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Una campaña entre barbijos: ¿cómo piden el voto los políticos en pandemia?

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Foto: Francisco Flores

ELECCIONES MUNICIPALES

Los cuatro candidatos a la Intendencia de Montevideo retomaron la carrera electoral en una campaña signada por el coronavirus, que no impide volver a las instancias cara a cara, pero sí las limita.

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A poco más de un mes de las elecciones departamentales, después de un largo parate los candidatos vuelven a los barrios, a la televisión, a los carteles, a la discusión sin fin sobre un eventual debate. Se escuchan otra vez las palabras “basura” y “vecino”, pero por delante hay un tapabocas. Sin actos masivos y sin la efervescencia típica de una campaña electoral, ¿cómo hace un candidato para convencer a un ciudadano de que lo vote en medio de una pandemia mundial? ¿Existe, siquiera, una pandemia mundial para el que no tiene saneamiento?

Un verano en pleno agosto azota Montevideo. La cita es a las 16 horas en el centro cultural de Punta de Rieles. Media hora después llega Daniel Martínez, excandidato a la presidencia por el Frente Amplio, que ahora va por la reelección en la Intendencia de Montevideo (IMM). Saluda con el puño a unos 15 vecinos que lo esperan.

Su equipo comenta que en la camioneta en la que se trasladan hay alcohol en gel, que lo utilizan entre barrio y barrio. Reparten tapabocas con la leyenda “Daniel Martínez”. Al candidato lo acompañan el exsubsecretario de Economía y Finanzas y primer suplente, Pablo Ferreri, la segunda suplente y exjerarca de la Contaduría General de la Nación, Laura Tabárez, y la directora de la división Salud de la IMM y tercera suplente, Analice Beron.

Martínez no niega los abrazos ni las selfies. Ninguno de los candidatos le dice “no” a la foto pese a la recomendación de mantener distancia.
En Nueva España, a unas cuadras del centro cultural, lo esperan vecinos y una entrada de asfalto recién hecha para que la línea de ómnibus 155 llegue hasta allí. Bajo una pancarta que dice “Álvaro Villar intendente”, una señora le pide a Martínez que saquen de la puerta de su casa el baño químico que quedó tras la colocación del asfalto y de la nueva parada de ómnibus. “Ahí viene, pídale a él”, responde Martínez al ver llegar al intendente Christian Di Candia. “Ya está, ya se lo solucioné”, se ríe el candidato.

Foto: Marcelo Bonjour
Daniel Martínez. Foto: Marcelo Bonjour

Llega el ómnibus por primera vez al barrio. Todos aplauden. Di Candia hace un discurso breve en el que agradece “a la administración anterior”. Los vecinos están conformes; una de ellas, al borde del llanto, agradece a la intendencia y al barrio. Ahora tienen ómnibus.

Al seguir el recorrido, en 33 Orientales una vecina le reclama a Martínez que “en elecciones todos se acercan”, pero ninguno soluciona la laguna que se forma en la intersección de los pasajes siempre que llueve. El agua llega hasta la puerta de las casas y los vecinos improvisan una salida con piedras y tablas.

Martínez escucha el reclamo y se aleja, envía un audio por WhatsApp y vuelve con una respuesta ante la queja: “Le pasé tu número al responsable de Saneamiento (de la IMM). Él te va a llamar”.

En el salón de la comisión fomento de Punta de Rieles lo espera una de las integrantes, que le muestra al candidato cómo los delincuentes doblaron las rejas del lugar y se llevaron proyectores, computadoras, muebles. En total, unos $ 150.000 en equipamiento, decía la denuncia que presentaron a la comisaría y que ahora le muestran a Martínez. “Solo con un sereno ya solucionamos este problema”, dice la vecina. Esta vez Martínez no tiene una solución rápida. Hablan sobre alarmas, sobre policías, pero no hay una respuesta concreta.

“La principal preocupación es la seguridad”, comenta la candidata Carolina Cosse a El País durante una recorrida en el barrio Aquiles Lanza. “El trabajo y la limpieza, también. Hay nuevas preocupaciones como el trabajo, que yo, personalmente, lo tengo como preocupación central”, dice. A su vez, destaca la gestión del gobierno frente a la pandemia del coronavirus. “El manejo sanitario de la pandemia ha sido bueno: se recuesta en científicos, se soporta en el Sistema Nacional Integrado de Salud y en la cultura de nuestro pueblo, en entender el interés colectivo. Y esa capacidad de entender el interés colectivo nos va a ayudar mucho en Montevideo para generar cambios”, sostiene.

