstamo a las empresas por cada trabajador, el ranking lo encabeza Envidrio (ex Cristalerías) con US$ 117.347 per cápita (recibió US$ 11.500.000 y tenía 98 empleados).

Funsacoop (ex Funsa) recibió del Fondes US$ 6.046.500, hoy factura más de US$ 10.000.000 y es tal vez el ejemplo más exitoso de empresa recuperada, aunque tiene una fuerte dependencia de Venezuela, hacia donde exporta el 85% de su producción. También de ese mercado depende Urutransfor, empresa recuperada que recibió US$ 3.000.000 del Fondes.

El fracaso más notorio es la imprenta Pressur, en Nueva Helvecia, donde el Estado prestó, y perdió, un total de US$ 6.000.000.

El Fondes apoyó 28 de 52 proyectos que recibió. De ellos, dos fueron declarados inviables, otros dos cesaron actividades luego de recibir el préstamo (un total de US$ 7.000.000) y el resto pelea su sobrevivencia día tras día, aunque nueve cooperativas han incrementado su plantilla de trabajadores.

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Información.

En la página web del Fondes solo se identifica por el nombre a las empresas que recibieron dinero (vea nota relacionada). El País realizó un pedido de acceso a la información pública el 11 de febrero para conocer en detalle la operativa del Fondes.  La Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), de la que depende el Fondes, contestó la primera parte el 27 de marzo y pidió prórroga para consultar a la Unidad de Acceso a la Información Pública acerca de la conveniencia de revelar la segunda. Finalmente, esa oficina entendió que sí correspondía informar los montos invertidos, el personal empleado y otros datos, que fueron entregados a El País el lunes pasado. Es información que no había estado disponible hasta ahora ni siquiera para los legisladores que la solicitaron.

Lista de espera.

El 1° de marzo el nuevo gobierno dejó en suspenso todos los proyectos que estaban siendo analizados, y así una decena de cooperativas quedó en la lista de espera.

Una de ellas es Coopima, heredera de Polímeros Uruguayos, una empresa que supo hacer historia en San José. Cerró sus puertas hace quince años, pero sus trabajadores no se resignan.

La planta industrial pertenece al Estado (está en manos de República Afisa) y la maquinaria al banco Santander. Los cooperativistas no cobran seguro de paro y viven de changas. A diario, desde el año 2000, se turnan para cuidar los bienes de la fábrica. Barren, procuran evitar el vandalismo y mantienen en condiciones la maquinaria. Y así esperan a que el Estado produzca el milagro.

En 2013 tuvieron su oportunidad. El Fondes les iba a prestar US$ 3,6 millones. Adelantó US$ 147.425 (no reembolsables) para hacer una prueba y demostrar que la fabricación de fibra de poliéster a partir del reciclado de envases de plástico es un negocio sustentable. Pero el ingeniero químico contratado por el Fondes para supervisar la prueba fue lapidario: "proyecto inviable", estampó en su informe.

La semana pasada los trabajadores de Coopima se reunieron con el vicepresidente Raúl Sendic y le pidieron que dicha prueba vuelva a ser evaluada porque, para ellos, fue exitosa. Quieren una segunda oportunidad, y es probable que la tengan. Si bien advirtió que el Fondes está en proceso de adquirir "una nueva institucionalidad", Sendic consideró que "no se puede perder tiempo mientras el Parlamento analiza el proyecto de ley, llega la resolución y se aprueba".

Al igual que Coopima hubo otro proyecto que arrancó pero quedó trunco. Fue el de Urusur, una cooperativa de pescadores de Montevideo vinculados al Sindicato Único de Trabajadores del Mar, a la que el Fondes le dio US$ 17.500 para estudios de factibilidad, pero que terminó siendo inviable.

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Fracaso.

Entre los proyectos aprobados hubo dos que sí "pasaron" la prueba de viabilidad pero que a la postre terminaron cerrando. Uno fue la curtiembre El Águila, de Florida, que reabrió en 2012 y cesó su actividad a fines de 2014, entre otras cosas por una multa de la Dinama debido al tratamiento inadecuado de sus efluentes. El Águila recibió del Fondes US$ 999.062 y empleaba a 200 personas.

El otro emprendimiento que fracasó fue el de la cooperativa COEP, integrada por 97 trabajadores que intentaron dirigir la imprenta Pressur, en Nueva Helvecia. En 2013 recibieron del Fondes US$ 6 millones que fueron exclusivamente destinados para capital de trabajo. A principios de 2014 dejó de funcionar y hace poco, un mes, se resolvió el cierre total.

