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La Costa en camino a ser ciudad

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Foto: Ariel Colmegna

La obra que se está llevando adelante en Ciudad de la Costa es una de las más grandes de los últimos años a nivel nacional. Ya hay 300 personas conectadas a la red de saneamiento y la planta de tratamiento de aguas residuales ya está funcionando, aunque hubo demoras en la pavimentación de las calles.

La oficina donde trabaja el director de obras de la Comuna Canaria, Nicolás Vilaró, está rodeada de pozos. Se ubica en una de las zonas estratégicas para la obra de saneamiento en Ciudad de la Costa, la A, la única cuyo avance supera el 85%. El perímetro de esta pequeña casa va a permanecer así hasta que se finalicen las obras. "Es una forma de entender que el resto de la costa está así", dice Vilaró.

A pocas cuadras de allí solo queda el recuerdo de lo que fue el mal sueño de los últimos meses. En los alrededores del Colegio Santa Elena, entre las calles Río Sena y Río Uruguay, hoy el cemento luce casi pronto y las máquinas ultiman detalles, pero durante varias semanas hubo cuadras enteras que se inundaban y quedaban prácticamente inutilizadas, al punto de impedir la salida de algunos vecinos de sus hogares.

La paciencia ya es un bien escaso en Ciudad de la Costa. Vilaró sabe que no es lo mismo trabajar en Santa Lucía del Este que en pleno Lagomar y los vecinos se lo hacen notar. "Siempre está la parte en la que uno está empantanado, como este invierno, pero los que ya hicimos bastantes obras sabemos que todo esto va a pasar y el vecino cuando vea la calle va a agradecer".

La obra de saneamiento, drenaje, pluvialidad y vialidad en Ciudad de la Costa es una de las principales a nivel nacional de los últimos años. Comenzó en 2010 con la formación del Consorcio Canario entre OSE y la intendencia, un acuerdo mediante el cual la gestión, la administración y el control de las obras quedarían en manos de ambos. Sin embargo, durante la administración de Yamandú Orsi ambas pasaron a gestionar sus obras por separado.

Hasta ahora, la intendencia lleva invertidos unos US$ 70 millones. La planta ya está funcionando y, según OSE, ya hay 300 familias conectadas a la red de saneamiento que están recibiendo el servicio. Las zonas que le siguen, C1 y B1 —Lagomar y el área entre Parque de Solymar y Solymar— están en proceso de construcción de sur a norte.

Un camino lleno de pozos.

Vilaró coloca el mapa que delimita las zonas de obra sobre su mesa y por momentos parece que tuviera al balneario abierto en la sala de operaciones. Pasa la lapicera por las zonas más problemáticas: la B1 es una de ellas. El área fue un campo de batalla este invierno. OSE inició su trabajo en octubre de 2015 y un año después la comuna empezó con drenaje pluvial y pavimentación.

Allí las obras se demoraron por dos razones, explica. Una es el invierno lluvioso. La otra fue un desacuerdo con OSE sobre quién debía hacerse cargo de colocar la base granular en las calles, es decir, el material que va debajo del asfalto.

La intendencia entendía que al ser OSE quien tenía que romperla para instalar el saneamiento, también debía repararla. Tras una negociación, se decidió que el ente deberá afrontar los gastos. Según pudo saber El País, el directorio aprobó en estos días la solicitud de un crédito por más de US$ 5 millones para financiar estos complementos.

"Es una obra incómoda y traumática para la gente que vive ahí", dice Sebastián Andújar, diputado nacionalista. "La gente en este proceso no ha recibido más que un montón de problemas y gastos, como la reestructura de la casa por la obligatoriedad de la conexión". Según señala, la concejal Beatriz Balparda presentó en octubre una iniciativa para que, mientras dure la obra, los vecinos sean bonificados en su pago de la contribución inmobiliaria. "No fue tratada ni escuchada", puntualiza Andújar.

El orden siempre es: primero el saneamiento, luego el drenaje y pavimentos. Sin embargo, en la zona C —menos la C1—, entre Parque, Lomas y Médanos de Solymar, fue al revés. Ya se pavimentaron ocho kilómetros de las avenidas principales, se crearon macrocanales para drenar el agua y se trabaja en el mantenimiento de las calles de tosca y limpieza de cunetas. Llegado el momento de comenzar las obras de saneamiento se tendrá que romper sobre lo construido, pero se trata de medidas paliativas dado que faltan al menos cinco años para que se comience a trabajar en el área.