“Las preocupaciones cambiaron”, concuerda Álvaro Villar, también candidato frenteamplista. “Lo que siente la gente es más que nada incertidumbre. Empleo y salud son nuevas preocupaciones. Pero no debemos caer en falsas contradicciones, podemos hacer una ciudad estructuralmente mejor y atender los problemas coyunturales”, opina.

Laura Raffo, la candidata por la coalición multicolor, entiende que la irrupción del COVID-19 determinó tres etapas o estados de ánimo en los ciudadanos. Al principio solo importaba cuidar la salud y la familia. Luego, al haberse mostrado que había relativo control del avance de la pandemia, empezó a preocupar el empleo y el futuro económico, pero “era inviable hablar de campaña electoral”. “A partir de junio, que se empezó a retomar la actividad, todavía no había temperatura de interés en lo político. Recién ahora se está retomando”, sostiene. De todas formas, Raffo cree que la coyuntura implica que “la gente está más en contacto con sus necesidades y quiere propuestas constructivas, no confrontación”.

Es jueves 6 y, ya sin veranillo, Cosse recorre lo que durante una visita previa al coronavirus Raffo llamó “el Montevideo olvidado”. La acompaña su primer suplente, Mauricio Zunino, y la directora de Desarrollo Social de la intendencia, Fabiana Goyeneche. Reparten pines, banderas y folletos a todo el que se acerque.

El reclamo de una vecina de Malvín Norte no es distinto al de la de 33 Orientales: cuando llueve, es tanto el barro y el agua en los pasajes de tierra que algunas casas quedan aisladas. Ni siquiera el camión de basura llega a los caminos del asentamiento, dicen. Entre los que se acercan a la candidata no hay tapabocas que valga; las prioridades son otras.

Foto: Fernando Ponzetto
Carolina Cosse. Foto: Fernando Ponzetto

El protocolo y la realidad.

Al igual que los otros postulantes a gobernar la capital, Martínez fue consultado para este informe pero optó por no hacer declaraciones. “No está hablando” con la prensa, fue la respuesta de su equipo.

En su representación accede a hacer comentarios Analice Beron. Dice que las actividades que realiza Martínez se rigen por un protocolo: “No acercamiento físico, uso de tapabocas cuando la distancia no es posible, uso de guantes al tocar superficies, entregar objetos utilizando guantes, uso de alcohol en gel”, enumera.

Durante la recorrida en Punta de Rieles nadie del equipo llevaba guantes, pero cuando las aglomeraciones son más grandes, dice Beron, sí los utilizan. Por ejemplo, cuando recorren Tristán Narvaja, donde la distancia es imposible y el contacto es más frecuente.

Beron agrega que piden los mismos cuidados a quienes asisten a las actividades. No obstante, la distancia física no es fácil de controlar y Martínez no opone resistencia al abrazo para la foto ni a algún que otro beso pese al tapabocas.

Raffo, por su parte, estableció un detallado protocolo en mayo, cuando se definió la vuelta a las actividades político partidarias tras la pausa sanitaria. Entre las medidas para ingresar a la sede y para las actividades en lugares cerrados, hay un apartado sobre las recorridas barriales en el que se solicita la concurrencia con barbijo, el uso de alcohol en gel y mantener la distancia correspondiente.

El protocolo exige un tope de 15 acompañantes durante una recorrida. “A su vez se exhorta a los partidos integrantes de la coalición comunicar de manera interna que se evite la concurrencia de militantes para acompañar a las recorridas”, dice el protocolo. Andrés Abt, aspirante a alcalde del municipio CH, comenta que para el lanzamiento de su candidatura escribió un mensaje de WhatsApp a sus contactos pidiéndoles que no asistieran. “En la misma cadena, unos meses antes, hubiera sido exactamente al revés”, dice.

Pero la realidad desafía todo documento. El sábado pasado Raffo estuvo en Plaza Colón, y aunque se avisó al público general un día antes para moderar la convocatoria, se llegaron a juntar unas 60 personas. “Con esa cantidad de gente es difícil mantener la distancia”, admite la candidata, que dice ser “muy abracera” por lo que la lejanía le cuesta.