El de Pressur fue el tercer crédito más alto que concedió el Fondes si se tiene en cuenta el personal empleado: US$ 61.856 per cápita. El segundo más "caro" es el de Dyrus SA, que gestionará Alas Uruguay. Ya tiene US$ 15 millones aprobados y aspira a emplear a 230 personas, con lo que recibirá US$ 66.297 por trabajador.

En estos tres años otras 24 solicitudes de crédito llegaron al mostrador de la OPP, pero fueron rechazadas y no llegaron a recibir un peso. El análisis de los proyectos corresponde a la Unidad Técnica y la decisión de aprobar o rechazar era de la Junta de Dirección del Fondes.

Luego, el seguimiento de los proyectos asistidos recae sobre cinco funcionarios: tres contadores y dos administrativos. "El seguimiento se realiza mediante el control de los desembolsos solicitados por los emprendimientos a efectos de corroborar que no existan desvíos respecto al plan de inversión", informó la OPP.

El decreto que creó el Fondes estipuló que se dé prioridad a los emprendimientos con participación de sus trabajadores en la dirección y en el capital de las empresas. Hasta ahora se ha cumplido al pie de la letra, porque los 28 proyectos aprobados son de autogestión (incluso los que no son cooperativas).

Cambio y resistencia.

Cinco días después de asumir, el gobierno de Tabaré Vázquez envió al Parlamento un proyecto de ley que modifica la institucionalidad del Fondes, fija topes para asumir el riesgo y exige condiciones más rígidas a los aspirantes al préstamo. "El Fondes se diluirá", afirmó el diputado del MPP Daniel Placeres, quien dirigió Envidrio durante años y tiene una amistad muy estrecha con Mujica. Desde ese sector político y el Pit-Cnt se sospecha que del Fondes solo quedará el nombre, y se transformará en un instrumento más de apoyo a emprendimientos pero vaciado del espíritu ideológico que lo inspiró.

Hace una semana, en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro (PTI), el presidente de Inacoop, Gustavo Bernini, se comprometió a atender los proyectos que estaban presentados ante el Fondes hasta el pasado 28 de febrero. Son 10 cooperativas que emplean a unos 500 trabajadores.

"En concreto no tenemos nada formalizado, pero está ese compromiso de cumplir con lo que estaba presentado", dijo a El País Carlos Aulet, coordinador del espacio de autogestión en el Pit-Cnt. También señaló que desde que cambió el gobierno, pese a las innovaciones que se propusieron al diseño del Fondes, se ha ido cumpliendo con la entrega de los fondos preacordados con las cooperativas. Por otra parte, esta semana el Pit-Cnt hizo un paro y, en su plataforma, dejó claro que defenderá al Fondes y combatirá el proyecto de ley remitido por Vázquez.

Sin contar los dos emprendimientos que fracasaron y los dos declarados inviables, hay 24 empresas que subsisten gracias al Fondes. Muchas son empresas recuperadas porque son fuentes de trabajo importantes para sus localidades; otras funcionan con el motor de la nostalgia de lo que fueron.

Según la respuesta de OPP, el solo incumplimiento del pago de una cuota "en tiempo y forma" es motivo para rescindir el contrato. "Estamos cumpliendo puntualmente con el pago de ese préstamo", dijo a El País Enrique Romero, presidente de Funsacoop.

La empresa factura unos 10 millones de dólares por año y emplea a 150 trabajadores. Ha crecido aunque también tiene su talón de Aquiles: exporta el 85% de lo que produce a Venezuela. En 2014 le vendió neumáticos para el sistema de transporte público por US$ 7.846.602. En el primer trimestre de 2015 concretó ventas por US$ 840.073. Romero aspira a incrementar esa exportación este año y dice que pese a las turbulencias económicas de Venezuela, están tranquilos porque tienen contratos firmados y los pagos son puntuales. No obstante, hace gestiones para abrir nichos en Cuba y Bolivia.

Funsacoop mantiene también mercados en Paraguay y Brasil, aunque por montos marginales. Las ventas a Brasil han caído por la devaluación en ese país y el año pasado apenas llegaron a US$ 2.220. Romero explicó que Venezuela garantiza la viabilidad de la empresa, pero pretenden incrementar el mercado interno. Su objetivo es suministrar neumáticos al parque de taxímetros y han hecho un acuerdo con la patronal.

Coopima y su fe.

Mientras tanto, en Coopima insisten. "Sendic no nos prometió nada, pero se comprometió a ver nuestra situación y contemplar nuestro reclamo porque esa prueba que hicimos, sabemos, fue exitosa aunque digan lo contrario. De todas maneras tenemos que esperar a que se vote la nueva ley del Fondes", dijo a El País Nancy Calvo, una de las más antiguas integrantes de la cooperativa que hoy cuenta con 120 miembros y afirma que puede generar 5.000 trabajos indirectos.