Si no puede ver el mapa haga click aquí.

Según un informe de avance de obra de OSE de septiembre de este año al que pudo acceder El País, el saneamiento de las zonas que se trancaron este invierno, la B1 y C1, lleva terminado el 64% del total. Para la B2 (San José de Carrasco) se hizo en un 50% y para la B3 (Shangrilá) ya se adjudicó la obra a la empresa Abengoa pero no se firmó el contrato. La intendencia obtuvo el financiamiento a través de dos fideicomisos que le suponen una deuda hasta 2036.

Vilaró evita hablar de plazos o fechas concretas de finalización. Dice que es difícil de estimar porque se tienen que cumplir las tres fases del proceso —obtención de financiamiento, licitación, ejecución— para OSE y luego la intendencia. De todas formas hay algunos objetivos planteados de acá a 15 años. Para ello, la Dirección de Obras elaboró un indicador de pavimentos firmes, que mide todas las calles en centros urbanos que tienen algún tipo de pavimentación que no sea tosca. En este momento el indicador señala que se lleva avanzado un 29%, en promedio, para todos los centros urbanos de Canelones. Para 2020 se espera llegar a un 45% y para 2030 a un 80%. Solo la Ciudad de la Costa se ubica hoy en un 35%.

Por otro lado, Vilaró indica que en el último período se aplicaron algunas multas a empresas que trabajan para OSE por impedir que los vecinos salieran de sus hogares y también por daños a las viviendas. Los reclamos, sostiene, han sido puntuales. La comuna creó una página de Facebook, "Canelones en obra" para ir informando a los vecinos de los avances y responder inquietudes.

El director de obra estima que se está avanzando con la pavimentación a un ritmo de un kilómetro por semana, y agrega que se realizará una inversión de US$ 8 millones para comprar nuevas máquinas que permitan arreglar las calles luego de las tormentas. El mantenimiento de lo que ya está construido va en principio por parte de las empresas, que serán responsables durante 24 meses después de la entrega.

En el corazón del proyecto.

En Solymar Norte está ubicada la planta de tratamiento de líquidos residuales de la Costa. La enorme instalación ya procesa lo que llega desde las 300 casas conectadas, así como líquidos provenientes de Pando y de las barométricas de la zona que ahora deben verter los líquidos en la planta. Lo que procesa hoy es una décima parte de lo que se espera que llegue a tratar. El ir y venir de camiones de barométricas es constante. Desde que funciona la planta es obligatorio que lleven los desperdicios allí, en sustitución de un centro de vertido que estaba en Pinar Norte y que, según cuenta el ingeniero técnico de Ciudad de la Costa de OSE, Germán Saralegui, no cumplía con la normativa ambiental.

Hay más de 100 barométricas que vierten en la planta, pero Saralegui estima que serían más si hubiera menos vecinos con pozos negros mal construidos, que filtran el agua sucia a la napa freática. Cada barométrica paga $ 120 pesos por vertido de cada camión, que habitualmente le permite cargar lo que retiró de dos viviendas, dice Saralegui, quien estima que el pago del servicio de saneamiento será tres veces menor a lo que cobra una barométrica, que ronda los $ 1.500.

Con cada paso del proceso que se hace en la planta, el líquido se vuelve más cristalino. Al llegar, los líquidos pasan primero por un proceso de filtrado que quita todos los residuos, desde los más grandes a los más pequeños. Luego se aplican los reactores que eliminan la materia orgánica. El último paso es colocar cloro al agua para luego pasar al emisario, que las vierte a un kilómetro de la costa del Río de la Plata.

Al lado de la planta hay unas pocas viviendas y una fábrica. Los olores que genera le han traído algunas denuncias a OSE, que trabaja para controlarlos. En el perímetro de la planta se pueden ver filas de árboles a medio crecer que, una vez que lleguen a su tamaño máximo, servirán de barrera natural.

Producción: Eduardo Barreneche

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Foto: Ariel Colmegna

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