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"Las coaliciones contra el EI actúan de forma ilegal, sin resolución de la ONU".

El canciller Rodolfo Nin anuncióel apoyo de Uruguay a la coalición contra el Estado Islámico y encendió las alarmas. Expertos temen la llegada de amenazas como les ocurrió a Panamá en setiembre y a Argentina ayer. En inteligencia policial y militar no manejan datos sobre posibles atentados dentro de frontera. Afuera es otro cantar.

Queman vivo a un piloto jordano. Decapitan a un periodista japonés. Matan a 30 turistas en un hotel en Túnez. Asesinan a 12 personas en un ataque al periódico Charlie Hebdo. Linchan a 200 herejes. Y la cuenta sigue. Lo que hasta hace una semana eran titulares de prensa e imágenes en televisión, ahora parece adquirir otra relevancia para los uruguayos. El miércoles, en el marco de la visita oficial a Francia, el canciller Rodolfo Nin Novoa anunció el apoyo de Uruguay a la alianza contra el Estado Islámico. Las repercusiones no se hicieron esperar.

Malestar en algunos legisladores del Frente Amplio, alarma en diputados colorados y crítica por falta de una consulta previa de parte del Partido Independiente fueron las primeras reacciones. Le siguió el temor de diplomáticos uruguayos en el exterior, en especial del cónsul honorario en Toulouse, Julio Navarro, ante la posibilidad de revivir los ataques que, tres años antes, perpetraron yihadistas contra una escuela judía en esa ciudad francesa. En aquella oportunidad fueron asesinadas cuatro personas. El último cimbronazo ocurrió ayer en Buenos Aires, cuando dos shoppings tuvieron que reforzar la seguridad luego de presuntas amenazas del grupo Ansar Dine, vinculado a Al Qaeda (ver página A14). ¿Cuán cerca está el terror?

"No estamos vacunados contra estos problemas, pero no hay información de posibles ataques en el país", dijo a El País Williams García, director de Inteligencia del Ministerio del Interior. "Estamos alertas porque estos grupos actúan reclutando a lobos solitarios, a muchachos que son tentados por internet sin que se entere ni su propia familia".

Un ejemplo fueron las amenazas que recibieron en abril los gobiernos de Argentina y Chile. La información oficial indica que el perpetrador fue un empresario tunecino asentado en la Triple Frontera. El hombre "estaba cansado del sistema" y decidió actuar de este modo. Es un patrón que se repite en los cientos de jóvenes que recluta el Estado Islámico en Europa. Se estima que entre el 30% y el 40% de los militantes son franceses, belgas, españoles e ingleses.

De ahí que la posibilidad de atentar contra un objetivo uruguayo fuera de fronteras sea la que toma mayor protagonismo. "La amenaza de este tipo de terrorismo es una probabilidad cierta", señala un asesor de Inteligencia militar que prefirió no revelar su identidad. "Por el mundo tenemos turistas, jóvenes de las facultades (Arquitectura y Ciencias Económicas), misiones de paz (en el Sinaí actúa una filial yihadista opositora al gobierno egipcio y en el Congo hay unos radicales ugandeses), y, sobre todo, diplomáticos que son la representación del país en el exterior".

La intimidación más cercana data de setiembre. En la página 54 de la revista oficial del Estado Islámico, Dabiq, hay una invitación a realizar "actos nobles" (entiéndase cometer acciones terroristas). "Hay más de 70 naciones traidoras", dice la publicación en inglés, "no hay que pensar mucho para golpear a cualquiera de ellas". Y se pregunta: ¿Qué impide tener como objetivos a misiones diplomáticas panameñas en Yakarta (Indonesia), Doha (Qatar) o Dubai (Emiratos Árabes)? En febrero, el ministro de Exteriores de Panamá había anunciado, como lo hizo Nin Novoa esta semana, el apoyo de su país a la alianza contra los yihadistas, liderada por Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y España.

Hay otras dos coaliciones que en los últimos meses han colocado al Estado Islámico como principal enemigo. Una la encabeza Rusia en Siria. La otra, Arabia Saudita en su territorio, donde enfrenta a los radicales locales que quieren hacerse de los pozos petroleros o, lo que es lo mismo, del 18% del los yacimientos mundiales de crudo.