Otro cambio respecto a lo que alcanzó a experimentar antes de marzo es que ahora las actividades le requieren más tiempo porque el contacto es “uno a uno”. Raffo, que asume la “responsabilidad de dar el ejemplo” con las precauciones sanitarias, cuenta que en Colón se paró en el monumento y al grito de “yo tengo tiempo para todos”, procuró que fueran pasando a saludarla en forma ordenada.

Foto: Fernando Ponzetto
Laura Raffo. Foto: Fernando Ponzetto

Igual, no siempre todo está bajo control. En esa plaza una señora se acercó de brazos abiertos diciéndole con cierta intransigencia “te quiero dar un abrazo”. Ella aceptó, algo incómoda, e intentó que fuera con las caras alejadas. “El fervor está igual, pero tenés que moderarlo”, afirma. Para ella, la diferencia sustancial con una campaña “normal” es esa dificultad para “transmitir cariño”.

En los actos de lanzamiento de listas caben unas 60 personas como máximo: una cada 5 metros cuadrados, y manteniendo distancia de 1,5 metros, “como dice el Ministerio de Salud”, recita Raffo. Ya tienen estudiado que en la sede, cuando se hacen talleres de jóvenes por ejemplo, entran también unos 60. En las conferencias, un máximo de 20 personas adelante, con camarógrafos y periodistas detrás. “La planificación y la logística te llevan más gente y tiempo. Antes pensabas en que hubiera accesibilidad, que estuviera bien el estrado y que funcionara el audio. Ahora, pensás en la lista (de invitados) y en que los asientos estén separados”, dice Raffo, que reconoce la “frustración” que esto suele generar, por más que intente subsanarlo con más contacto personal.

La limitación de lo presencial se trasladó al presupuesto. El equipo de la coalición para Montevideo tenía previsto hacer ocho grandes actos por cada municipio, que seguramente se reorientarán al gasto en comunicación digital —que, por supuesto, crece— y a la publicidad en medios una vez que se permita.

Aun así, dice Raffo, la campaña es “de una austeridad...”. Conseguir fondos en esta coyuntura económica implica más creatividad. En su comando están justamente evaluando si es posible hacer un cóctel de recaudación de alguna manera, como podría ser a cielo abierto o en etapas. Más allá de eso, tienen prevista la venta de tiques y se imprimen bonos de colaboración “como en todas las campañas”, dice la candidata.

Foto: Fernando Ponzetto
José Mujica, Lucía Topolansky y Álvaro Villar. Foto: Juan Manuel Ramos.

En la misma línea, Cosse lanza un “somos tan pobres”, un poco en broma y un poco en serio. En cuanto a lo virtual, comenta que lo digital no sustituye el cara a cara: “Todos hemos contribuido al distanciamiento, a usar tapabocas, a hacer actividades al aire libre. Mucha actividad virtual, sí, pero también presencial en la medida de lo posible. Tratamos de complementar las dos cosas”. Su campaña no se amolda a un formato o a otro. “Al mismo tiempo utilizamos lo digital y este tipo de recorridos. Las reuniones que antes eran sentados, en lugares cerrados, ahora son al aire libre”, dice.

Villar afirma que si bien “los tiempos nuevos requieren de más creatividad, para escuchar no se necesitan grandes inversiones”. El médico tiene una presencia fuerte en las redes sociales: un podcast en el que responde inquietudes que le envían por WhatsApp, entrevistas en vivo por Facebook e Instagram —en la última semana tuvo un encuentro virtual con Chris Namús y otro con el expresidente José Mujica y la expresidenta de Brasil, Dilma Rouseff—, y también una agenda fuerte en lo presencial, entre visitas a instituciones y recorridas barriales casi a diario, donde él lleva el tapabocas siempre, aunque la distancia cuesta.

No más líderes tradicionales: consejo para candidatos

En un foro virtual organizado por la Fundación Konrad Adenauer en Montevideo, se discutió con dos expertos internacionales acerca del impacto de la pandemia en los procesos electorales. En esa instancia, el argentino Carlos Fara, consultor en comunicación política y especialista en opinión pública, esbozó algunas recomendaciones para los políticos. En primer lugar, habrá que profesionalizarse: ya no se puede confiar en lo que se hacía. Habrá que entrenarse especialmente en el manejo digital: ya no alcanzará con que haya un especialista en redes en el equipo. Apuntó que “al estar todos obligados a concentrarse más en el territorio digital, se generará un estadio de hiper competencia en el cual solo los más adaptables sacarán ventajas”. Los líderes convencionales pasarán a ser “líderes digitales” y los electores irán desarrollando sus propios criterios para evaluar el carácter genuino de esos liderazgos. Fara advirtió que ganarán espacio las “narrativas transmedias, que se caracterizan por un protagonismo mayor de los receptores. Implica que el storytelling se vuelve un rompecabezas más amplio y más complejo”.

