En emotivo desenlace, el zaino se graduó de ganador clásico, de punta a punta y con total solvencia
En segundo término de la reunión se disputó el Clásico Álvaro Vargas Guillemete sobre 1.200 metros, con una recompensa global de $ 350.369. Siete "potros" ocuparon cajones de gateras.
La previa por cartilla y movimientos matinales auguraba un trámite parejo y un desenlace apretado. Los hechos corroboraron tal expectativa.
No se dieron tregua a lo largo del desarrollo, los "nenes" llegaron en pelotón a la sentencia y brindaron un espectáculo de primer nivel, llenando de regocijo a los tribuneros que a lo largo de toda la recta vivaron a sus preferidos.
Apenas formalizada la carrera, el zaino Clifford encolumnó filas, a sus grupas se ubicó Abayubá, tercero expectante Lucky Luke a dos largos. Posicionados en mitad de lote venían Don Lomba, Hooligans y Ess Golfista. Cerrando la marcha Halim, que tuvo inconvenientes detrás de gateras dando por tierra con su jinete. Engaterado el hijo de Little Warm salió bajo de partidores y se limitó solamente a terminar el recorrido.
Medio giro sin variantes, ya en terreno recto el grupo se mostró más compacto. A la altura de los 300 valían todos los gritos. Sus rivales pugnaban por alcanzarlo, pero el hijo de Ecclesiastic no mermó, mantuvo posiciones de avanzada y ofreció en el desenlace el plus de caballo bueno.
Su concepto crece carrera a carrera y está en él ratificar por plata todo lo bueno que a ininuado hasta al momento. Julio César Méndez realizó un capolavoro en sus cruces. Saltó bien, no perdió un metro a lo largo del recorrido y cuando las "papas quemaban" lo llamó al orden. El pingo puso lo que hay que poner a lo largo de 112"13/00 de competencia y cruzó ganancioso el disco.
TURFROBERTO VILLAGRÁN