"No teníamos luz y gracias a la gestión de Daniel Martínez ante UTE nos la dieron por una semana. Tuvimos que pagar US$ 43.000 porque nuestra industria gasta mucha energía. En dos semanas teníamos que producir 70 toneladas de fibra. Prendimos máquinas que estuvieron apagadas durante 15 años y no estaban calibradas para producir con envases de plástico. Y aún así sacamos fibra que a juicio de clientes en Brasil y Uruguay era buena. Sabemos que nuestro proyecto es viable. Pero el Fondes después nos pidió calidad, producción, clientes, etcétera", explicó.

También saben que tienen debilidades; que para funcionar deberán comprar una máquina para picar y lavar el plástico y adecuar toda la planta; que necesitarán US$ 1.200.000 para invertir y el resto para sueldos, compra de energía y materia prima. "Lo que hacemos, sirve", dice Calvo.

La dependencia de Venezuela.

Al menos siete de las 28 empresas que tienen préstamos del Fondes lograron exportar sus productos en 2014, según datos de Aduanas a los que accedió El País. Estas son: Envidrio (US$ 1.726.149), Textil Puerto Sauce (ex Agolan, por US$ 110.051), Cotrapay (ex Paylana, por US$ 1.069.343), Contraydi (US$ 8.383), CTC (ex Metzen y Sena, por US$ 701.974), Funsacoop (US$ 8.089.030) y Urutransfor (US$ 3.450.872).

La mayoría de los mercados compradores son países de la región. Solamente Cotrapay logró colocar mercadería más allá de América Latina (en China, Lituania, Hong Kong, Francia y Estados Unidos) y CTC vendió a Estados Unidos aunque poca producción.

Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuelason los principales destinos de las exportaciones de las empresas del Fondes. Venezuela es el que ha comprado más: cerca de US$ 10 millones de los US$ 15,5 exportados por estas siete empresas el año pasado (casi dos tercios del total).

En 2014, tanto Funsacoop como Urutransfor vendieron el grueso de su producción a Venezuela. De los poco más de US$ 8 millones que exportó Funsacoop, el 93% fue a parar al país que gobierna Nicolás Maduro. El negocio, que se concretó a principios de 2014 por US$ 7,8 millones, consistió en la venta de neumáticos para el transporte público venezolano y permitió volver a poner en funcionamiento a esa fábrica montevideana. En consonancia con una brusca caída de las exportaciones de Uruguay a Venezuela (que en el primer trimestre de 2015 vendió 77% menos que en 2014), Funsacoop colocó neumáticos en ese país por solo US$ 840.073. De mantenerse al mismo ritmo y monto, al finalizar este año habrá vendido aproximadamente la mitad que en 2014. Funsacoop cuenta con uno de los préstamos más caros y uno de los de mayor crédito por trabajador.

En el caso de Urutransfor, lasventas a Venezuela significaron el 98% de su exportación. Esta empresa, que se dedica a la fabricación de transformadores, vendió al mercado bolivariano por unos US$ 3,3 millones en 2014. En cambio, hasta marzo de este año no había logrado colocar nada de su producción allí.

Los límites que quiere Vázquez.

Una de las primeras medidas que tomó Tabaré Vázquez fue redactar un proyecto para darle un orden institucional al Fondo de Desarrollo, que durante el gobierno de Mujica estuvo bajo el mando de un grupo de jerarcas de su confianza.

El proyecto de ley generó resistencias y Vázquez optó por firmar un decreto, adelantando la puesta en práctica de buena parte de esas medidas que luego se aplicarán por ley. El MPP no ocultó su desagrado y el Pit-Cnt dará pelea.

En el nuevo marco legal se fija un tope para las líneas de crédito, que no podrán superar el 3% de los fondos disponibles. Se trata de un drástico cambio de criterio a la hora de manejar el riesgo.

Énfasis en viabilidad parece ser el norte con el que se manejará el nuevo Fondes. Astori advirtió que el instrumento no puede quedar atado a fracasos. El Instituto Nacional de Cooperativismo asumirá la tutela de los proyectos ya financiados, mientras que los fondos serán manejados por la Corporación para el Desarrollo.

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En el Fondes quedaron US$ 52.315.543 que no serán prestados. Foto: A. Colmegna

el país aCCEDIÓ A INFORMACIÓN OFICIAL DE OPPPAULA BARQUET / GONZALO TERRA

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