“Tuvimos que adaptarnos a la situación sanitaria y social. Son tiempos distintos y lo más importante ahora es escuchar para entender cómo la gente está viviendo el momento. En ese sentido ponemos todas nuestras energías en generar espacios de escucha a los y las montevideanas. Eso son actividades barriales de escala más chica y con todos los cuidados, pero también son lives en Facebook para leer lo que nos dicen los y las vecinas, tener un número de Whatsapp que nos permita escuchar lo que nos dicen y responder en un podcast o tener un cowork político donde los jóvenes puedan ir a trabajar y a contarnos sus ideas”, describe.

“La campaña tiene que combinar las oportunidades que nos da la tecnología con las recorridas barriales a escala humana”. Desde el equipo de campaña de Martínez advierten que hubo un “redireccionamiento” de los recursos. “Se trata de hacer campaña diferente. Se ha apostado muchísimo a lo virtual. Esto llegó para quedarse. La mayoría de la presentación de listas se ha hecho con poquitísima gente”, señalan.

Por ahora, ninguno de los cuatro prevé hacer actos grandes. Al menos no como los que conocimos pre-pandemia.

La hora de votar.

La Corte Electoral publicó el jueves el protocolo de higiene a seguir para votar en las elecciones del 27 de septiembre. Como ya estamos acostumbrados, el tapabocas, la distancia física y el alcohol van a ser obligatorios durante la jornada. Otro de los puntos a destacar es que los sobres donde se deposita el voto no podrán ser pegados con saliva al momento de cerrarlos. El alcohol en gel deberá ser utilizado antes y después del ingreso al cuarto secreto, y la credencial deberá dejarse sobre la mesa, sin que el representante de la misma la manipule. Además, la Corte informó que a quienes concurran sin tapabocas al centro de votación se les ofrecerá uno descartable.

Respecto a la distribución de funcionarios públicos que trabajarán ese día en los distintos circuitos, Wilfredo Penco, vicepresidente de la Corte Electoral, señala que ya están contemplados los casos de aquellas personas que conforman la población de riesgo. “Las nóminas de funcionarios públicos que deben ser remitidas a la Corte, y que habían sido enviadas en su oportunidad, fueron requeridas a los organismos nuevamente, solicitando que fueran depuradas de quienes, por razones de la emergencia sanitaria, no pudieran acudir a una mesa ese día”, dice Penco. Y agrega que la mayoría de los organismos públicos ha devuelto la nómina con la depuración correspondiente.

A su vez, la Corte habilitó un formulario online para quienes quieran integrar una comisión receptora de votos de forma voluntaria —siempre y cuando sean empleados públicos—. Además, la asignación podrá ser efectuada solamente para el departamento donde se encuentra vigente la credencial cívica.

El vicepresidente de la Corte sostiene que a través de ese sistema de voluntariado se aseguran de que las personas que se inscriban “no van a renunciar”.

Además de los requisitos sanitarios, estas elecciones serán inéditas en cuanto a la cantidad de personas que requiere su logística. Penco dice que no solo se contará con funcionarios para integrar comisiones, sino también para orientar a los electores. Por ejemplo: señalarles en qué momentos deben ponerse alcohol en gel, dar indicaciones sobre la distancia, requerir la obligatoriedad del barbijo, etcétera. Sobre todo, habrá más de estos funcionarios “orientadores” en los centros donde haya varios circuitos.

Movimientos en los calendarios electorales del mundo por Covid

Así como en Uruguay las elecciones departamentales y municipales previstas para el 10 de mayo se postergaron para el 27 de septiembre, la pandemia afectó los calendarios de otros procesos electorales en el mundo. Chile debió posponer para octubre su referéndum para elegir congreso constituyente. Bolivia movió sus elecciones presidenciales para el mismo mes, y República Dominicana las realizó en julio en vez de en mayo, como se había fijado en un principio. Paraguay decidió que sus comicios de noviembre se harán el año que viene. Estados Unidos convocó a las urnas el 3 de noviembre y Venezuela, el 6 de diciembre, aunque ambas elecciones llevan un signo de interrogación.

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