"Las coaliciones están actuando en forma ilegal", advierte la fuente militar consultada, quien insinúa cierto apresuramiento en las palabras de Nin Novoa. "Las alianzas no están amparadas en una resolución de Naciones Unidas porque hay intereses geopolíticos de las potencias", agrega.

De todas formas, el asesor de Inteligencia aclara que no se espera una respuesta al anuncio del canciller, al estilo causa y efecto. "El Estado Islámico tiene células que pueden estar latentes durante años y despiertan para dar un ataque justo en el lugar justo", explica. Por eso a las autoridades uruguayas les "preocupa" lo que pueda acontecer durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. "Brasil aprobó una normativa en la que no se exige visa de ingreso al país durante la competencia deportiva a ningún ciudadano y la frontera que separa a Uruguay de Brasil es demasiado porosa (puede haber filtraciones)".

La presencia de musulmanes en Sudamérica no es nueva. En la región hay cerca de 20 millones de seguidores del islam y en el mundo son 1.400 millones. De ahí que sea necesaria una distinción de los grupos radicales. La "yihad" es una palabra árabe que literalmente significa "el combate". La catedrática en mundo islámico Susana Mangana ha insistido en que "ese combate se da a nivel espiritual, en la lucha contra los instintos para pecar, y solo se ataca al exterior cuando hay un riesgo inminente".

Pero en los últimos años surgieron milicias que utilizan como "excusa una interpretación religiosa" para adoptar una actitud belicosa. "Meten en una bolsa enojos contra cristianos, judíos y Occidente", dijo en El Observador TV. O contra el sistema. Eso explica su potente capacidad de persuadir a jóvenes que están inconformes con su vida.

El Estado Islámico es una conjunción de varios de estos grupos terroristas (los académicos coinciden en que vale la utilización de este término porque la estrategia es fundar terror). Tiene sus raíces en 2002, cuando el jordano Abu Musab al Zaraqui creó una organización yihadista en el norte de Irak. Mientras que "Al Qaeda se focalizaba en el enemigo exterior (en Occidente), ellos (el Estado Islámico) lo hacen en el interior", explica Alberto Spektorowski, profesor titular de Ciencias Políticas en la Universidad de Tel Aviv.

En 2006 el grupo de Zaraqui se une a otros ocho movimientos insurgentes con la idea de formar un Estado gobernado por las leyes islámicas en el territorio iraquí y, posteriormente en Siria. Por ese motivo en inglés se los conoce bajo la sigla ISIS, del Estado Islámico en Irak y Siria.

La retirada de Estados Unidos de Irak, en 2011, coincide con un cambio de líder en el Estado Islámico y el comienzo del reclutamiento de sunitas, exmiembros del ejército del dictador Sadam Husein. Para el politólogo, "ahí radica el peor error norteamericano en Medio Oriente": tirar abajo al gobierno de turno.

Aprovechando la inestabilidad en Siria e Iraq, el Estado Islámico intenta imponer un califato: el reino de Dios en la Tierra. El primer objetivo es "conquistar" Medio Oriente, teniendo como capital la ciudad siria de Raqa, y luego proseguir con una revolución más allá. ¿El temor? "Una revuelta musulmana en Europa, por ejemplo", advierte Spektorowski.

Hoy los especialistas estiman que el Estado Islámico nuclea a 30.000 militantes, incluyendo a los jóvenes europeos seducidos por la idea "de cambiar el mundo". En este sentido, sorprende el reclutamiento de mujeres inglesas que sirven de "esclavas sexuales" para los intereses de los líderes yihadistas. Para el resto la tarea es ya conocida: capacitarse en manejo de explosivos y armas... y atacar.

Con "poca probabilidad", según Spektorowski, Uruguay también puede ser el blanco. Al país lo que le conviene "es mantenerse neutral en cualquier conflicto. La pregunta es si uno puede mantenerse neutral ante una banda terrorista como esta".

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